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ACTUALIDAD Y POLÍTICA

PROCESION

Debido a la pandemia del covid 19 se ha tomado la dura y difícil decisión de suspender la procesión del Señor de los Milagros en este próximo mes de octubre. La tradición religiosa no ha dejado de realizarse desde que se registró la guerra con Chile, cuando la secuela del conflicto bélico, por los desastres que se dejaron, dio lugar a que se suspendiera este rito multitudinario por dos años consecutivos, ello quiere decir que desde hace más de 200 años la salida del cristo morado no se había interrumpido por ningún motivo. Seguramente ha debido postergarse algunos días pero jamás ha dejado de realizarse porque esta es una manifestación de fe, y, como dice el dicho “la fe mueve montañas”. Sin embargo, no se puede dejar de reconocer que la procesión de octubre congrega a miles de personas en las calles, es un acompañamiento en donde no existe distanciamiento social, en donde se congestiona de gente y existe el peligro que se convierta en un foco infeccioso y un lugar ideal para que se vuelva a expandir el virus. Una de las primeras medidas que ha incentivado la autoridad de salud es prohibir toda actividad que congregue a personas, por ello se ha prolongado el reinicio de actividades de la denominada fase cuatro que involucre la presencia de público, como son bares, discotecas, cines entre otros. En este rubro se encuentran las festividades religiosas como la procesión del cristo morado que es una de las actividades religiosas que congrega a más gente como ninguna otra. Es lamentable pero hay que reconocer que esta medida era necesaria, es comprensible porque lo que se tiene que priorizar es la preservación de la salud.

MORO

A diferencia de lo que se ha decidido con la procesión de octubre, en el vecino distrito de Moro se han iniciado las actividades religiosas para celebrar a su santa patrona la Virgen del Rosario, actividad religiosa que comienza con la tradicional “bajada” de la imagen, en la que han tomado parte tres autoridades del lugar. Obviamente, no se trata del mismo caso, se trata de una fiesta más pequeña y que se puede realizar bajo el cumplimiento de estrictas medidas de seguridad para impedir, justamente, que el covid 19 haga de las suyas. Apelarán al mismo sistema que se utilizó en Chimbote durante la fiesta de San Pedrito, es decir, que la procesión se realiza desde un vehículo que recorre las principales calles en las cuales algunas personas pueden salir a venerar a la imagen siempre guardando su distancia y los homenajes que le brindan las autoridades e instituciones se llevan a cabo con la presencia de un reducido numero de personas, de preferencia solo la autoridad o un funcionario. De esta manera se puede llevar adelante la festividad sin necesidad de lesionar algunas de las medidas preventivas que se adoptan en esta pandemia y que gobiernan la convivencia que se tiene con esta amenaza latente. Ahora que ha descendido el nivel de contagios y de fallecimientos, es imprescindible que se mantenga la alerta y el cuidado por parte de la ciudadanía hasta que se encuentre una vacuna que elimine esta amenaza a la salud mundial.

PROTECCION

A propósito de la decisión de los moradores de Villa Magisterial para protegerse de la delincuencia, como colocar enrejados y organizar rondas vecinales tiene su justificación, aun cuando en algunos casos se pueden convertir en medidas excesivas. El caso de los enrejados ha sido materia de cuestionamientos porque viola un derecho constitucional de cualquier persona como es el libre tránsito, sin embargo, lo que buscan los vecinos es protegerse de la delincuencia. Ocurre que en esta pandemia la mayoría de personas se  quedó en su domicilio, la misma delincuencia se replegó cuando existían medidas restrictivas al tránsito peatonal, por ende, los guardianes de las viviendas fueron los mismos propietarios. Sin embargo, en la medida que las restricciones se fueron aflojando y se levantan las cuarentenas y los toques de queda, la delincuencia vuelve a tomar cuerpo y es justo que los vecinos tomen sus medidas. Saludamos el gesto de los vecinos de Villa Magisterial porque lo único que promueven es su seguridad y ella es un derecho tan constitucional como aquellos que se restringen. Esperemos que la Policía y el Serenazgo apoyen a estos moradores y les brinden las garantías que ellos no encuentran a la fecha.