DIOCESIS
Una de las primeras normas de prevención contra la expansión del Covid 19 es el uso de equipos de protección, tales como mascarillas, jabón y desinfectantes. Por ello es que el gobierno no ha reparado em gastos para distribuir este material a través de diversos canales, no solo con los gobiernos regionales y los organismos de salud, sino con entidades reconocidas de la sociedad civil. Por ello no extrañó que la semana pasada llegara el Vice ministro de energía y minas, Víctor Murillo Huamán con más de 5 mil kits de mascarilla, alcohol en gel y jabón líquido que hizo entrega a la Diócesis de Chimbote a efectos que pueda realizar su distribución en los sectores más necesitados. El pedido fue atendido por el Ministerio de energía y Minas, cuyo titular es el coordinador del Ejecutivo en Ancash, ante el pedido canalizado por el padre Giovanni Sabogal que, en esta fase de la pandemia, camina de la mano del colectivo “Oxigeno es vida” y de la Diócesis de Chimbote. Es importante que la iglesia se sume a estas actividades en la medida que, como lo estamos advirtiendo, se consiguen resultados bastante efectivos. Por su parte el Padre Giovanni ha cumplido con el emcargo que le delegaron y ha distribuido esta ayuda y, además, otros aditamentos que se adquirieron con los fondos recaudados en la oxigetón, como balones de oxígeno cuyos envases son prestados a las familias de los pacientes que necesita. Un aporte importantísimo de un clérigo que lleva no solo la camiseta de su Santa natal bajo la sotana, sino de Chimbote y toda la provincia del Santa, basta verlo que se dedica en cuerpo y alma por conseguir todo lo que necesitan los enfermos y más necesitados.
REMUNERADOS
La semana pasada el Jurado Nacional de Elecciones dio a conocer la ponencia del titular de su pliego ante el congreso de la república. Sustentando las modificaciones a la actual legislación electoral, entre las cuales se ha incluido la posibilidad de establecer una remuneración para los miembros de mesa. Nos parece que los encargados de llevar adelante la maquinaria electoral para concretar los comicios del año próximo ya advierten que el ausentismo será notorio y no es porque la ciudadanía prefiera pagar una multa antes que estar todo el día en los quehaceres de una elección sino porque existe el natural temor de exponer su vida con un contagio. Sin embargo, establecer una remuneración como un incentivo a la deserción electoral colisiona con un principio de toda persona cual es del deber con la patria. Participar en los comicios en condición de miembro de mesa es un deber cívico de toda persona, es un compromiso con la democracia y el honor de contribuir con la transición jurídica del país. No puede distorsionarse el norte de los peruanos con una prebenda como aliciente para que cumpla con un deber con la patria. Eso no nos parece bien y lo único que conseguirá es que una gran mayoría solo se interese, en el futuro, en el dinero antes que en el destino del país.