Editorial

Editorial: ::: MEDIDA IMPOSTERGABLE :::

El Juez de investigación preparatoria especializado en delito de corrupción de funcionarios, Johnn Pillaca Valdez, ha dictado la semana pasada, una orden de prisión preventiva por espacio de 9 meses para el ex alcalde del distrito de Comandante Noel, Marco Rivero. Huertas, quien se investiga por delitos de Colusión agravada.

La medida judicial se ha dictado luego de prolongadas audiencias en las que los abogados de Riveros como de otros involucrados en estos mismos hechos, trataron de desvirtuar los cargos del Ministerio Público que han hallado indicios de los delitos investigados y que se traducen en el perjuicio irrogado a la entidad municipal

Hay que tener en cuenta que al margen de esta disposición, la Fiscalía especializada en Lavado de Activos y perdida de dominio ya había avanzado bastante en el seguimiento al Alcalde de Comandante Noel, pues hace algunos meses atrás procedió a incautarle varias propiedades que estaban en su poder i a nombre de sus familiares que actuaban como presuntos testaferros.

Entre estas propiedades se encuentra un hotel, una casa y casi media docena de vehículos, la mayoría de los cuales han sido capturados y trasladados al depósito municipal a la espera de definir la responsabilidad penal del investigado.

No puede olvidarse que Marco Riveros ha sido un alcalde sumamente cuestionado en la medida que se ha visto envuelto en una serie de investigaciones en las cuales no ha salido bien parado, de tal suerte que la pesquisa hacia su patrimonio personal y de su más estrecho entorno forma parte de esta trayectoria azarosa de una ex autoridad que no ha sabido rendir cuentas de lo que ostenta.

Pero es materias de otra investigación en la que también camina al filo de la ley, en este caso se le acusa haber concertado la contratación del abogado Jair Díaz Guevara como asesor legal para efectuar la recuperación de dinero a la empresa Hidrandina por trabajos de electrificación en el balneario de Tortugas que ejecutó la comuna de comandante Noel, por los cuales se pagó pero no se ejecutó.

Justamente, el accionar de este alcalde no ha sido el más transparente que digamos, por el contrario, siempre fue materia de sendos cuestionamientos, como los que formulaba públicamente el periodista de ese distrito Pedro Silva Flores, quien al haberse convertido en un obstáculo para los malos manejos del alcalde, fue asesinado en una emboscada que ha sido prolijamente investigada por la justicia.

Justamente, este hecho se convirtió en el primer proceso que se sigue alcalde neolino, existen otros que le han generado potros problemas como el que se le vinculó con el crimen del Fiscal de Casma, Luis Sánchez Colona y hasta con un vídeo en el que aparece recibiendo una fabulosa suma de dinero, aparentemente producto del pago de un diezmo.

Todo ello llevó al Ministerio Público a investigar a Rivero Huertas, hallando una serie de desbalances en su patrimonio y la tenencia de bienes que no se compatibilizan con sus ingresos legales, por lo que se hacía evidente que su masa patrimonial tiene un origen aparentemente ilícito.

Es por ello que en los medios judiciales no se sudaba de la decisión final del magistrado, la misma que tomó su tiempo y demoró en razón que la formalidad procesal obliga a los jueces a tener que escuchar todas y cada una de las versiones de quienes están involucrados.

Ahora la suerte del controvertido alcalde de Puerto Casma se encuentra en manos de la Policía Nacional, es ella a la que corresponde hacer el seguimiento y dar con el paradero de tan controvertido personaje, de allí que se espera que pueda llevar adelante un trabajo profesional para dar con su paradero.

En Chimbote ya estamos cansados de ex alcaldes y ex funcionarios prófugos de la justicia que se mantienen fácilmente en la clandestinidad por mucho tiempo, que saben cómo eludir los mandatos judiciales, inclusive, que se escurren de la persecución policial a pesar que el gobierno ofrece una recompensa por su paradero.

Claro que tarde o temprano caerán, sin embargo, basta apenas un descuido o mal cálculo para que puedan ser aprehendidos, inclusive, la presión psicológica de un auto encierro juega en contra de ellos, sin embargo, las dilaciones resultan perniciosas pues justicia que tarda ya no sabe a justicia.