RELLENO
Hace unas semanas, luego del mensaje presidencial, se publicaron encuestas a propósito del pedido de adelanto de elecciones del presidente Vizcarra, y, en ellas se descalificaba a los congresistas de Ancash por su deficiente labor. Pero en esas encuestas una de las que peor mérito mostraba era Yessenia Ponce Villarreal, una congresista que para infortunio de los ancashinos llevaba el membrete de Ancash como su representación. Ya todos saben el descrédito que arrastra esta congresista que nadie sabe cómo sigue en el cargo, sin embargo, anteayer sumó otra estrella a su vergonzoso curriculum. Aceptó integrar la bancada oficialista del movimiento PPK (Peruanos por el cambio) y se lució en la fotografía oficial. Pero los mentores de la bancada oficialista, ahora que han quedado en ella unos perfectos desconocidos, no la llamaron porque coincidían con sus planteamientos y propósitos o porque haya destacado por alguna iniciativa y mucho menos. La llamaron para poder completar el mínimo de representantes para poder ser considerados una bancada y no desaparecer ante las renuncias de sus integrantes Mercedes Araoz, Carlos Bruce y Ana María Choquehuanca. En otras palabras la llevaron como “relleno” pues de no haber conseguido esta repentina incorporación habrían perdido la presidencia de la comisión de presupuesto. Qué vergüenza, que te llamen solo para rellenar la cuota mínima y salvar la circunstancia, sin embargo, ella se luce radiante y feliz, ni siquiera se imagina lo que piensan de ello los peruanos al ver tan lamentable episodio que no dejó de ser comentado ayer en los medios de comunicación y las redes sociales. Y. pensar que los ancashinos tenemos que tolerar que se diga que esta congresista es representante de Ancash. Todo un estigma para nosotros.
NEGOCIADORA
Pero lo que vimos ayer en el Noticiero de ATV sí que nos invita a pedir que no solo saquen del congreso a Yessenia Ponce sino que la envíen a la cárcel. La periodista Milagros Leyva mostró una carta firmada por la congresista en mención, en papel membretado del Parlamento, en la cual se refiere a las negociaciones de obras que hacia nada menos que con el hoy Presidente de la República Martín Vizcarra cuando se desempeñó como Ministro de Transportes. En esta carta Ponce Villarreal admite haber solicitado obras para “sus alcaldes” y que ahora le estaban pidiendo dinero por ellas. Incluso, se refiere a los “3 puntos” que le piden y uno que sería “su ganancia”, lamentándose haber utilizado su influencia como congresista para esta clase de negociaciones. Cualquiera que tiene dos dedos de frente entiende que esto es un acto de corrupción y no se sabe que ha hecho el Ministerio Público con este documento que, mal que le pese a muchos, proviene nada menos que de una “madre de la patria”. Habla de “operador”, “puntos” “enganche” y hasta menciona nombres de gente que debe ser convocada por la justicia para aclarar esto, inclusive, involucra al Jefe de asesores del entonces Ministro Martin Vizcarra. Aparentemente, este documento de fecha mayo del 2017 y se habría elaborado con la finalidad de desacreditar al hoy Jefe de estado o al gobierno de Pedro Pablo Kuczynski. Ahora la pregunta que se cae de madura es ¿el movimiento político del Presidente Vizcarra convoca a esta congresista a formar parte de sus filas? El colmo.
DESAFUERO
Lo que no llegamos a entender los peruanos es ¡cómo es posible que esta congresista siga formando parte del Parlamento!. Esta legisladora fue sancionada con 120 días de suspensión y se supone que en ese lapso debería haberse evaluado y autorizado su desafuero, sin embargo, la comisión la blindó, encarpetó el expediente y permitió que esta pésima congresista vuelva al cargo y seguir gozando de los jugosos beneficios que le confiere el cargo, a pesar que no le corresponde. Recién el pasado mes de Julio se ha reunido la comisión y aprobado el levantamiento de su inmunidad, sin embargo, este acuerdo debería haber sido aprobado y sancionado por el pleno del congreso para que la desafecten, empero, hasta ahora no lo ha hecho. Claro, si es capaz de prestarse a esta clase de jugarretas como sumarse a una bancada para impedir que desaparezca, entonces, por ello la protegen. Qué vergüenza.