“La Viña del señor”:
Mt 20, 1.16.
Jesús sigue diciéndonos en parábolas la profundidad de la llamada en el Reino a trabajar en su viña. Todos somos llamados a colaborar con Jesús en la implantación de la civilización del Amor que tiene a Cristo, el dueño de la viña como Señor y Maestro. ¿Cuál es la enseñanza de esta parábola que, cuando no se explica bien, hacemos a Dios injusto y caprichoso?
- El amor y la preocupación del Señor por su viña que es su pueblo y cada uno de nosotros. Quiere que se trabaje para que se dé fruto y fruto abundante. Se mata por su viña.
- En su humildad Dios siempre cuenta con cada uno de nosotros para llevar adelante la obra de la creación, de la redención, de la santificación. Por eso va llamando. Sale a las plaza convoca a todos a cualquier hora del día. A todos les paga a su tiempo.
La parábola nos sitúa en diferentes horarios para contratar; al amanecer, al mediodía y al atardecer. A todos les paga con un denario. La recompensa de quien sigue a Cristo es el mismo Cristo como recompensa. Los primeros esperan más que los últimos, que no habían llevado el peso de la jornada.
- Cuál es la moraleja, la enseñanza más profunda para que nos quedemos con la copla y nos hagamos al Señor caprichoso e injusto. Sencillamente lo que dice al final. ¿Vas a tener envidia porque yo soy bueno? Es la bondad de Dios que siempre y a cualquier hora y momento cuenta con nosotros para trabajar en su viña. No compararnos con nadie. Vivir en el agradecimiento de su bondad sabiendo que Dios siempre cumple sus promesas.
+ Francisco Cerro Chaves Arzobispo de Toledo Primado de España