Editorial

Editorial: ::: INCOMPRENSIBLE DISPOSICIÓN :::

Los efectivos de la Policía de Investigación Criminal habían realizado un generoso despliegue de seguimientos y recopilación de información y consiguieron identificar a tres peligrosos sujetos que se dedicaban a robar y asaltar viviendas en el distrito de Nuevo Chimbote.

Justamente, esta actividad delictiva ha venido creciendo de manera preocupante en el distrito sureño, tanto así que el propio Jefe de la División Policial, Coronel Jorge Cotito Huallanca había anunciado, tras un dialogo con las autoridades sureñas, disponer el traslado de más efectivos a esta jurisdicción.

Por ello es que los agentes policiales se mostraban satisfechos en la medida que habían conseguido echarle el guante a una de las bandas delictivas que venía operando en el distrito sureño y lo hicieron en flagrancia de delito, cuando se habían reunido en un inmueble en donde acopiaban el producto de sus robos.

De esta manera, los tres delincuentes fueron interceptados a bordo del automóvil marca Chevrolet color naranja que utilizaba placas clonadas y falsas. Dentro de la unidad se logró encontrar televisores, zapatillas, joyas y gran cantidad de placas de rodaje falsas.

Asimismo, se conoció que dentro una vivienda en el A.H. “Belén” se encontró otros artefactos como Play Station, piscinas de plástico, herramientas, que habrían sido sustraídos durante las fiestas de fin de año.

Sin embargo, luego que estos maleantes fueran puestos a disposición del Fiscal con el atentado correspondiente y los bienes incautados, los agentes policiales se dieron con la sorpresa de ver salir a los delincuentes con una sonrisa de lado a lado y burlándose de quienes los aprehendieron.

El Fiscal Penal de Nuevo Chimbote, Juan Walter Ramírez Choque dejó en libertad a los tres sujetos intervenidos en la urbanización Unicreto de Nuevo Chimbote pese a las circunstancias de flagrancia de su captura.

Tras culminar la fase de investigación preliminar el Fiscal Ramírez Choque decidió investigar a Juan Carlos Bazalar Rodríguez (47), Luis Andrés Castro Grados (50) e Iván Pecho Barreto (33) por el delito de receptación porque según dijo, nadie los reconoció como los autores del robo de sus viviendas, sino únicamente como los que estaban en poder de artículos robados.

Esto lo hizo a pesar que en el documento policial y en las actas de incautación que no fueron recusadas por los intervenidos y sus abogados, se deja expresa constancia que además de habérseles hallado en poder de artefactos robados, los sujetos portaban una serie de placas de rodaje falsas.

Esto ultimo es un claro indicio que los delincuentes no solo eran reducidores, como lo declara a priori el representante del Ministerio Público, sino que se trata de sujetos dedicados al robo y utilizan estas placas falsas justamente, para despistar a la Policía para evitar que fueran identificados.

Es extraño que el representante del Ministerio Público, quien se supone que es el defensor de la sociedad en juicio, presente conclusiones apresuradas respecto a la actividad delictiva de los sujetos cuando deberían ser pasibles de una prolija investigación a efectos de establecer el grado de participación que tienen en los hechos delictivos.

Como pretende el Fiscal que los delincuentes detenidos no hayan sido reconocidos por alguna persona como autores de robo o asalto si esto se tiene que determinar en el marco de una investigación, la Policía los detiene justamente para que el Fiscal los investigue y lo ha hecho en flagrancia de delito, como se dice en el argot criollo, los han pescado con las manos en la masa.

Al parecer el Fiscal pretende que la Policía encuentre a los delincuentes cuando están robando para poder calificar a los investigados como ladrones, cuando es evidente que los seguimientos y el trabajo de inteligencia, son herramientas efectivas que permiten hacer frente a la delincuencia.

No es posible que sujetos que han sido capturados con objetos robados y con placas falsas que demuestran que las usan para perpetrar diversos robos, puedan escapar fácilmente de la persecución de la autoridad y regresen a las calles para seguir delinquiendo, pues esto ha ocurrido siempre que se registran esta clase de decisiones de escándalo por parte del Ministerio Público.

Cierto es que en los delitos patrimoniales no solo se requiere de especies robadas, sino que exista un agraviado que acredite la pre existencia de lo que ha sido materia del delito, empero, si es que no se realiza una investigación con los maleantes encarcelados para evitar que perturben la pesquisa, como se puede hacer frente a una delincuencia que cada día se muestra más osada y atrevida.

Justamente, el accionar delincuencial se incentiva con esta clase de disposiciones de los Fiscales, tibios y claudicantes, que no respetan en absoluto la angustia y la desesperación de miles de personas que se ven despojados de su patrimonio por esta gente que rápidamente gana las calles y no son sancionados como corresponde.

La información periodística da cuenta del malestar y la incomodidad que ha generado en las huestes policiales la liberación de los detenidos, empero, la irritación y la indignación es mucho mayor en la ciudadanía que advierte que la impunidad sigue ganando espacios y que cada día que pasa se siente mas desprotegida y relegada por sus propias autoridades.

Lamentablemente, no es la primera vez que el Ministerio Público procede de esta manera, ya el año pasado se registraron hechos igualmente bochornosos, como la liberación de un delincuente “Ronaldhino” que fue detenido en flagrancia de delito y de un asaltante que fue capturado tras haber asaltado al administrador de un céntrico establecimiento comercial, hechos que generaron rechazo y repulsa pero que no le hicieron ni siquiera cosquillas a quienes dirigen la Fiscalía.

Justamente, frente a la indiferencia de los altos mandos, los fiscales se creen con derecho a emitir esta incomprensible disposición que lo único que consigue es exponer nuevamente la integridad patrimonial de los chimbotanos. Que lamentable.