Tal como lo habíamos advertido ayer, el mensaje a la nación que ofreció el presidente de la república Martín Vizcarra por fiestas patrias no involucró una sola medida que beneficie a nuestra región o que aliente alguna posibilidad de inversión para los megaproyectos que esperan los ancashinos en el curso de los próximos 12 meses.
La poca expectativa que habíamos presagiado en la víspera se cumplió más allá de lo que muchos pensamos pues todo el discurso presidencial se ha referido en un 90% al problema de la pandemia del COVID 19, a sus graves consecuencias, al rol que juegan las entidades que se encuentran en la primera línea de batalla en la lucha contra este enemigo invisible, así como a las angustias de la gente frente a este mal.
Sin embargo, a pesar que el mensaje se ha reservado, seguramente con marcada justificación, a los entretelones de este virus que agobia a todo el mundo, los peruanos no hemos escuchado lo que se imponía en este momento, como es el escenario lúgubre y complicado que tiene nuestro país.
Muchos queríamos saber las razones por las cuales el Perú es el segundo país de Sudamérica con mas contagios y fallecimientos y el sétimo país en todo el mundo cuando se suponía que el Gobierno había manejado con la mejor prudencia el inicio de esta pandemia, ordenando una cuarentena general mucho antes que otros países.
Si eso fue así muchos queríamos saber de boca del primer mandatario cuales eran esas razones por las cuales nos debatimos con las peores cifras en todo el orbe, inclusive, en peores condiciones que muchos otros países que adoptaron medidas de emergencia muchas semanas después de lo que se impuso en el país.
Esto es más grave aun cuando ya se ha hecho público que el número de fallecimientos que señala la plataforma oficial del Gobierno, es decir la sala situacional del MINSA, no responde a la realidad, que los muertos son muchísimos más y que a la cifra inicial que ha reconocido la Ministra de semana pasada, de 3,688 más que ya se han identificado como decesos por covid, se sumarían otros 7 mil más esta semana, lo que haría un total de 25 mil muertos a causa de esta enfermedad.
Nadie trata de culpar al gobierno por ello, por el contrario, somos conscientes que esto ha sido la suma de muchos errores, comenzando por la irresponsabilidad de miles de personas que no acataron desde un primer momento el aislamiento social obligatorio y continuando con las iniciales decisiones erradas del ejecutivo, como la aplicación de bonos, convirtiendo las colas de los bancos en el primer foco infeccioso o promoviendo la salida a los mercados sin cuidar que ellos cuenten con medidas sanitarias como para impedir la expansión del contagio.
Un mea culpa habría sido lo más indicado en un mensaje que estaría cargado solo de buenas maneras, que ha sido solo un resumen de medidas diversas que han contribuido a paliar los difíciles momentos a muchas familias como la aplicación de bonos, pero con una deficiente información en lo relacionado al auxilio de las empresas en la medida que los subsidios dispuestos a través de reactiva o la suspensión perfecta de labores aun no llegan a la mayoría de empresarios y trabajadores, una deficiencia que le puede costar muy caro al aparato productivo y la economía nacional.
Empero, en medio de esta enumeración de medidas, el Presidente incluyó algunas gestiones sectoriales de su gobierno y destacó, entre ellas, el hecho que se haya conseguido destrabar la tercera etapa del proyecto Chavimochic, el proyecto liberteño que se nutre de las aguas de nuestro río Santa, pero ignoró por completo al proyecto Chinecas que espera desde hace muchos años que se ponga en ejecución.
Ya el año pasado el Jefe de estado se comprometió con el gobernador Juan Carlos Morillo en inyectar una partida de 200 millones de soles para retomar Chinecas, empero, la pandemia lo hizo olvidar sus promesas, y, por lo menos hubiera ratificado este ofrecimiento como para hacernos pensar a los ancashinos que no hemos sido ignorados.
Fue un mensaje presidencial como siempre, sin los anuncios demagógicos como antes y con las omisiones tradicionales de los principales sectores del país. No entendemos por qué el Presidente optó por un mensaje insulso en su despedida del cargo en la medida que ya no estará al frente del país el próximo aniversario patrio.