Editorial

Editorial: ::: NECESARIA PRESENCIA :::

Por intermedio de sus dependencias competentes, la Municipalidad Provincial del Santa dispuso la semana pasada paralizar los trabajos que se venía realizando al interior del inmueble del P.J. San Pedro, en donde se instalaría una antena de telefonía pese a la oposición de los vecinos.

La autoridad edil tomó esta decisión luego de verificar que esos trabajos se venían realizando sin que se cuente con licencia de la Dirección de Obras, consecuentemente al hallarse al margen de la ley se ordenaba la paralización de la obra.

Esto ocurrió en el jirón Perené, del pueblo joven San Pedro hasta donde llegaron las autoridades encabezadas por el Dr. Julio Rivera, fiscal adjunto de la Fiscalía de Prevención de Delito, la regidora Yaqueline Gonzales, la funcionaria Olenka Sifuentes, personal y efectivos de la comisaría del pueblo joven San Pedro, con conocimiento del representante de la empresa constructora.

Allí los intervinientes constaron que, efectivamente, se estaban haciendo trabajos de excavación en la vivienda, hasta donde se han llevado maquinarias, pese a que no cuenta con el permiso de construcción, incurriendo de esta manera el propietario del inmueble en una grave infracción.

La reacción de las autoridades se registró luego que en la víspera se suscitara un enfrentamiento entre los vecinos con los representantes y trabajadores de la obra, pues la comunidad se opone a la instalación de una antena de telefonía en la medida que considera que la emisión de radiación afecta la salud de los moradores.

Sin embargo, lo que se tiene que tener en cuenta es que esta intervención se realiza por la carencia de autorizaciones para realizar trabajos en este lugar y ello no obedece al hecho que la empresa encargada no haya realizado los trámites, sino que responde a la negativa de la autoridad municipal a que se lleven a cabo estos trabajos en la medida que en la zona existe un Colegio.

Empero, lo que no se puede dejar de soslayar es que la intervención de las autoridades obedece más que nada a un tema de forma, a la carencia de resoluciones de autorización, de tal suerte que si la empresa regulariza los mismos podrá retomar los trabajos e instalar la antena que es para lo cual ha sido contratada.

En ese caso el conflicto y los enfrentamientos continuarán en la medida que los moradores no quieren que les impidan realizar trabajos por falta de licencia, lo que no quieren es que se levante finalmente la antena de telefonía.

De allí que es imperativo que los Municipios tomen posición respecto a esta cerrada oposición de la colectividad en la medida que no solo se ha presentado en el P.J. San Pedro, sino en muchos otros sectores de la ciudad se han registrado escaramuzas similares y es que nadie asume la responsabilidad de la instalación de la antena.

Ello porque el funcionamiento de una antena también requiere de una licencia y ella solo puede ser extendida por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, es este portafolio el que administra el espectro electromagnético en el país y, por lo tanto, son ellos los que tienen competencia para dirimir este tema.

Sin embargo, hasta donde sabemos hasta la fecha no lo hace, existe muchas vacilaciones en la medida que de un tiempo a esta parte se ha difundido la especie aquella de la radiación perniciosa de esta clase de antenas, sin embargo, no se conoce de documentos e informes contundentes y categóricos.

Por ello es que se presenta este enfrentamiento y seguramente que seguirán presentándose otros enfrentamientos de allí que se tiene que tomar posición respecto a esto y no se debe dejar que se germinen escaramuzas y roces entre trabajadores y pobladores porque esa clase de escenarios se pueden salir de control y derivar en hechos de violencia que nadie quiere.

Afortunadamente, en los incidentes registrados en el P.J. San Pedro la reacción de las autoridades ha permitido retomar la calma y eso es lo mas rescatable de estos acontecimientos, es decir la necesaria presencia de las autoridades cuando se suscitan esta clase de conflictos. Una autoridad debe estar en el lugar en donde se requiere su intervención.