Editorial

Editorial: ::: SIGUE LA LISTA :::

No cabe duda que la Policía Nacional de Chimbote atraviesa por uno de sus peores momentos en lo que se refiere a imagen pública como consecuencia de los actos de indisciplina y delictivos en los que vienen incurriendo su personal.

Y es que apenas si comentábamos lo que había ocurrido con los dos sub oficiales detenidos cuando estaban transportando más de 200 gramos de marihuana y las noticias nos traen un nuevo hecho de deterioro institucional porque otro sub oficial es capturado cuando trataba de cobrar una coima.

Este nuevo caso de corrupción ocurrió el último fin de semana y tuvo como protagonista al sub oficial Alexander Gustavo Pinto Ibañez, un subalterno de 32 años de edad, que fue intervenido por efectivos de la Policía y la Fiscalía anticorrupción en el marco de una celada que lo sorprendió recibiendo una coima de 500 soles.

A la 1:30 de la tarde del último sábado fue intervenido el mencionado a mérito de la denuncia de Gladys Elizabeth Marrón Rodríguez (52) que lo acusa de haberle solicitado la suma de 500 soles que según le dijo sería entregado al jefe de la Unidad de Servicios Especiales (USE) Mayor PNP Jimmy Calampa Torres con la finalidad de que continúe brindando el servicio de alimentación al personal de dicha unidad.

Con intervención de la fiscal Isabel Rodas Mendoza, adjunta de la Fiscalía Anticorrupción de Chimbote, se procedió al operativo llegando a intervenir a Pinto Ibáñez en una calle del pueblo joven El Porvenir. El efectivo trató de deshacerse de los billetes entregados por la denunciante, sin embargo, no lo logró.

Al incautarle los cuatro billetes de 100 soles y dos de 50 soles, estos fueron cotejados con las fotocopias que previamente se habían sacado y que resultaron ser las mismas, por lo que se dispuso su detención en el acto y conducido a las instalaciones del Departamento de Investigación de Delitos contra la Administración Pública para que se continúe con las investigaciones, en su contra por el delito de concusión.

Quienes hemos visto la imágenes de la intervención a este efectivo policial nos hemos quedado estupefactos, aparece como un ciudadano cualquiera con unos singulares zapatos rojos y se acerca a la mujer para recibir el dinero, pero las imágenes son tan rápidas que al cabo de unos segundos ya estaba en manos de los agentes de la Policía anticorrupción y salía del lugar enmarrocado como un delincuente.

En realidad, no es la primera vez que malos Policías se ven involucrados en el manejo doloso de los recursos que se asigna a la institución tutelar para cubrir el rancho del personal subalterno, partida que responde a la necesidad de cubrir la alimentación de personal que permanece de guardia.

No se puede soslayar que por este jugoso presupuesto han caído otros oficiales de la Policía, como el ex comandante Jorge Calixto o el mayor Delfor Figueroa Sánchez de la comisaría de Nepeña, quien fue denunciado por el personal subalterno que advertía como se llenaba los bolsillos mientras ellos se quedaban en algunas oportunidades sin comer durante todo el día.

Ahora, este Sub Oficial que labora en la Oficina de economía de la división Policial de Chimbote, exigía a la concesionaria del rancho policial la suma de 500 soles si es que quería que le extiendan el contrato de servicios por un año, de lo contrario se entregaría este servicio a otra persona.

Inclusive, el intervenido le decía a la mujer que el dinero era para el jefe de la Unidad de servicios especiales, Mayor Jimmy Calampa Torres, a cuyo personal atendía la mujer con las provisiones diarias, un cargo que ha sido ratificado ante las instancias jurisdiccionales y por esa razón se ha comprendido en el proceso al mencionado oficial.

Justamente, anteayer se realizó la audiencia de prisión preventiva y en ella se hizo el deslinde la participación de los involucrados, llamando poderosamente la atención que la justicia no haya dictado una medida restrictiva también al imputado oficial Jimmy Calampa en la medida que tendría el mismo grado de participación, es decir de co autoría.

Ello porque el fiscal ha mostrado los pantallazos de las conversaciones por wassap que sostiene el mencionado jefe de la unidad especializada con el subalterno detenido en la celada, y, en ellos se advierte que hablaban el mismo idioma de corrupción, zanjaban los alcances de las coimas que estaban solicitando a la concesionaria.

Allí no cabe duda que ambos actuaban “en pared”, el sub oficial como integrante de una oficina relacionada al manejo de los recursos destinados al racho y el segundo como responsable de la unidad policial a la cual la concesionaria provee los alimentos, y, el diálogo pone de manifiesto que existía un concierto de voluntades.

De allí que la fiscal ha dejado abierta la posibilidad a que más adelante, con otros elementos de convicción que refuercen la imputación, será posible demandar medidas restrictivas que por el momento no ha querido solicitar a efectos de consolidar la teoría del caso que ya maneja en esta carpeta.

No hay que olvidar que la celada es la herramienta más efectiva contra los actos de corrupción, a través de ella se prescinde de muchas otras pruebas y se tiene un elemento de prueba plena en la responsabilidad del intervenido.

No cabe duda alguna que el sub oficial Pinto Ibáñez está incurso en el delito de cohecho pasivo, sin embargo, lo que pretende el Ministerio Publico es seguir ahondando las pesquisas para llegar a otros efectivos policiales que también pueden estar incursos en este carrusel que se ha encostrado al interior de la Policía y que convierte a subalternos u oficiales en sujetos al margen de la ley.

Es evidente que se trata de hechos que desmerecen la imagen de la Policía Nacional pero que no tiene nada que ver con su desempeño y con la actividad funcionales de Policías que si quieren a su institución, que la defienden y que no están dispuesto a callar nada cuando se enteran que otros colegas están incurriendo en acciones delictivas y mafiosas.

Pensábamos que la drasticidad de las medidas judiciales podrían hacer escarmentar a quienes pretenden seguir usufructuando a costa del uniforme, empero, nos equivocamos de cabo a rabo, los efectivos policiales en servicio siguen copando las celdas del Penal de Cambio Puente y ello porque se trata de gente infiltrada que ha tomado la institución como aliado en sus actividades delictivas. Esperemos que pronto se extermine a estos malos elementos, pues sigue la lista de encarcelados creciendo día tras días.