DESGUARNECIDOS
Llama poderosamente la atención como el gobierno ha torpedeado información relacionada a los protocolos que ha puesto en marcha para impedir que el “coronavirus”, que se ha convertido en la peste del presente siglo, se propague y extienda en nuestro país. Y en la medida que uno de los vehículos de contagio es la llegada de viajeros del exterior, especialmente de los países en donde se había decretado la presencia de este mal, como China e Italia, se supone que deberían haber extremado el control en el aeropuerto con la ubicación de cuadrillas de personal médico y asistencial debidamente protegidos que se encargue de tomar la temperatura y auscultar a los pasajeros con los datos respectivos a efectos de hacerle un seguimiento. El Ministerio de salud reveló que se habían tomado todas estas precauciones, sin embargo, el testimonio del llamado “paciente cero”, como se le conoce al piloto de Latan Perú que fue el primero que dio positivo a las pruebas, propaladas el último domingo nos corroboran que esos protocolos no se aplican o sencillamente no sirven para nada. Y, es que si el mismo portador no reacciona como correspondía ahora estaríamos sufriendo un verdadero brote de coronavirus. Este paciente dijo que llegó al país el miércoles 26 de febrero y tres días después comenzó a evidenciar los malestares de una gripe. Consciente de su procedencia, el mismo paciente solicita a la clínica que tiene su seguro médico que acuda un médico a su domicilio y pese a que le advirtió que regresaba de Europa este médico le “descartó al ojo” que no tenía el coronavirus sino una gripe estacional y le recetó ¡un antibiótico!. Pero este paciente insistió y se dirigió al día siguiente a la clínica, en donde el médico le reiteró que no mostraba síntomas graves pero a pedido del paciente le hicieron pruebas “para detectar influenzas”, el cual obviamente salió negativo. Fue este mismo paciente que un día después obtuvo el teléfono del Instituto Nacional de Salud y allí fue que le dijeron que no salga de casa que ellos se dirigían a revisarlo. Solo en ese momento le tomaron las pruebas de isopado y determinaron que efectivamente, esta persona tenía el coronavirus y declararon en cuarentena a su familia que ya estaba contagiada.
DESGUARNECIDOS II
Sin embargo, luego que el presidente de la república dio a conocer este caso, la ministra de salud como sus principales funcionarios faltaron a la verdad al país, dijeron que la clínica en donde se atendió el portador había notificado de su posible contaminación cuando ello no es cierto. El propio paciente se dirigió a ellos, obtuvo el teléfono y de esta manera fueron a verlo pero hasta tres veces los médicos de la clínica particular lo devolvieron a su domicilio, de allí que la pregunta que todos nos hacemos es ¿no comunicó el ministerio de Salud a todas las clínicas y consultorios particulares que deberían derivar o dar cuenta de la presencia de algún paciente que presente los síntomas de una influenza grave?. ¿Cómo es posible que médicos que tienen conocimiento de esta amenaza del coronavirus no hayan previsto el traslado del paciente al Instituto Nacional de Salud apenas les informó que regresaba de países en donde este mal ya se ha extendido a niveles preocupantes? ¿Tanta informalidad existe a nivel de centros asistenciales de nuestro país? Lo cierto es que cuando escuchamos al denominado “paciente cero” decir que el médico le diagnosticó “al ojo” que no tenía el coronavirus, se nos erizó la piel. No es posible que un profesional de la medicina llegue a conclusiones tan serias de esta manera, peor aun cuando sabe que estamos ante una amenaza y que la persona que le pedía asistencia médica le advertía que se daban todas las condiciones para sospechar que era un portador del terrible mal que amenaza al mundo. Hay mucho por hacer en estos casos, no se puede tener a la población tan desprotegida como ocurre en este momento.
INFORMACION
La propagación del coronavirus en el mundo es cosa seria, no hay que tomarla con indiferencia en la medida que, aun cuando se trata solo de una influenza que no tiene tratamiento y como llega se va, lo cierto es que cuando contagia a grupos vulnerables o cuadros clínicos puede hacer mucho daño. De allí que nos parece acertado que la red de salud pacífico norte haya enviado a su personal a las calles para dar charlas y ofrecer información a transeúntes y grupos de personas. Lamentablemente en estos casos las redes sociales se convierten en instrumentos negativos, de alarma y temores infundados. La información del personal de salud es idónea y servirá de mucho a quienes la reciban.