AMPARO
El mal precedente que dejó la acción de amparo planteada por la congresista María Elena Foronda contra su empleadora, el congreso de la república, cunde y anima a otros a recurrir a una vía legal que deja mucho que desear en el tratamiento disciplinario a los mal llamados “padres de la patria”. Ayer martes ha sido nuevamente sancionada la congresista ancashina Yessenia Ponce Villarreal con 60 días de suspensión y ni bien se propalaba la noticia, la parlamentaria que hizo noticia por hacer de “relleno” para completar la lista oficialista e impedir que retiren esa bancada, se apuraba en anunciar que apelaría a este mismo expediente de la Acción de Amparo. Bajo el ridículo argumento que “se trata de una venganza de Fuerza Popular”, Yessenia Ponce se paseaba por todas las cámaras de televisión que estaban en el congreso pretendiendo sostener que esta segunda sanción era una represalia por haber abandonado las filas del fujimorismo. Sin embargo, todos saben que si alguien protegió a Yessenia Ponce fueron los fujimoristas que impidieron que la sancionen en dos primeras investigaciones: una relacionada a los falsos certificados con los que acreditó su hoja de vida y otra por haber invadido ilegalmente una sesión de consejo regional en Huaraz. En la primera no la sancionaron a nivel de comisión de ética y en la segunda le perdonaron la vida en el pleno. Sin embargo, los dislates de la misma Yessenia Ponce la catapultaron nuevamente en los escandaletes, salió el tema de los profesores y compañeros de clase fantasmas y luego apareció un audio en el que hablaba del proyecto Chinecas. Por el segundo caso ha sido sancionada ya a 120 días y quedó pendiente el tema de la falsa declaración de una vivienda en San Borja que ella ocupaba, en la que se determinó que faltó a la verdad. Por este último tema se le ha sancionado, pero lo que extraña es que el pedido de desafuero que se le hizo el año pasado haya sido refundido y no se ponga en debate. Y pensar que, a pesar de todo ello la congresista sigue alegando que es una víctima. ¡Que tal pechuga!
TALA
El alcalde de Nuevo Chimbote, Domingo Caldas Egusquiza, debe hacer algo pero rápido para detener la tala indiscriminada en el llamado Parque San Antonio, en donde se ha formado un bosque en lo que debería haber sido un emporio industrial que nunca se concretó. En efecto, los terrenos ubicados en la zona adyacente al sector de Tangay estaban destinados para el Parque Industrial San Antonio, el cual nunca se concretó por falta de presupuesto y, esencialmente, por falta de voluntad política de las autoridades de turno que solo la mencionaron como propuesta electoral. Sin embargo, allí se generó un bosque al cual los leñadores le echaron el ojo desde hace un buen tiempo y comenzaron a cortar los troncos de manera indiscriminada. La semana pasada llegó al lugar el alcalde sureño y sus funcionarios quienes verificaron que se había realizado una tala indiscriminada por ello decidieron disponer una vigilancia más celosa y el alcalde anunció proyectos de reforestación para darle vida y actividad a este pulmón en el que se ha convertido el otrora Parque San Antonio. Nos imaginamos que para ello tendrá que gestionar que los terrenos se reviertan y se deje de lado parcial o totalmente el proyecto industrial. Veremos qué es lo que pasa, lo cierto es que ya no se puede mantener abandonado este terreno porque despierta el apetito de los taladores y de los traficantes de tierras.
BOQUETE
La delincuencia sigue desafiando a la autoridad policial, afortunadamente, los custodios no han permitido esta vez que los maleantes se burlen en sus narices. En efecto, la oportuna presencia de una unidad de patrullaje frustró un espectacular asalto en la tienda principal de la compañía Entel, a la cual ingresaron haciendo un enorme forado desde un inmueble vecino que está desocupado. El establecimiento está ubicado en la quinta cuadra de la avenida Pardo, es decir, a solo una cuadra y media de la División policial y los delincuentes ya habían acondicionado cientos de celulares en varios sacos que estaban a punto de retirarlos de no haber sido por la oportuna llamada de un transeúnte que observó los extraños movimientos en ese lugar. Si los delincuentes siguen haciendo forados a solo unos metros de la sede principal de la Policía quiere decir que siguen tan desafiantes como siempre.