Análisis IPE
*Las confrontaciones políticas tienen un impacto negativo en nuestro avance hacia una recuperación económica
Lima, septiembre del 2020.- Es innegable que la incertidumbre política afecta nuestro desempeño económico. Por esto, las confrontaciones entre el Congreso y el Ejecutivo durante las últimas semanas han generado preocupación sobre su potencial impacto en la recuperación económica. Esto, en un contexto en el que se proyecta la mayor caída anual del PBI desde la Gran Depresión, lo que pone en realce el rol de las instituciones y su impacto en el crecimiento y el desarrollo económico del país.
¿Son competitivas nuestras instituciones?
Las instituciones políticas y económicas inclusivas –que refuerzan los derechos de propiedad, crean un campo de competencia justa y fomentan la inversión– se sostienen mutuamente y son las que determinan el desempeño económico de los países. Recientemente, el Perú se ubicó en el puesto 65 de 141 economías evaluadas en el Índice de Competitividad Global 2019, elaborado por el Foro Económico Mundial (WEF). Sin embargo, en el pilar Instituciones, el país se ubica en el puesto 94, lo que representa un retroceso de cuatro posiciones respecto de la edición 2018. El pilar instituciones evalúa 24 indicadores agrupados en 8 subpilares y los peores resultados corresponden al subpilar seguridad, y a aquellos relacionados al funcionamiento del Estado y a la transparencia de las instituciones.
En cuanto al funcionamiento del Estado, el país se ubica en el puesto 108 en orientación futura del gobierno y en el puesto 98 en el desempeño del sector público. Esto último se debe a la baja eficiencia de los mecanismos a través de los cuales los negocios pueden impugnar las regulaciones estatales (puesto 134), así como la pesada carga regulatoria por parte del gobierno (puesto 128). Más aún, en el contexto de la actual confrontación política, no debe pasar desapercibido tampoco el puesto 118 que ocupa el país en cuanto a la visión de largo plazo del gobierno.
Inestabilidad política
Según el Banco Mundial, las instituciones se entienden a partir de diversos indicadores de calidad institucional, estabilidad política, características de los regímenes políticos, capital social, y características sociales. Estos capturan aspectos específicos de la institucionalidad e impactan en el crecimiento económico a través de distintos mecanismos.
Se sabe que, aquellos países y períodos con una alta propensión a la inestabilidad política generada por cambios de gobierno, experimentan un crecimiento del PBI per cápita significativamente menor que en otros casos. Esto incluye aquellos cambios de gobierno que implican un giro significativo en la dirección ideológica o una transferencia irregular del poder.
Según autores como Jong-A-Pin (2009) y Aisen & Veiga (2013), un cambio de gabinete adicional por año reduce el crecimiento del PBI per cápita en 2.4 puntos porcentuales por el deterioro de la productividad total de factores. En el caso de Perú, existe una alta correlación entre inversión privada y confianza empresarial. En particular, la tasa de crecimiento de la inversión privada tiene una correlación de 0.72 con el rezago de dos trimestres del promedio de la confianza empresarial a 3 meses. Más aún, este coeficiente asciende a 0.76 si se considera solo inversión no minera.
En concreto, la incertidumbre actual podría desalentar la inversión privada, clave para la recuperación no solo de la economía sino también del empleo y los ingresos. Esto en un contexto en el que la crisis ocasionaría un aumento de la pobreza a niveles de hace 10 años y un retroceso de distintos indicadores sociales, lo que podría erosionar las bases del desarrollo del país a futuro.