Editorial

Editorial: ::: GESTIÓN INMINENTE :::

El Comité Regional de Seguridad Ciudadana (CORECSEC) que preside el Gobernador Juan Carlos Morillo e integran las principales autoridades de la Región Áncash, acordó en su última sesión emitir un memorial con la firma de todas las autoridades ediles y políticas de Ancash demandando que el Gobierno Central desista del cierre de las Escuelas de Sub Oficiales de la Policías en Yungay y la provincia del Santa.

Este documento debe ser remitido a Palacio de Gobierno a efectos de ser entregado al Jefe de estado, Martin Vizcarra y al Ministro del Interior, ante los cuales la máxima autoridad regional deberá sustentar las razones por las cuales los ancashinos disentimos de las medidas que ha firmado el propio presidente de la república.

Y es que la clausura de estas dos escuelas de formación policial ya no resultan una especulación o un transcendido, han sido plasmadas en un decreto supremo que lleva la forma del primer mandatario y del Ministro Carlos Morán, razón por la cual el pedido del CORESEC resulta imprescindible y debe atenderse a nivel del ejecutivo por mediación de los congresistas que llevan la representación de Ancash.

Los alcaldes de Yungay y Santa, Fernando Casio Consolación y Roberto Briceño Franco, fueron los que pusieron en alerta al pleno del CORESEC respecto a esta situación que ya se torna apremiante en la medida que no solo las ciudades de Chimbote y Yungay sino muchas de la Región Áncash se han visto fortalecidas con la presencia de más efectivos policiales egresados de estas escuelas de formación policial, hay muchos nuevos agentes que se han distribuido por toda la Región, de allí que resulta contraproducente que el Gobierno haya determinado su cierre definitivo para transformarlas en centro de entrenamiento para efectivos policiales.

Se cierra de esta manera una puerta importante para la seguridad ciudadana en la medida que es de dominio público las carencias de personal que observaron las comisarias hasta hace unos años.

Hay que tener en cuenta que los niveles de inseguridad han crecido en todo el país, de allí que se hace necesario que lejos de mermarse en cuanto a recurso humano, la Policía debería fortalecerse y vigorizarse mucho más.

Alguien dijo por allí que no se debería de olvidar los cuestionamientos que se hicieron en todos los medios por la inadecuada formación de estas escuelas como consecuencia de los reiterados actos de indisciplina y el relajo de jóvenes suboficiales que se vieron envueltos en escándalos públicos, sin embargo, es evidente que se trata de casos aislados que se promueven más que nada por la formación personal de cada efectivo policial, esa que no es posible corregir en alguna entidad o institución en la medida que se traduce en los valores de cada persona.

De allí que es necesario que el Gobierno del presidente Vizcarra se sincere y señale cuales son las reales razones por las cuales se cierra de pronto dos escuelas que promueven la formación policial, pues eso que no presentan las condiciones adecuadas es puro cuento, más aun cuando en el caso de Chimbote se hizo a instancias de la propia entidad tutelar.

En efecto, hace ya varios años la escuela de Policía se edificó en un terreno cuyas extensiones fueron propuestas por la propia Policía, con los ambientes y especificaciones que se dieron a conocer desde la misma Policía y con las condiciones suficientes como para albergar a los postulantes aptos para acceder a la carrera policial.

Sin embargo, en aras de no generar más discordia, el CORESEC ha accedido a disponer los recursos suficientes para efectuar las mejoras que requieran estas dos escuelas de Yungay y Santa a efectos que no exista más pretextos para suspender el cierre intempestivo.

Lamentablemente, la ambición del presupuesto que manejan ambas Escuelas parece ser la oculta motivación que se tiene para derivarlos a otras escuelas de formación policial que pretenden funcionar con dichos recursos.

Es como desvestir un santo para vestir a otro, de allí que el pronunciamiento del CORESEC es una pieza importante en la demanda de las autoridades ancashinas y es una gestión imprescindible que debe tener el carácter de urgente en su agenda de las próximas semanas. No podemos seguir siendo patio trasero de otras ciudades que se han llevado ya muchas instituciones de Chimbote y ahora le pusieron el ojo a la Escuela de Sub oficiales. Basta ya de tanto abuso con nuestra ciudad.

CIFRAS PREOCUPANTES

La lactancia materna no solo es el primer alimento de un bebé, es el alimento ideal y necesario para su crecimiento y desarrollo, esto no solo es el discurso reiterativo que reciben los padres al momento del parto de un bebé sino que responde a muchos estudios que se han realizado en torno a la alimentación de un recién nacido.

Y es que la lecha materna contiene todos los elementos nutritivos que necesita una criatura, así como las sustancias que lo protegen contra infecciones y alergias. Los bebés amamantados tienen menos probabilidades de desarrollar obesidad tanto en la infancia como en la época adulta.

Esto es lo que se ha ratificado la semana pasada en las áreas de maternidad de todos los centros de salud con ocasión de realizarse la “semana de la lactancia materna”, una fecha que es propicia para destacar una de las primeras obligaciones que tiene la mujer cuando accede a la dicha de ser madre.

Sin embargo, en estas actividades se ha deslizado una preocupante estadística que nos dice que solo el 70% de las mujeres le da el pecho a sus hijos, lo que quiere decir que hay un 30% de bebés que solo se alimentan con fórmulas y están expuestos no solo a enfermedades sino a un desarrollo inadecuado en su futuro.

Las autoridades deben incidir en sus campañas de información a las futuras madres, las mujeres deben entender que antes de cualquier disquisición, primero está la salud y el bienestar de su niño y eso pasa por la obligatoriedad de alimentarlo con la leche de su propio seno.