Opinión

MASCARILLAS, RESPIRADORES Y VENTILADORES (II)

El pasado lunes les comenté sobre la utilización de respiradores certificados N95 como prevención ante el coronavirus y llegados aquí quisiera hacer una aclaración al lector. Utilizar un respirador N95 no proporciona la garantía absoluta de no contagiarse con el virus. Se trata de un Equipo de Protección Personal muy sencillo y elemental que requiere una correcta utilización, como es colocarlo adecuadamente en la cara, lo que significa ajustarlo a la faz, de forma y manera que tanto al inhalar como al exhalar todo el aire entre y salga por la zona de filtración y no por sus bordes. La falta de hermeticidad puede originar hasta una pérdida del 60% de su fiabilidad. La certificación N95 nos dice que ese respirador filtra hasta un teórico 95% de partículas nebulizadas y en suspensión, de una solución de cloruro de sodio, de hasta 0,3 micrómetros (milésimas de milímetro) de diámetro. Eso es lo que nos dice. Lo que tenemos que saber es cuál es la medida de lo que hay que retener, en este caso el coronavirus. Según los científicos, oscilan entre 80 y 120 nanómetros (milésima parte del micrómetro) o lo que es lo mismo entre 0,08 y 0,12 micras. O sea, son más pequeños que las 0,3 micras que filtra el N95. Entonces, ¿no sirve el respirador N95? Claro que sí que nos sirve. Este respirador filtra no sólo en superficie sino también en profundidad, lo que hace que las partículas al ir atravesando las diversas capas filtrantes originen el fenómeno de adsorción, y bien electrostáticamente o con fuerzas de Van de Waals, son retenidas las partículas más finas que han conseguido llegar hasta la última capa de protección. Esto quiere decir que si bien la garantía teórica de filtración en este caso es inferior al 95%, ese respirador sigue siendo el de mayor eficacia y solvencia del que podemos disponer. Por ello en numerosos estados, entre otros el nuestro, se ha implantado la obligatoriedad de la utilización de respiradores en las calles y lugares públicos con el objeto de prevenir los contagios. Otra cosa diferente son los equipos de protección utilizados en laboratorio, donde ahí sí se dispone de protecciones al 100% de fiabilidad.

La garantía absoluta sólo la tendríamos cuando el virus no estuviera entre nosotros y ese supuesto ya no es dable. Este virus ha llegado y va a permanecer en el entorno. Que cambie su virulencia sólo el tiempo lo dirá. Pero lo que sí podemos hacer es utilizar las medidas de prevención que tenemos a nuestra disposición y entre ellas están los respiradores, sin olvidar las más importantes como son el lavado de manos con abundante agua y jabón durante un mínimo de veinte segundos, guardar la distancia de seguridad de entre metro y medio y dos y al estornudar o toser sin llevar puesto el respirador, cubrirse utilizando un pañuelo desechable. Ante la más que dificultad, imposibilidad de encontrar respiradores N95 en el mercado, por su escasa disponibilidad, ya que la priorización va dirigida, con buena lógica, hacia los profesionales de la medicina por su mayor riesgo de contagio, hace que se inste a que cualquier persona pueda protegerse confeccionándose su propio respirador, en el bien entendido que normalmente será un sucedáneo que en ningún caso alcanzará la eficacia de un respirador N95 y que por lo tanto no podrá considerarse como un Equipo de Protección Personal (EPP), sino como un simple equipo de higiene. Ya comentamos en el artículo anterior que el material más idóneo era el llamado “tejido sin tejer” que suele ser confeccionado a base de 50% de poliester+ 50 % de viscosa. Este tejido tiene abalado su compatibilidad de uso con la piel sana de una persona, por lo que no producirá daños tras un uso prolongado y se viene utilizando con éxito en la confección de pañales de contención. Otra opción, recomendada por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo español consiste en:

100% Propileno hidrófobo spunbond de 40gr/m2 (dos capas), para la parte exterior del respirador.

80% Poliester/20% viscosa espunlace de 44gr/m2 (dos capas), para la parte central.

100% Polipropileno hidrófobo spunbond de 20Gr/m2 (una capa), para la parte interior del respirador.

El patrón para la confección podrá ser de forma rectangular similar a la mascarilla quirúrgica, con un menor ajuste facial, o de forma cóncava con la que se conseguirá un mayor ajuste facial y por lo tanto mayor hermeticidad. En ambos casos deberán disponer de dos gomas elásticas o cintas para su anudado posterior.

De todas formas es importante resaltar que los materiales híbridos, es decir los respiradores hechos con varias capas (filtración en profundidad), de diferentes tejidos suelen tener una buena capacidad filtrante, como es el caso de algodón + franela, o algodón + seda, o algodón + gasa, pero en ningún caso equiparable a una N95.

Es importante que el usuario de respiradores sepa que a mayor poder de filtración la pérdida de carga en el interior del respirador aumenta, lo que dicho en otras palabras es que a mayor filtración (más número de capas filtrantes) mayor dificultad de entrada del aire y por lo tanto mayor esfuerzo para respirar. Esto es importante lo tengan presente aquellas personas con asma o problemas respiratorios pues su utilización podría resultarles perjudicial. Hasta aquí he venido hablando de los respiradores y ahora veremos las mascarillas quirúrgicas.

Las mascarillas quirúrgicas tienen su adecuado uso para proteger a la persona sana de quien la lleva puesta y pudiera emitir partículas contaminantes. Así pues, la podremos utilizar en caso de ya estar contaminados, para proteger a las personas que nos rodeen con el fin de evitar su contagio. Se denominan quirúrgicas pues son las adecuadas a utilizar por los profesionales de la medicina en sus actos médicos llevados a cabo en quirófanos (que están esterilizados) y salas de curas. Suelen ser confeccionadas con celulosa (papel), evitan la salida de gérmenes al exterior al mismo tiempo que protege de posibles salpicaduras de fluidos y no son considerados como EPP. Por todo ello las mascarillas quirúrgicas no son las adecuadas para la protección del hombre en la calle.

Los ventiladores suelen ser la última esperanza para los pacientes más gravemente afectados por el COVID-19 y lamentablemente existe un gran déficit de estos en los hospitales. Además la especulación es moneda corriente entre algunos fabricantes que llegan a suspender entregas de pedidos anteriores para pasar a triplicar su precio en nuevos pedidos, como es el caso de Trademedic SAC en su venta al Minsa. Estos aparatos, mediante un tubo traqueal que penetra hasta los pulmones, los ventila, pudiéndose efectuar el intercambio gaseoso con la exhalación del consiguiente dióxido de carbono. El lunes próximo les ampliaré información de estos ventiladores y las ECMO (Oxigenaciòn por Membrana Centrífuga Extracorpórea).

Moraleja: El virus se coronó sin gloria y con mucha pena.

Así sea. EL VIGÍA

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