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SALUD

Nos preguntamos que es lo que puede haber visto el congresista de la república, Carlos Domínguez Herrera, en la Red de Salud Conchucos que ha solicitado, formalmente y mediante documento, a la Contraloría General de la República, realice una auditoría integral a efectos de deslindar las graves denuncias que se han formulado en esa zona. El congresista Chimbotano ha señalado que la salud no puede estar en manos de personas que lejos de brindar un servicio de calidad y de ponerse al servicio de los más necesitados, en realidad solo piensen como sacar el mejor beneficio para ellos mismos. Ha señalado que entre las irregularidades que se han denunciado por su despacho se encuentran la irregular contratación de personal, nombramiento ilegal de personal, los malos manejos administrativos, constataciones dudosas, entre otras irregularidades. En realidad consideró que la Contraloría debería empezar las investigaciones desde la Dirección Regional de Salud y continuar en otras unidades ejecutoras y redes de salud donde se estarían cometiendo las mismas irregularidades en perjuicio de la salud a los ancashinos. La verdad es que nadie sabe que es lo que realmente pasa en el sector salud pues, atendiendo a los despachos informativos que los medios de comunicación recibimos a diario de las diferentes provincias de la Región, no hallamos una sola que no arrastre una denuncia sobre cuestionamiento en el manejo administrativo del sector salud. Y es que no tenemos que irnos hasta Conchucos apara comprobar esto, basta echar una mirada a lo que ocurre en Chimbote para darnos una idea que este mal es generalizado. Por ejemplo, en nuestro Puerto existen dos hospitales del sector salud que son sobre los cuales se asienta el mayor peso de las necesidades de salud de la población, nos referimos La Caleta, más conocido como el hospital de los pobres, y el regional ubicado en Nuevo Chimbote. En ambos nosocomios hay protestas por el accionar de los directores, aun cuando la suerte del director del hospital Regional es distinta en la medida que ha sabido capear el temporal y ha merecido la anuencia de un sector de la población respecto a sus enfrentamientos con gremios médicos y de servidores administrativos. También en la Caleta el Sindicato de trabajadores ha solicitado la remoción del Director al cual ha calificado, sin ambages, como “Director viajero”. Tal parece que el Gobernador va a tener que echar una mirada a lo que ocurre en su Dirección Regional de Salud antes que cualquier problema se le escape de las manos.

DESESPERADO

Hugo Araucano Vega es un preocupado padre de familia que jamás pensó que por el hecho de tratar de corregir los malos rumbos por los cuales se encamina su hijo adolescente de solo 16 años de edad, podría terminar tras los barrotes de una celda. El hombre recibió la semana antepasada la comunicación de unos vecinos que le decían que pese a las altas horas de la madrugada en la que se hallaban, su hijo se encontraba libando licor con gente de dudosa reputación en la plaza de armas del distrito, por lo que no vaciló en coger su correa y dirigirse al lugar para hacer regresar a su casa a correazos al rebelde jovencito. Sin embargo, por el lugar pasó un patrullero que lejos de respaldarlo e intervenir a la casta de alcohólicos que estaba enviciando al adolescente, lo que hizo fue detenerlo bajo el argumento que había violado la ley contra el ejercicio de violencia de la mujer y personas del entorno familiar. Ni más ni menos. Que craso error, en este caso el progenitor no estaba abusando o excediéndose en el castigo hacia su hijo, no estaba agrediéndolo sin razón alguna, la intención del hombre era corregir a un jovenzuelo que estaba cayendo en las garras del vicio. Antes los padres de familia corregían las cosas de esta manera y se solucionaban los problemas, ahora el padre de familia no puede ni siquiera tocar a los hijos a pesar que estos se desbandan y caen fácilmente con gente de mal vivir, tal parece que la Policía y el Fiscal pretenden que los progenitores se queden mirando como sus hijos destruyen sus vidas libando licor y consumiendo drogas porque, sencillamente, no los pueden corregir a correazos como se hacía antes con mejores resultados. Ahora hay que rogarle a los hijos para que se porten bien.