AÂÂ los chimbotanos nos vendieron la idea que el gerente del proyecto especial Chinecas, Edilberto Ñiquen Alarcón, era un técnico de primer nivel, que era el hombre adecuado para sacar adelante nuestro proyecto irrigador y su trayectoria decía que había laborado en otros proyectos de envergadura como Chavimochic y en Piura, si la memoria no nos traiciona.
Sin embargo, su paso por este cargo no ha sido nada halagüeño, fue denunciado por acoso por una trabajadora, fue cuestionado por el sindicato de trabajadores y presentó un plan de ejecuciónÂÂÂ del proyecto irrigador que nunca se cumplió.
Por el contrario, en los últimos meses del año pasado, cuando culminaba la gestión del ex gobernador regional Luis Gamarra, quien lo trajo a Chimbote, y cuando se suponía que se extinguía su vínculo con el proyecto irrigador, Ñiquén Alarcón convocó a una subasta para ofrecer al mejor postor tierras de Chinecas en el marco de un procedimiento no solo sorpresivo y suspicaz, sino absolutamente irregular.
Pese a los graves cuestionamientos, en Diciembre del año pasado el gerente de Chinecas decidió seguir adelante con esta subasta a pesar que la Contraloría General de la República, el organismo encargado de fiscalizar la actuaciónÂÂÂ de los funcionarios públicos y cautelar los recursos del estado, advirtió que el procedimiento era totalmente irregular y notificó tanto al Gobernador Regional Luis Gamarra como como al mismo gerente Edilberto Ñiquén para que adopten los correctivos pertinentes.
En aquella oportunidad el organismo de control fue absolutamente claro, señaló que la subasta de los terrenos no es un procedimiento prohibido, lo que era irregular era el procedimiento utilizado en la medida que no se había convocado con las autorizaciones correspondientes.
En aquella ocasión Ñiquen alegaba que esta convocatoria se puso en conocimiento del consejo regional y aun cuando éste no lo autorizó, siguió adelante con el trámite a pesar que la Contraloría advertía que el organismo que debía autorizar esta oferta pública de terrenos era el consejo directivo de Chinecas, es decir, su Directorio que estaba virtualmente desvirtuado.
Sin embargo, los emplazamientos de la Contraloría solo le hicieron cosquillas al imperturbable funcionario, siguió adelante con la subasta y el 12 de diciembre se realizó en acto público adjudicando tres de las 16 parcelas que se pusieron en oferta.
Es algo así como hago lo que quiero porque se me da la gana y me importa un comino lo que digan los demás, incluso, el dueño de la casa.
Justamente, hoy existe otro gobierno regional, se encuentra al frente el Gobernador Juan Carlos Morillo Ulloa y el gerente regional es el economista Luis Luna Villarreal, ambos se pronunciaron en campaña contra esta subasta de terrenos y adelantaron que en caso lleguen al poder la anularían conforme a los procedimientos legales que amerita el escenario en el que se encuentre el proyecto irrigador.
Pues desde el mes de enero el gobierno regional no ha hecho nada respecto a la mentada subasta, por el contrario, el cuestionado gerente Edilberto Ñiquén sigue en el cargo, no ha podido ser cambiado porque el Gobernador señala que estaba atado de pies y manos por una ordenanza que dejó sin efecto la ley 30725 que es la que establece la nueva conformación del consejo directivo.
Lo peor de todo es que la semana pasada, muy suelto de huesos, el gerente Ñiquén Alarcón ha anunciado que llevará a cabo una segunda subasta de tierras en el mes de junio, para lo cual ya viene preparando la documentaciónÂÂÂ pertinente, importándole un comino lo que piensen el gerente o el Gobernador regional respecto a este nuevo y cuestionado cometido.
Inclusive, este anuncio lo hace el gerente a despecho que hace solo un mes, con ocasión de la visita que realizará a Chimbote el Contralor General de la república Nelson Shack, anunció que el organismo que dirige realizará una “auditoría de cumplimiento” en el proyecto Chinecas por la subasta de terrenos realizada a fines del año pasado.
Esta acción se llevará adelante en la medida que la Contraloría ha advertido que a pesar de haber notificado que se adopten correctivos al proceso de subasta, éste se llevó adelante de todas maneras, burlando las normas y controles que existen al respecto.
¿Cómo queda entonces el gerente Edilberto Ñiquen con todo esto? ¿Puede un funcionario manejarse al margen de las normas y de las recomendaciones de los organismos de control? ¿Puede un funcionario seguir haciendo lo que se le viene en gana por encima de la palabra de sus superiores del gobierno regional de Áncash y pasando sobre la decisión de la Contraloría de auditar la primera subasta porque existieron irregularidades.
Nos parece que el Gobernador viene siendo muy contemplativo en este tema, no entendemos como es que ha removido a la mayoría de funcionarios de confianza que fueron nombrados por la anterior gestión pero no hace lo mismo con el gerente del proyecto Chinecas que se ríe en la cara de todos los funcionarios regionales y hace lo que quiere.
El Gobernador ha señalado que la nueva ley no le permite sacar al gerente y que debe esperar que se conforme el nuevo directorio para que se proponga a un nuevo gerente que deberá ser designado teniendo en cuenta todos los parámetros señalados por las normas, de tal suerte que ha esperado que transcurra el primer tercio del año sin que se avance nada sobre el proyecto irrigador, pero, permitiendo la liberalidades y atrevimientos de un gerente que, aparentemente, solo promueve que lo echen del cargo.
No cabe duda que el gerente de Chinecas ha superado ya la línea de toda paciencia y tolerancia de sus superiores, es un personaje al cual no le entran balas, que no solo justifica los malos manejos de su gestión sino que ahora se muestra desafiantes y anuncia ¿una nueva subasta a solo unas semanas que la Contraloría había adelantado que auditará la primera oferta pública de terrenos por haberse llevado de manera irregular. ¿Qué clase de padrinos tiene este personaje para que pueda desafiar de manera descarada a cuantos se le opongan a sus designios? Bueno el Gobernador tiene la palabra.