ABUSO
La decisión de la esposa del regidor Edwar Palomino Tomas, de retractarse de la denuncia que formuló el pasado domingo contra su marido por violencia física y psicológica no sólo decepciona a sus propios hijos sino que ha dejado un profundo malestar entre las mujeres en general. Las propias integrantes del colectivo “Ni una menos” de Chimbote se mostraron contrariadas cuando tomaron conocimiento de este hecho y decidieron seguir apoyando a los hijos en su denuncia contra el regidor pegalon porque entienden que no se debe dejar sentado un mal precedente en casos de esta naturaleza. Sin embargo, en lo que a los medios de comunicación compete, esta actitud no nos extraña porque, como lo dijimos ayer en esta misma columna, hemos visto innumerables casos similares porque esa es la tradicional debilidad de las mujeres, las que las condena a un sometimiento que muchas veces termina mal. Lo que si no podemos aceptar de ninguna manera es que la acomedida mujer del regidor pretenda achacarle todos sus problemas y su actitud pusilánime de rectificarse de la denuncia a los medios de comunicación. Muy suelta de huesos salió de la Comisaría a decir que era la prensa quien “manipulaba” (sic) por no decir magnificaba según su absurda tesis, los hechos relacionados con su esposo. Llego al absurdo de afirmar que todo era político y que recogían su denuncia porque su esposo era regidor y querían perjudicarlo. Semejante exabrupto no podemos tolerarlo como lo hicieron los reporteros que entrevistaron a la mujer y no le retrucaron absolutamente nada. Los medios de comunicación lo que han hecho es trasmitir una denuncia formulada, irónicamente, por ella misma y resaltarla en la medida que el protagonista de los hechos de violencia contra la mujer era un individuo que tiene la condición de autoridad. No se trata de cualquier hijo de vecino y si la señora no quería escándalo debió pensarlo antes de presentar la denuncia sin embargo, es evidente que se retracta por otros motivos, ya lo han señalado los especialistas, la dependencia emocional y económica pesa más que la dignidad de ciertas mujeres. Pero ese es su problema, los medios de comunicación no vamos a permitir que nos coloquen como los “chivos expiatorios” de los complejos de algunas damas, menos aun cuando tradicionalmente en estos casos vuelven a derramar lágrimas porque los golpes no se terminan. Así está escrito y no habrá diferencias en este caso, apostamos todo contra sencillo.
INJUSTOS
Para el derecho penal ser joven o muy viejo es un handicap frente a los demás. Ellos porque se ha establecido que en el tema de la responsabilidad penal que alcanza a una persona que ha incurrido en delito, existe una responsabilidad relativa cuando el agente es menor de 21 y menor de 18 años de edad, así como cuando se tiene más de 70 años de edad. Lo cierto es que cuando los hechos delictivos implican actos de crueldad o brutalidad, esta norma no debería de aplicarse, no se puede alegar inmadurez cuando un mozalbete acaba la vida de otros con extrema fiereza. Un caso de estos son los sicarios que se asesinaron al alcalde de Samanco Francisco Ariza Espinoza y al abogado Henry Aldea Correa, a quienes no sólo dispararon a matar, sino que arrojaron botellas incendiarias debajo del auto para asegurarse de su muerte y ambos fallecieron asfixiados y calcinados. Este tipo de brutalidad también alcanza a los dos sujetos que asesinaron a David Osorio Abad luego de una noche de juerga. Lo torturaron y lo mataron sin piedad porque pensaban que los había centrado. El juzgado debió condenarlos a cadena perpetua como solicitaba el fiscal sin embargo, sólo les impuso 30 años porque al momento del cruel asesinato tenían menos de 21 años. Por eso decimos que ser joven es un handicap para la ley penal y eso no debe funcionar en casos en donde se advierte extrema malicia y crueldad. Ese es nuestro parecer.
HUMAREDA
De un tiempo a esta parte la quema de pastizales en el distrito de Nuevo Chimbote se ha hecho una mala costumbre. Los bomberos y personal del serenazgo han debido acudir a estas extensas áreas verdes ubicadas detrás de Villa María o Las Brisas en donde gente inescrupulosa ha prendido fuego a la densa maleza. Jamás se llegó a establecer quienes provocaron esos incendios forestales, se dice que serían los fumo es que llegan a consumir y arrojan las colillas de los cigarros o que son los tejedores de muebles y esteras que necesitan quemar los totorales para obtener su materia prima. Nada se ha establecido, por el contrario, estos incendios continúan y hace poco más de una semana se registró en la zona de Atahualpa, en donde la densa humareda ya no llegó a la zona este de Chimbote sino a las viviendas de los asentamientos humanos ubicados en las 217 hectáreas. Las densas columnas de humo se avistaban desde lejos y muchos coincidían en que algo hay que hacer para evitar que se contamine el ambiente y que se perjudiquen miles de personas que deben soportar una infernal humareda. A ojalá se pueda poner coto. Todo esto.