Política

ACTUALIDAD Y POLITICA…ACTUALIDAD Y POLITICA

DESLIZ

La abogada Liliana Otero Salinas, quien ha sido juez de la Corte Superior del Santa, ha solicitado a la gerencia de Sedachimbote, incorporarse como miembro del directorio al haber sido designada como tal por la Junta Empresarial en calidad de representante de la accionista Municipalidad Provincial del Santa. Sin embargo, la gerencia ha observado esta designación y todo indica que la devolverá a la junta empresarial o junta de accionistas, como se denomina ahora, a efectos que se informe al ente competente de la imposibilidad de incorporar a quien tiene la condición de inhabilitada para la función pública. En efecto, la gerencia ha detectado que la mencionada abogada cuenta con una medida de inhabilitación a cuestas, pues cuando fue magistrada fue destituida del cargo y se le impuso una medida de inhabilitación que a la fecha se encuentra vigente. Si esto es así, la pregunta que se cae de madura es ¿Cómo es posible que se haya designado a quien no está habilitada para ejercer un cargo público? ¿Es acaso que en la comuna provincial no revisan previamente las curriculas de los postulantes a un cargo? ¿Existe en este caso una declaración jurada de la letrada sobre su habilitación para la función pública? Lo que se sabe es que un regidor ha pegado el grito en el cielo en la medida que es consciente que su voto compromete su condición legal en rzón que podrían caer en la figura delictiva de abuso de autoridad en la modalidad de elección indebida. Al parecer esto no nos consta, se habría expedido un informe de la asesoría legal de la comuna provincial que asegura que la abogada Liliana Otero no estaba inhabilitada y de ser así la responsabilidad correría por cuenta de quien ha suscrito ese informe. Esperemos que las cosas se aclaren, sin embargo, alguien nos hizo una pregunta a propósito de este y otros casos sobre la selección de las personas que deben ocupar los cargos públicos de vanguardia y nos decía ¿es que acaso en Chimbote no existen profesionales capaces y sin denuncias o antecedentes que los descalifiquen? ¿Por qué insistir en personajes que en el pasado han arrasado serias acusaciones y ha merecido hasta sanciones? Huelgan los comentarios.

BLANDOS

Frente a la arrogancia y la ilegalidad en la que incurrieron los congresistas al pretender eliminar la inmunidad parlamentaria con un dictamen en el cual solo maquillan este clamor del pueblo (porque finalmente se mantiene el régimen de impunidad) y,  por el contrario, eliminan de un solo plumazo las prerrogativas de los altos funcionarios del estado, el presidente convocó de urgencia al Consejo de Estado. Este organismos que es la máxima representación del país en la medida que está integrado por los titulares de los poderes del estado y de los organismos constitucionales, debería manifestarse sobre la pachotada orquestada por este remedo de congreso, empero, finamente solo hubo un pronunciamiento tibio. Todo indica que la presencia del involucrado, es decir del presidente del congreso en esta reunión, no permitió que se adopte un cuerdo contundente, solo se aprobó una exhortación del legislativo para que los proyectos de reforma constitucional tengan un mayor debate. Si las cosas quedan como están, solo queda la próxima legislatura para aprobar o desterrar el circo que orquestó el congreso con el tema de la inmunidad parlamentaria.

PAPELON

Lo que nadie podrá borrar es la lamentable imagen que han proyectado los congresistas de la república ante sus propios electores, es decir, aquella careta que se repudió de los anteriores congresistas que fueron disueltos y que la mostraron sin vergüenza alguna. Ello porque todos los congresistas, con contadas excepciones, esgrimieron en sus campañas electorales de noviembre y diciembre pasado, la muletilla esa de eliminar la inmunidad parlamentaria. “Será la primera iniciativa que presente” decían los candidatos. Sin embargo, una vez elegidos se olvidaron del tema, debió ser el ejecutivo el que insista en estos procedimientos y cuando llegó la hora undécima, se negaron a debatir el proyecto o lo dejaron sin someterlo a la agenda en el cierre de la legislatura. La pechada del presidente los obligó a tomar un acuerdo mucho más nefasto aun. Ahora ya todos conocen la real catadura de estos parlamentarios que, una vez más, dejan mal el nombre de la representación en la historia política del país. Y pensar que muchos decían que éramos exagerados cuando decíamos que “se habían cambiado mocos por babas”.alt