Editorial

::: RUMBO AL FINAL :::

Uno de los megajuicios que escudriña los niveles de corrupción que se gestaron en la época de la red de corrupción en Ancash, durante la gestión del ex presidente regional César Álvarez Aguilar, se ha encarrilado en lo que, se presume, debe ser la senda de su irremisible final después de muchos años de diligencias.

Esto es lo que trasluce de la decisión que ha tomado el Juzgado Penal Colegiado Nacional, especializado en los delitos de corrupción de funcionarios, que ha señalado para el 22 de marzo del próximo año como la fecha del inicio del juicio oral del caso “La Centralita”, el tristemente célebre bunker en donde se gestaron los psicosociales y las componendas contra los opositores y enemigos del régimen del líder de “Cuenta Conmigo”.

Aun cuando ya se sabe la fecha cierta del inicio de este juicio público hay quienes consideran que es demasiado tiempo el que se ha postergado para esta primera audiencia, empero, hay que tener en cuenta que contra la buena marcha de esta pesquisa han operado una serie de factores, entre ellos la pandemia del Covid 19.

En efecto, la centralita es un juicio que se inició en Chimbote el año 2011, sin embargo, la vigencia de la red de corrupción, la verificación de la existencia de magistrados infiltrados en esa cúpula delictiva, así como el riesgo que corrían el proceso y las personas vinculadas, dieron lugar a que la Corte Suprema dispusiera el año 2014 la transferencia de su competencia a la capital de la república, al entonces flamante sistema de justicia nacional.

Claro, en nuestra ciudad el caso “La Centralita” había sido hasta dos veces archivado por jueces sometidos a esa red de corrupción, empero, el empeño y la constancia de fiscales y algunos magistrados probos, permitieron que a pesquisa no quede en la impunidad y pudo encausarse como corresponde con las medidas de prisión y apremios legales que establecen las normas legales.

Ello dio lugar a que la mayoría de agentes vinculados a la red de corrupción se pusieran a buen recaudo, se pudo capturar a César Álvarez y varios elementos de su entorno y desde entonces, con una serie de contratiempos, se pudo continuar la pesquisa ya con la intervención de magistrados especializados en esta clase de megaprocesos, como el Fiscal Elmer Chirre.

Otro de los factores que contribuyó a la dilación del proceso durante 8 años fue la gran cantidad de investigados, fueron inicialmente 64 y de ellos solo 50 han quedado con acusaciones que se deslindaran en el contradictorio del juicio oral.

El acusado principal, como no podía ser de otra manera, es César Álvarez Aguilar, contra quien el Ministerio Público ha demandado 35 años de cárcel, la máxima acusación que pesa en su contra en la medida que hasta el momento viene haciendo frente a tres juicios concluidos los que han representado 14 años de carcelería que ya viene cumpliendo en el penal “Piedras Gordas” de Ancón.

No se puede soslayar que, a pesar que ya se sabe que Álvarez Aguilar fue el promotor de esa maraña de corrupción que representó su gobierno regional por el lapso de dos períodos, los juicios emblemáticos que todos esperan confronte son este del llamado “caso La Centralita” y el alevoso asesinato del ex consejero regional Ezequiel Nolasco Campos, quizás la piedra de toque para el final de su manejo político y su presencia en el poder.

Aquel proceso penal, el del crimen de Ezequiel Nolasco, es el que está más adelantado, se hallaba en las fases decisivas del juicio oral hasta que apareció la pandemia y lo detuvo, por lo que en estas semanas será reactivado y se retomarán las diligencias para que se tenga una sentencia final, en ese caso César Álvarez afronta otra acusación en la que se demanda 35 años de carcelería.

Seguramente muchos estarán escépticos por la dilación de la administración de justicia, empero, hay que entender que la pandemia afectó a todos, incuso a la marcha de los juicios penales y, en el caso específico de la centralita”, lo había dejado con el control de acusación terminado ya la orden para que se realice el juicio oral.

La fecha ya está establecida, no deben existir otros imponderables, lo que significa que se ha iniciado también la cuenta regresiva en este proceso penal de “La Centralita” que está rumbo al final, es solo cuestión  de paciencia y esperar que se concreten las diligencias pendientes.