El pasado fin de semana, el Consejo Regional de Ancash, a pedido del Gobernador Regional Juan Carlos Morillo, derogó la ordenanza 004-2018 aprobada el año pasado y mediante la cual se declaraba la inaplicabilidad de la ley 30725 que establecía la nueva conformación del directorio del proyecto irrigador.
De esta manera, el consejo regional allana el camino al ejecutivo regional que estaba virtualmente atado de pies y manos por una normatividad que, paradójicamente, resultaba írrita y nula de pleno derecho pero a la cual se le dio la importancia que no tenía al tratarse de un dispositivo inconstitucional.
Decimos esto porque la ordenanza que se ha anulado fue aprobada por el anterior cuerpo de consejeros regionales y atendiendo a las intenciones del gobierno regional que encabezó Luis Gamarra Alor.
El entonces gobernador enfrentó esta norma, que fue concebida por iniciativa de los congresistas de Ancash en el Congreso de la República, alegando que se estaba violando la autonomía de los gobiernos regionales al pretender modificar la composición de un organismo que respondía a las directivas de un gobierno regional.
Sin embargo. aun cuando las motivaciones del ex gobernador eran válidas, en la medida que con esta ley se dejaba sin mayoría al gobierno regional y solapadamente estaban devolviendo el manejo de Chinecas al gobierno central, es evidente que una ordenanza regional no puede dejar sin efecto las consecuencias de una ley,
Si bien es cierto la ordenanza regional tiene rango de ley, se entiende que esa norma tiene vigencia dentro del territorio de una región, el consejo regional legisla para la región Áncash, no puede atribuirse facultades como para derogar una ley de la nación, al hacerlo está infringiendo la constitución.
Sin embargo, aun cuando esto era claro, el año pasado nadie planteó una acción de inconstitucionalidad o recurrió al parlamento para promover una acción que deje sin efecto la ordenanza, por el contrario, se ha esperado que cambie la conformación del órgano legislador de la región para hallar una salida más accesible.
Empero, extraña que esta decisión se haya adoptado a pedido del Gobernador Regional Juan Carlos Morillo, pues el titular de Áncash no tuvo reparos en pronunciarse contra las disposiciones de la ley 30725 en la medida que entendía que se le estaba quitando el manejo de Chinecas al Gobierno Regional, y, es que ese fue el objetivo de los congresistas que estaban enfrentados a la gestión de Gamarra.
Sin embargo, no calcularon al momento de promover esta ley que el ex gobernador no se iba a quedar para siempre en el cargo, por ello los efectos de esta norma las está padeciendo el nuevo Gobernador quien no ha podido, ni siquiera, remover al gerente general y designar a otro en su reemplazo.
Ello porque además de modificar la composición del directorio, la ley 30725 contempla que el gerente general del proyecto especial sea designado por el Directorio dentro de una terna de candidatos propuesta por la Autoridad Nacional del Servicio Civil (Servir), previo concurso público de méritos, lo que ciertamente le despoja la autonomía que tenía antes el gobernador para decidir la designación de un funcionario competente de confianza.
Y esta es la parte de las incoherencias de quienes recusaban la ordenanza regional dictada el año pasado, pues si le otorgaban visos de legalidad en razón que había sido expedida por un organismo en estricto ejercicio de sus funciones, entonces, para ellos el régimen legal anterior de Chinecas estaba plenamente vigente.
Si eso era así no se entiende porque se mantuvo al proyecto Chinecas postrado estos tres primeros meses del año cuando bien se pudo nombrar a otro gerente si es que para ellos la inaplicabilidad de la ley 30725 estaba vigente.
Por el contrario, ahora que se ha sancionado el acuerdo de consejo regional que deja sin efecto la ordenanza 004-2018, los efectos de la ley 30725 han recobrado su vigencia y el Gobernador seguirá atado de pies y manos para poder reactivar de inmediato y en el corto plazo el proyecto irrigador.
De primera intención lo que tendrá que hacer es lo que no quería en campaña, es decir convocar a un consejo directivo o directorio integrado por un representante del Gobierno regional de Ancash, quien lo presidirá; dos representantes del Ministerio de Agricultura y Riego, uno de los cuales será el secretario técnico; un representante del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento – SBN; un representante de la Municipalidad Provincial del Santa; un representante de la Municipalidad Provincial de Casma, y un representante de las juntas de usuarios del ámbito de Chinecas.
Y lo que es peor aún, este consejo directivo no podrá designar directamente a un gerente sino que deberá solicitar a una terna a SERVIR y de ella seleccionará al primer funcionario del proyecto irrigador, es decir, que el manejo seguirá en manos del Poder Ejecutivo.
No sabemos cómo es que el Gobernador cambió de opinión y de haber rechazado los términos de la ley 30725, pasó a solicitar que se anule la ordenanza para que se ponga en vigencia, sin embargo, esto es lo que ha sucedido y lo que se tiene en este momento en materia legal respecto a Chinecas.
Ya las reglas de juego están dadas, se ha buscado llegar a este escenario aun cuando los propios congresistas de Áncash se mostraron dispuestos a modificarlo, sin embargo, esto tomará mucho tiempo todavía, lo cierto es que ya no hay pretextos para seguir manteniendo a Chinecas postrado y sin que se haga algo hasta la fecha.
Se requiere con urgencia montar el consejo directivo, ya la Municipalidad Provincial del Santa ha designado a su alcalde Roberto Briceño como miembro de este directorio, imaginamos que Casma hará lo mismo y el gobernador deberá decidir si se integra al mismo o delega funciones. Habrá que exigir al ejecutivo que cubra sus plazas y junto al representante de los gremios agrarios se pongan a trabajar lo más pronto posible, no podemos seguir sentados y cruzados de brazos mirando como los vecinos del norte avanzan y se quieren llevar más agua de la que necesita Chinecas. Ahora que ya se eliminó la ordenanza, es momento de ejecutar Chinecas.