Editorial

Editorial: ::: DIEZ PASOS ATRÁS :::

El pasado fin de semana la Municipalidad Provincial del santa sorprendió a los medios de comunicación cuando comunicaba, con evidente entusiasmo y algarabía, que los comerciantes del mercado Progreso habían decidido aceptar el cambio de giro de sus negocios y retomaban el dialogo con el alcalde provincial Roberto Briceño Franco.

Inclusive, apenas un día después, el viernes último se observaba al burgomaestre reunido en el mismo centro de abastos, algo que parecía sumamente difícil y complicado hasta dos días antes por la cerrada posición de los dirigentes del mercado.

Incluso, los chimbotanos nos entusiasmamos en la medida que la posición nefasta y radical de un grupo de comerciantes azuzados lo que estaba poniendo en serio peligro es la ejecución del Hospital El Progreso, un proyecto que ya se encuentra aprobado, con presupuesto a la mano y que no puede avanzar porque sencillamente a los comerciantes no se les da la gana de reubicarse.

Sin embargo, el Municipio nos engañó, no eran los comerciantes los que estaban aceptando el cambio de giro, es el Municipio el que ha dado marcha atrás a su posición  legitima de ordenar el centro de abastos y retirar todos aquellos obstáculos que impiden la ejecución del nuevo hospital en este lugar.

Apenas dos días después se ha podido conocer que el acuerdo que los dirigentes cuestionados mostraban sonrientes a la prensa señalaba que, en efecto, después de haberse emplazado y advertido a los comerciantes que no pueden permanecer con puestos de venta de productos húmedos, lo que se ha acordado es que este martes el alcalde Roberto Briceño se pondrá al frente de los funcionarios del PRONIS, organismo del Ministerio de Salud encargado del proyecto del hospital, para plantear una nueva alternativa y ella pasa porque los comerciantes de productos húmedos no salgan del Mercado sino que los “redistribuyan” y los coloquen en un rinconcito que esté lo mas alejado del hospital, mientras que los comerciantes de productos secos estarán en el “ala” que colinda con aquel.

No sabemos con qué cara el alcalde hará este planteamiento a los altos funcionarios del Ministerio de Salud en la medida que este es un caso superado, ya existe un acuerdo que le otorga las facilidades a los comerciantes para que permanezcan en el lugar cambiando de giro su negocio o para que se reubiquen en caso no acepten vender otros productos.

Tal parece que el alcalde y sus funcionarios han olvidado que la exhortación inicial de los funcionarios de Salud es la reubicación de todo el mercado Progreso en la medida que las leyes han establecido que es incompatible el funcionamiento de un mercado a menos de 50 metros de un centro asistencial.

Cuando se inició este proyecto, estamos hablando de mediados del año pasado porque aún estaba al frente de la comuna Julio Cortéz Rojas, se planteó como alternativa viable que el mercado permanezca en su lugar pero que solo se permita el funcionamiento de puestos de venta de productos secos.

En aquella ocasión se hizo entender a los comerciantes que no pueden funcionar puestos de productos húmedos porque ellos generan suciedad, insalubridad, la manipulación de sus productos genera aguas sucias, no es posible que en estas condiciones funcione un hospital.

El mensaje lo entendieron todos, incluso, los propios comerciantes hasta que apareció un sempiterno dirigente del rubro de mercado como Juan Hernández Quiliche que generó una nueva oposición que no fue aceptada por la actual gestión edil.

Como queda el gerente municipal Jesús Rodríguez Fuentes que se había llenado la boca hablando en todos los medios de principio de autoridad y de no entregar mas plazos para el cambio de giro, ahora que el alcalde ha aceptado una nueva propuesta que obliga a volver a los predios del Ministerio de Salud para tratar un tema que ha sido tratado hasta el hartazgo, una problemática en la que se había invertido muchísimo tiempo y dinero.

¿Como queda el plazo que otorgó la Municipalidad bajo apercibimiento de desalojo de los puestos que no aceptan el cambio de giro? ¿Por qué una marcha atrás a esta altura del partido cuando el árbitro estaba a punto de hacer sonar su silbato para darlo por terminado? ¿Por qué el alcalde se hace un autogol y deja que otros celebren?

Lo cierto es que hay presiones a las que, lamentablemente, se han cedido. Y los hechos no nos dejan mentir: el pasado miércoles los periodistas acudieron al mercado progreso en donde el ex gerente de Desarrollo Económico Noel Electo Jamanca (que estaba al frente de este tema) instaló las casetas de información en el exterior del mercado Progreso, señalando que ellas servirán para que los comerciantes se informen sobre el cambio de giro y sobre la forma como deben regularizar sus documentos de autorización ante la comuna.

Pero al día siguiente el alcalde se reunía con los comerciantes y llegaba a acuerdos que dejaban sin piso a quienes estaban haciendo cumplir los compromisos anteriores, un día después llega el burgomaestre al mercado Progreso y ya no se aparece más en escena el mencionado gerente.

El alcalde habló de un teléfono malogrado que no había permitido este dialogo, ¿se refería a Noel Electo? Todo parece indicar que sí porque el ex funcionario decidió retirarse mientras que otros que avalaron el cambio de giro y el desalojo han aceptado de buenas a primeras que todo ese trabajo se eche al tacho de la basura.

No se puede soslayar que el Municipio clausuró el mercado Progreso porque se dice que no cumplió con gestionar su licencia corporativa, sin embargo, apenas unos días después los comerciantes reabrieron sus puertas, presentaron acciones judiciales y dejaron sin piso a los funcionarios ediles.

Esto nos demuestra que los comerciantes hacen lo que se les viene en gana, tanto así que si en la reunión de este lunes el PRONIS no acepta la redistribución dentro del mismo mercado, será el Municipio el que busque a los comerciantes rebeldes un inmueble en la misma zona para que se traslade a los 34 puestos de venta de productos húmedos pues no están dispuestos a cambiar de giro a sus negocios como se había establecido. Cuando pensábamos que en este tema se tenía que hacer valer el peso de la autoridad lo único que se ha hecho es dar, no uno, sino diez pasos atrás