Opinión

LA NOSTALGIA DE LA FIESTA DE SAN PEDRITO

Por: Mg. William Torres Carrasco

En la estricta medida de la ampliación de la cuarentena en Chimbote, de parte del gobierno por haber la pandemia multiplicado su virus. Es muy posible que nuestra imaginación requiera una serie de formas para desarrollarnos dentro la nueva convivencia social, y consigamos lograr amagar el contagio, ante las probabilidades de un rebrote del covid-19. La tarea de salir librado, ya requiere de una batalla personal, tiene muchas dificultades, sobre todo, entendiendo que tenemos un futuro incierto. Y una nostalgia presente, sobra decirlo, que el tiempo no vuelve atrás. Justo a unos días de la fiesta Patronal de San pedrito, nos anuncia que nuestra región no calificaba para levantar la cuarentena. Al menos pensamos, que desde que se fundó el homenaje a nuestro Santo Patrón por la fe de unos humildes pescadores, hubo participación masiva de fieles, al entorno de la imagen sagrada, orando e invocando su bendición. Una tradición que hace una excepción este año, no habrá ferias, serenatas, ni nada por el estilo. Pero la fe y esperanza de sus fieles, continuará incólume. Y este 29 de junio, como todos los años San Pedrito, el Santo Pescador, derramará sus bendiciones sobre nuestro Puerto, reafirmando su protección celestial sobre los hombres de mar, sobre sus arriesgadas faenas y a toda la población porteña. Es cierto, el pasado puede inspirar, añorarlo, volvernos melancólicos, pero el presente nos toca vivir, y sobre ese camino tenemos que enrumbarnos. Esta vez no habrá la tradicional celebración del paseo en el mar de la imagen de San Pedrito, pero ese día de festividad, desde donde nos encontremos, elevaremos nuestras oraciones para que Chimbote y todos los pueblos del Perú y el Mundo sean liberados de la devastadora pandemia, que tanto daño está haciendo a la gente. Al mismo tiempo, nuestros rezos al Santo Patrón, para que no caigamos en pesimismo y desánimo, y que nuestros dilemas y miedos no acaben con nuestras expectativas. Y que termine de una vez por todas, con los aspavientos, los enfrentamientos estériles, y que ilumine la mente de las autoridades, para abrir una nueva etapa del diálogo serio y concertado, para tomar las mejores decisiones para el bien de la población, en la lucha contra la pandemia, porque como pinta las cosas, será una batalla larga. Y no vaya ser que, al término de esta terrible historia, seamos más pobres. Y mientras dure la pandemia, con la bendición de San Pedrito y con nuestros mejores cuidados, esperando con serenidad y firme expectativa, el pronto final del episodio, que nos cambió la vida. Para vivir mejor y con mucha alegría, con nuestra familia y con las personas que nos quieren y nos aprecian.