Editorial

Editorial: ::: BENDITOS COLORES :::

El sueño del libertador José de San Martin, aquel que le permitió avizorar los colores del símbolo que tendría el Perú, nos llena de orgullo en estas fechas festivas en la que conmemoramos un año más un aniversario patrio.

La Independencia de nuestra nación del yugo español pone de manifiesto un sentimiento que aflora automáticamente cuando nuestro país se ve representado en eventos internacionales y ahora ultimo con la participación de nuestra selección de futbol, en una competencia internacional.

Como no rendirle homenaje a la valentía de nuestros independentistas que sellaron la liberación en las bastallas de Junín y Ayacucho, como no rememorar las figuras del gran mariscal José Antonio de Sucre, Simón Bolívar y todos aquellos que pelearon en el campo de batalla por la independencia nacional.

Desde entonces somos un país libre pero sujeto a las ataduras económicas de las grandes potencias, un país subdesarrollado que busca siempre salir adelante y que ha conseguido éxitos en muchos campos, especialmente la gastronomía, en la música y recientemente en el deporte.

Y es que una actividad que suele congregar a las masas como el futbol es más representativa en estos temas, más aun cuando desde hace unos años hemos dejado atrás la cultura de la derrota y el pesimismo que antecede a cada competencia porque nos eliminaban de todo torneo.

Sin embargo, el año pasado se coronó una gran campaña encabezada por el técnico argentino Ricardo Gareca, una seguidilla de encuentros exitosos que sacaron a nuestro pais del fondo de la tabla de posiciones en las eliminatorias mundialistas hacia Rusia 2018 y lo colocó como parte del quinteto que consiguió obtener la ansiada clasificación.

Se trata de un éxito a todas luces importante para el país porque no se conseguiría clasificar a un Mundial de Futbol desde hacía 36 años atrás, desde que el seleccionado nacional tomara parte en Mundial de España 1982, la última competencia que terminaría el ciclo de una generación de futbolistas que nos llevó a tres mundiales, pues antes lo hicieron en México 70 Argentina 78.

Aquel fue el último capítulo de una actuación brillante, luego seguiría una generación de futbolistas que no pudo conseguir nada, hasta que hace tres años atrás llegó el técnico argentino Gareca que le dio otra mentalidad al jugador, que rescató las virtudes de un futbol que es admirado en otros lares y que requería la aplicación de un régimen disciplinario firme y cerrado a efectos de contar con jugadores que lleguen a un nivel competitivo que habíamos perdido hace muchos años.

Esa fue la base de una revolución del fútbol de nuestro país en materia de resultados internacionales, las campañas de la Copa América de los años 2011 y 2015 que nos colocaron en los lugares de vanguardia, hacía renacer la esperanza de los peruanos para conseguir éxitos internacionales.

La clasificación al Mundial de Rusia fue la coronación de esta gesta pero, quizás, la participación de nuestra selección en la última Copa América disputada en Brasil, ha sido la consolidación de un esfuerzo que ha catapultado el sentimiento nacional.

Las banderas rojiblancas no pudieron ondear más firmes que nunca en la competencia de Brasil a la cual nuestro seleccionado no llegó como favorito, por el contrario, era considerado en el grupo de acompañantes, sin embargo, la actuación descollante de muchos jugadores permitió que se llegue una final Sudamericana después de 44 años, otra gesta futbolística que permitió que afloren nuestros sentimientos patrióticos y que se apoye el esfuerzo de los jugadores desde todos los puntos del país.

Ese sentimiento es el que hoy debemos rescatar porque celebramos el 198 aniversario de nuestra independencia, estamos a dos años del bicentenario y nos encuentra con un ánimo al tope, pues celebraremos con otros triunfos en los Juegos Panamericanos que se acaban de iniciar en la capital de la República.

Qué mejor manera de celebrar la independencia nacional que con éxitos deportivos que nos colocan siempre nuestra bandera en lo más alto, como en el sueño del general José de San Martín. FELCIES FIESTAS PATRIAS a todos nuestros lectores.

JUSTO PEDIDO

La semana pasada un grupo de docentes y el Director del Centro Educativo de centro poblado de Tangay, realizaron sendos plantones en nuevo Chimbote y en el frontis de la Municipalidad Provincial con la finalidad de llamar la atención de las autoridades y se presione al gobierno regional de Áncash a efectos que culmine la obra de reconstrucción de ese plantel.

Ocurre que por efecto del carrusel generado en la gestión del encarcelado ex presidente regional César Álvarez, la mentada obra quedó paralizada pero estaba bastante avanzada casi en un 90%, razón por la cual algunos gobernadores han intentado culminarla sin éxito.

Y es que a la fecha los alumnos estudian en precarias aulas que se acondicionaron  para que puedan seguir estudiando mientras se ejecuta la obra y allí se han quedado hasta ahora que padecen las inclemencias de un clima bastante frio, mientras que las aulas virtualmente terminadas no pueden ser utilizadas.

Ahora se ha dicho que solo falta un generador de energía, pues el expediente técnico no lo consideró, lo que ha dejado sin que los estudiantes puedan trasladarse a sus nuevas aulas.

El Gobernador Juan Carlos Morillo debe escuchar estos reclamos y disponer que el gerente de la Sub región Pacifico se avoque de manera especial en este caso porque no hay derecho a que estos alumnos sigan mirando sus nuevas aulas casi terminadas y no las puedan utilizar hasta el momento.

Solo es cuestión de finiquitar los detalles finales que faltan, si ya se avanzó tanto no se entiende porque se quedan en la parte final. Hay que convenir que se trata de un justo pedido que es pertinente atender sin pérdida de tiempo.