Editorial

::: A VISTA Y PACIENCIA :::

Recientes denuncias periodisticas han alertado a las autoridades de un mecanismo delictivo que atenta contra el patrimonio público y privado que debe ser desvirtuado y castigado con todo el peso de la ley.

Nos referimos a las invasiones que se han denunciado en el distrito de Moro y en la vecina provincia de Casma, una modalidad delincuencial que busca que aprovecharse de la existencia de terrenos que no son ocupados y los cuales son tomados de manera ilícita sin importarles que se trate de una propiedad pública o privada.

Primero fue el Subprefecto de Moro, Luis Bautista Chancafe, quien reveló que a diario llegan a su despacho propietarios que denuncian la invasión de sus predios por parte de extraños que se resisten a abandonar los terrenos y pretenden quedarse en los mismos aprovechado la pandemia del Covid 19.

Estas denuncias son tan delicadas que ha descrito la ocupación de un predio nada menos que de 15 hectáreas, lo cual suena risible pero responde a una realidad que las autoridades de Moro no deberían permitir y proceder al desalojo de los mismos una vez que hayan acreditado la propiedad con los documentos pertinentes.

De la misma manera, la semana pasada se pudo conocer que en el A.H. “Señor de Mayo” de la provincia de Casma sus pobladores vienen siendo amenazados por una mafia que, todo indica, es promovida por quienes fomentaron la formación de este asentamiento, allá por las épocas del gobierno regional de César Álvarez Aguilar.

Lo que describieron los dirigentes es un historia propia de un drama ficticio que se hace realidad con el descarado aprovechamiento de personas que, cuando ostentaron poder político, hicieron lo que se les vino en gana para llenarse los bolsillos de dinero.

Lo curioso es que esta revelación tiene nombres y apellidos y se sugiere quienes son los que estarían detrás de estas expresiones delictivas de extorsiones y pago de cupos por supuestos “chalequeos”, de allí que las autoridades del Ministerio Público y de la Policía Nacional ya deberían haber tomado acciones para investigar y sancionar a los responsables.

Los pobladores del A.H. “Señor de Mayo” han puesto el dedo en la llaga, habrían revelado lo que resulta ser el retorno de una organización delictiva que ya se pensaba había sido desvirtuada en Casma, aquella dedicada a las invasiones y extorsiones, empero, aparentemente hay quienes han remplazado a los que fueron detenidos por la Policía y Fiscalía de crimen organizado.

Han señalado que hace solo una semana se ha registrado una nueva invasión que se ha denominado “Carmen de la Legua”, todo ello aprovechando que la Policía y otra entidades se encuentran preocupadas en la lucha contra la pandemia.

Mucho cuidado con esto, el tráfico de tierras es una de las modalidades delictivas que deja mucho dinero negro en el camino, de allí que las autoridades casmeñas deben “parar las orejas” y “abrir bien los ojos” para detener estas invasiones. Lo mismo debe ocurrir en Moro, no dejemos que estos delincuentes que se valen de la necesidad de vivienda de la gente sigan haciendo de las suyas.