Verdades, Curiosidades y Algo más Nº 4-2020
Por: Ricardo Sevillano Valderrama (*)
(Anónimo)
Queridos amigos:
Los chimbotanos del ayer recordamos con nostalgia nuestra hermosa playa (1950). Nuestro mar era de un color azul-bajo y, otras veces, verde ecológico transparente, su arena era limpia con una playa que alcanzaba más de las veces hasta un retiro de nuestro pacífico mar de 100 a 150 metros; donde los chimbotanos, disfrutábamos de ese hermoso paisaje y teníamos como marco de fondo a nuestra emblemática Isla Blanca, que permanecía serena, limpia, hermosa, orgullosa.
Ella (la Isla Blanca), es testigo de todo lo bueno que rodeada a Chimbote de ese entonces: un cielo azul, un aire puro, un mar limpio que cobijaba delfines (bufeos), alegres que invitaban todos los días a contemplar un espectáculo hermoso y armonioso que nos divertía a niños, jóvenes y adultos, y nos hacía sentir serenos y protegidos por la sabia y bendita naturaleza. Alcanzamos también a disfrutar las especies que nos regalaba nuestro mar como: El Robalo, la Corvina, el Lenguado, las Cojinovas, el Bonito, la Chita, el Pejerrey, el Ojo de Uva, las Cachemitas, las Lizas, el Jurel, la Caballa, la Cabrilla, la Sardina, la Cabinza, la Mojarría, el Tramboyo, el Camotillo, la terrible Raya Marina… y todas estas especies eran alimentados por la “anchoveta”, que se encontraba almacenada en nuestro mar generoso por “millones de toneladas”.
También disfrutábamos contemplar en aquel entonces a gigantes tortugas de mar, los cangrejos, el pulpo, las conchitas blancas, las conchas de abanico, los choros y como plato de fondo el yuyo marino… y para completar nuestra alegría por las tardes aparecían los “feos”, pero inofensivos “lobos de mar”.
La arena limpia de nuestra Bahía cobijaba a los muy-muy, que eran el postre de los “carreteros” (animales parecidos a los cangrejos). Ahora nuestras nuevas generaciones ya no alcanzarán a ver y disfrutar de esta riqueza marina descrita en líneas superiores.
El cielo azul de nuestra limpia bahía se veía poblado de nubes enteras de alegres “pardelitas”, como también de las elegantes y estilizadas “Gaviotas”, también gozábamos de la presencia del “Guanay” (ave), y n podía dejar de mencionar a los graciosos e inofensivos Pelícanos (Pájaro Cocho), todos estos animalitos eran alimentados por nuestra sabia naturaleza y el aire que respirábamos era puro.
Todos los días gozábamos contemplando un hermoso atardecer: era el ocaso del día, que consistía en la retirada del Rey (El Sol), por la parte nor-este de la bahía y el Rey del día (El Sol), se ocultaba por la bocana grande, iluminando de una manera intensa a nuestra emblemática “Isla Blanca”, como diciéndole… ¡Hasta mañana!… ¡amiga mía!… y algo más.
Vivíamos felices y contentos por todo lo que nos regalaba la sabia y bendita naturaleza… hasta que aparecieron un conjunto de individuos muy malos (es lo mínimo que se le puede decir), disque para explotar nuestros recursos marinos y dar trabajo, pero lo único que hicieron fue depredar y contaminar (armadores e industriales)… ahora vemos la realidad actual y
somos testigos que estos malvados intrusos… destruyeron gran parte de nuestra riqueza
marítima… ¿por qué?… ¡Nunca la cuidaron!, ¡Nunca la respetaron! Sólo les interesó
enriquecerse a lo bestia.
Amigos:
-No será que la aparición del Corona-Virus-19, ha puesto en una disrupción(**), a la economía
mundial… Y le dice la naturaleza al hombre: “Respétame o te desaparezco”.
-Que nuestro deseo se cumpla mediante el Salmo 140 (139) La Biblia.
-Entonces, el Lic. Juan Puente B. (“Tote”), la Srta. Gladys Unyén Velezmoro y la Dra.
Teresa Seminario de Alva, dijeron: Hablamos de “La Oración”.
Gibran Jalil Gibran (***), respondió:
“Oráis en vuestra angustia y en vuestras necesidades; más, debéis orar también en la
plenitud de vuestro gozo y en vuestros días de abundancia.
¿Qué es la oración sino la expansión de vosotros mismos en el éter viviente?
Y si para aliviaron volcán vuestra oscuridad en el espacio, también para vuestros deleites debéis derramar en él, el alba de vuestro corazón.
Y si sólo podéis llorar cuando vuestra alma es incita a la oración, también ella os incitará repetidas veces hasta que podáis reír.
Cuando oréis, os eleváis para encontrar en el espacio a quienes en ese mismo momento están orando, y a quienes en ese mismo momento están orando, y a quienes no podréis encontrar en ninguna otra parte fuera de la oración.
Por tanto, procurad que vuestra visita a ese invisible templo no sea más que éxtasis y dulce comunión.
Porque si entráis en el templo con el único propósito de pedir, no recibiréis. Y, si entráis para humillarnos, no seréis levantados.
Y si lo hacéis para rogar por el bien de otros, no seréis escuchados. Basta con que entréis en el templo invisible.
No puedo enseñaros a orar con palabras. Dios no atiende vuestras palabras salvo cuando es El mismo quien las dice a través de vuestros labios.
Y yo no puedo enseñaros la oración de los mares, de los bosques y de las montañas. Más vosotros, nacidos de las montañas y los bosques y los mares, podéis encontrar su oración en vuestro corazón.
Y si os limitáis a escuchar en la quietud de la noche, le oiréis decir en el silencio: “Señor nuestro, que eres nuestro ser alado, es Tu voluntad la que quiere en nosotros. Es Tu anhelo el que anhela en nosotros.
Es tu impulso el que en nosotros convierte nuestras noches, que son tuyas, en días que también son tuyos.
Nada podemos pedirte porque Tú sabes nuestras necesidades antes de que nazcan en nosotros. Tú eres nuestra necesidad, y dándonos más a ti mismo, nos lo ofreces todo”.
Queridos amigos:
-La peor cobardía es saber lo que es justo y no hacerlo.
-El carácter es la virtud de los tiempos difíciles.
-Quien detenta el poder debe ser humilde.
(**) Disrupción: fractura, dilatación brusca de una estrechez. Apertura brusca de un circuito.
(***) Escritor Libanés-Cristiano (1883-1931). Obra: “El Profeta”.
“Cualquier similitud, es simple coincidencia”
Mayo 2020 (*) Promotor de inversiones