Editorial

EDITORIAL ::RECICLANDO COSTUMBRES::

El año pasado una ley aprobada por el destituido congreso de la república, determinó la eliminación progresiva de las bolsas de plástico desechables y dio lugar a un descarado negocio de los grandes supermercados que ya entregaban esas bolsas pero bajo el dictado de esa ley le pusieron precio a las mismas.

Las bolsas nunca se eliminaron pero si le pusieron precio y el costo se trasladó al sufrido usuario que no encontró otra salida que pagar y llenar los bolsillos de los especuladores que, hasta la fecha, se amparan en esa ley pero no para no entregar bolsas (como debería ser) sino para venderlas.

Ahora el gobierno acaba de aprobar el reglamento de la ley de eliminación de residuos sólidos y ha establecido, en medio de la emergencia sanitaria que vive el país y el mundo, que todos debemos reciclar nuestros desechos orgánicos e inorgánicos.

Esto quiere decir que debemos volver como costumbre una modalidad de selección de la basura que rige ya desde hace muchos años en otros países más avanzados en estos temas y que han conseguido de manera efectiva combatir la contaminación.

Pero en lo esencial, esta norma no sólo establece nuevas obligaciones a las familias y compromete a la ciudadanía, sino que también contiene disposiciones nuevas e importantes para las autoridades, como en el tema de la eliminación de la basura.

No podemos olvidar que en este aspecto Chimbote ha vivido etapas bastante infortunadas por la pertinacia de ex autoridades ediles de mantener un botadero nauseabundo en la entrada del túnel de Coishco, el mismo que no sólo dio lugar a protestas y denuncias de los pobladores del vecino distrito, sino que provocó serias secuelas sanitarias que motivó al actual alcalde Roberto Briceño a clausurar este botadero y disponer el traslado de las toneladas de basura que se recogen diariamente en la ciudad hasta las áridas parcelas de La Carbonera.

Justamente, allí el Municipio provincial ha emprendido un ambicioso proyecto con el asesoramiento del Minan para la construcción de celdas en las cuales se eliminarán los restos orgánicos e inorgánicos evitando supuestamente la posibilidad de contaminación ambiental.

Sin embargo, cuando estamos ingresando a una nueva etapa de la ejecución de un futuro relleno sanitario, en el mundo ya se viene dando vuelta a la página de ese sistema que ha quedado obsoleto, pues hoy por hoy se encuentra en boga el procedimiento de industrialización de la basura.

Y es que se encuentra científicamente probado que enterrar la basura genera la filtración de sustancias químicas nocivas en el subsuelo que pueden llegar a contaminar el agua, es decir, que se sigue generando otras muestras de contaminación interna tan nociva como la ambiental.

En tal sentido, la autoridad municipal debe estar ya pensando en alguna buena alternativa para evitar este desenlace que no sólo la coloca en infracción a la norma sino que la expone a un problema mayor si es que no hace algo y pronto con el botadero de Coishco en donde se encuentran enterradas miles y miles de toneladas de basura que ya se convierte en otro serio peligro para la naturaleza y la vida.

La comuna provincial tiene la solución a sus expensas, hace ya algunas semanas puso en debate un proyecto de industrialización de la basura que no tendrá costo alguno para el ayuntamiento pero recibirá una enorme contraprestación en beneficio de la ciudad, lamentablemente no se debatió por omisiones de orden formal que deberían haberse superado en cuestión de días.

Hay que pensar en el futuro, en nuestra ciudad se eliminan cientos de toneladas diarias de basura que se viene acumulando de manera peligrosa porque en un futuro ya ni siquiera podrán ser colocadas en celdas.

Esperemos que se adecúen al nuevo reglamento de la ley de eliminación de residuos sólidos, más aún cuando tiene que entender que, así como los peruanos tendremos que acostumbrarnos a nuevas normas de vida y prevención de la salud por esta pandemia que nos afecta, así también ellos deberán ir reciclando sus costumbres con respecto a los temas de la higiene y la limpieza pública estrechamente relacionadas con la salud pública. Este ya es un asunto de urgencia.

Archivo: EDITORIAL RECICLAJE