Editorial

Editorial ::SI SE PUEDE::

La pandemia del coronavirus ha cobrado en estos seis meses de presencia en el mundo, un total de 12 millones 300 mil contagios, mientras que han dejado de existir poco más de medio millón de personas, cuando aún no se encuentra alguna vacuna que la detenga.

Y en medio de este escenario lúgubre, el comportamiento de este virus ha establecido pautas sumamente definidas, como que su acción ofensiva es más severa en los adultos mayores y en los cuadros vulnerables, es decir, en aquellos que sin tener muchos años encima padecen algún cuadro clínico que permite que el Covid 19 lo conduzca a la muerte.

Por ello es que el accionar de las autoridades sanitarias en el mundo se ha dirigido a proteger a estos segmentos de la población, ha cuidado que ellos no se expongan y son conscientes que a pesar de las medidas de prevención la posibilidad del contagio está latente.

En tal sentido, hay que tener en cuenta que este es un virus que aún se encuentra en estudio e investigación, que los científicos van encontrando una serie de variaciones en las secuelas patológicas los contagiados y hasta el organismo mundial que vela por la salud, la OMS, se ha visto obligado a variar sus protocolos de atención médica y de prevención ante la enfermedad, en la medida que se ha ido experimentando con los casos presentados en todo el planeta.

Esto es evidente en la medida que si uno coge un mapamundi y observa la ubicación de los países y sus registros de contagios y muertes, se sorprenderá la manea como es que tiene alta incidencia en algunos y no se muestra tan agresivo en sus vecinos, algo que no tiene hasta el momento una lógica explicación.

Sin embargo, hay algunas características que no se pueden dejar de soslayar, como el hecho que en la altura el Covid 19 no es tan letal y contundente como en la zona costa y ello se puede explicar a partir de la diferencia anatómica de los pobladores de ambas regiones, pues en el caso de los pueblos ubicados en zona de altura el poblador cuenta con un sistema respiratorio más desarrollado en razón, precisamente, de la poca presencia de oxígeno en esos lares.

Pero en el caso de los adultos mayores las cifras ponen en evidencia que existe una tendencia a la mortalidad en razón que el virus es mucho más agresivo en los organismos que no cuentan con un sistema de defensas debidamente fortalecido, en esos casos suele derrotar fácilmente la vitalidad de las personas, empero, esto no es una regla sin excepciones.

En efecto, se ha conocido de casos en los cuales personas de avanzada edad han superado los cuadros del nuevo coronavirus, han llegado a sortear los tratamientos y han salido entre aplausos de los hospitales, como fue el caso de un antiguo chimbotano de 104 años de edad, miembro de una de las primeras familias que llegaron a Chimbote, que superó los achaques de esta pandemia pero falleció nueve días después debido a que su organismo había sido mellado por la enfermedad.

Pero hace solo unos días hemos tomado nota del caso de una abuelita de 95 años, María Herminia Santos Palma, cuya familia la asistió con médicos particulares y la sometieron a un tratamiento en su propio domicilio, en donde a base de los medicamentos que se vienen utilizando contra esta enfermedad, pudo salir de cuadro clínico que la afectaba y ha superado al Covid 19 contra todo pronóstico.

Esto nos deja una luz de esperanza frente al aciago panorama que nos muestra esta enfermedad, especialmente en Chimbote que se ha convertido en un foco infeccioso y en donde las cifras dicen de una peligrosa expansión letal de la enfermedad.

Por ello es que el caso de María Herminia Santos Palma debe ser un estandarte para todos aquellos que arrastran los estragos de esta temible enfermedad, pues el mensaje que nos trae es que si es posible vencer a este enemigo invisible al margen de los años.

El caso de esta anciana de 95 años nos dice que “si se puede” derrotar a este virus asesino, lo que se requiere, antes que cualquier sistema inmunológico fuerte, es una férrea voluntad positiva, un pensamiento que nos persuada que ninguna pandemia nos puede someter y que debemos salir siempre adelante, con esa convicción nadie podrá mellar nuestra salud y no debe poner n riesgo nuestras vidas.