Opinión

LOS TEST RÁPIDOS Y SUS SORPRESAS

Las pruebas realizadas para evaluar el coronavirus nos dan una información parcial y provisional de lo que ha ocurrido en el cuerpo humano con el Covid-19, aunque con frecuencia nos encontramos con respuestas que no coinciden con lo que se sabe del coronavirus.

La medicina, una gran ciencia, dista bastante de ser una ciencia exacta. Y eso es debido a que el cuerpo humano, biológicamente es muy complejo lo que hace que resulte imposible mostrar todos y cada uno de los factores que influyen o determinan una enfermedad, así como su evolución clínica. La medicina, en muchos casos se encuentra ante la incertidumbre de que una enfermedad se dé de una forma u otra en función de qué individuo se trate. Hay un aforismo médico que así lo dice: “No hay enfermedades sino enfermos”. El COVID-19 es acaso, ejemplo actual y cierto de cómo una misma causa, el microscópico coronavirus puede originar en el ser humano consecuencias tan extremas y diferentes como son desde la ausencia total de síntomas hasta la muerte.

Así vemos como los test de anticuerpos (pruebas rápidas) que se están realizando a infinidad de individuos en los lugares más recónditos del mundo, muestran la diversidad y variabilidad biológica del ser humano. Los resultados obtenidos de numerosas personas no encajan con lo que teóricamente debería encontrarse tras una enfermedad por coronavirus. Tanto los falsos positivos como los falsos negativos que aparecen en las diferentes pruebas pueden explicar sólo en parte esos resultados inesperados y recalco, sólo en parte. Cabe preguntarse ¿por qué son inesperados determinados resultados? Para poder entenderlo deberemos ver detenidamente cómo aparecen los anticuerpos como respuesta a la enfermedad SARS-CoV2.

Cuando una persona se infecta, pasan varios días hasta que el sistema inmunitario adaptativo se activa y responde. Los diferentes elementos que lo integran lo convierten en un sistema defensivo muy eficaz que actúa selectivamente mediante los linfocitos B, que se activan al detectar un agente extraño, segregando gran cantidad de proteínas llamadas anticuerpos o inmunoglobulinas (Ig). Estos anticuerpos son como misiles que salen disparados para desactivar ciertas moléculas de los agentes patógenos, desactivándolos o destruyéndolos. Existen cinco tipos de anticuerpos (Ig) : IgA, IgE, IgD, IgM e IgG. Pues bien, la inmensa mayoría de pruebas rápidas realizadas registran en la sangre la presencia o no de IgM e IgG, porque ambas ofrecen en su conjunto información muy valiosa de en qué fase se encuentra el paciente. Los IgM son los primeros anticuerpos que aparecen en la lucha contra el coronavirus, pero no son muy efectivos, apareciendo en la sangre varios días después de la infección y detectables en los test, normalmente entre los 7 y 12 días, alcanzándose el nivel máximo a las dos o tres semanas. Mientras tanto los otros, los IgG, son mucho más potentes, precisos y efectivos, pero tardan más en aparecer en sangre, haciéndolo tras 10 – 14 días de la infección. El tiempo en que se mantienen en la sangre es muy diferente de uno otro, y así los IgM suelen ir disminuyendo lentamente hasta desaparecer tras el día 20 del principio de la infección, mientras que los IgG alcanzan su pico máximo sobre el día 50, y disminuyendo muy lentamente sus niveles con el tiempo, permaneciendo en el caso del coronavirus durante meses y desconociéndose a la fecha si durante años como ocurre con otros virus.

De lo dicho anteriormente se deduce fácilmente que :

Si una persona es IgM+ pero IgG –, la persona está en una fase de infección activa aguda.

Si una persona es IgM+ e IgG+ la persona está en una fase de infección activa avanzada o en fase de infección tardía o de convalecencia. Podremos saberlo con certeza si hacemos una PCR ( Reacción en Cadena de una Polimerasa), más conocida como “prueba molecular”, para ver si el coronavirus sigue estando presente.

Si una persona es IgM- e IgG+ es que la persona probablemente ha pasado la infección y se ha recuperado.

Hasta aquí la teoría conocida, pero resulta que en la práctica se están observando resultados que no coinciden con ese esquema. Por ejemplo, la prestigiosa revista científica Nature Medicine, recoge en un estudio reciente, algunos resultados inesperados a partir de 285 pacientes afectados de COVID 19.

La semana próxima veremos esos inesperados resultados.

Moraleja: La mejor medicina es un ánimo siempre gozoso. (Salomón)

Así sea. EL VIGÍA.alt