Editorial

::: OPORTUNA INTERVENCIÓN :::

Cual si estuviéramos en el relato bíblico de las siete plagas, las autoridades sanitarias se han puesto en alerta para atender la presencia de otros males en medio de la pandemia del covid 19, cuando existen muchos problemas de salud que atender y llegan unos sobe otros.

Por ello es que, a pesar de la emergencia sanitaria que sigue vigente en el país y el mundo por la vigencia del virus, han debido implementar una nueva plataforma de acción, eta vez para atender una política de prevención contra el dengue y sus homólogos como el Sika y la Chuquinguya.

Ello porque estos males se han convertido en endémicos en la provincia de santa, es decir, que aparecen estacionalmente para convertirse en una amenaza, frente a la cual no existe otra manera de desvirtuar mediante las campañas de prevención.

No se debe soslayar que esta clase de enfermedades suelen aparecer con las temperaturas altas, en la llegada del verano cuando se presenta altos índices de humedad pues son provocados por la presencia de los zancudos vectores del dengue.

De allí que si se sabe que estos insectos suelen aparecer durante las temporadas de verano, es pertinente que las autoridades comiencen a tomar medidas preventivas con la finalidad de contrarrestar su masiva presencia y que se transmita en cadena perjudicando a los sectores que son proclives a su proliferación, como los rurales y  asentamientos humanos.

La experiencia ha enseñado a las autoridades de salud que frente a esta clase de males que son capaces de generar un brote epidémico que afecte seriamente a la población, la manera efectiva de desvirtuarlo es a través de la prevención y ella se traduce en la necesidad de evitar todo lo que favorezca a la proliferación del mosquito vector.

De allí que se ha difundido hasta el hartazgo que los depósitos de agua limpia, o mejor dicho el almacenamiento de agua en depósitos que no están debidamente sellados, es fuente de cultivo para la reproducción del vector del dengue y entonces urge atacarlo y eliminarlo con la debida antelación.

Esto se consigue con la aplicación de medidas sanitarias que se inicia con la abatización que es una acción epidemiológica que consiste en colocar larvicidas dentro de los depósitos de agua en las viviendas que cuentan con esta clase de almacenamiento.

Estos larvicidas son compuestos que destruyen los huevos del zancudo vector en el caso hayan ingresado a reproducirse, sin embargo, no son nocivos para el cuerpo humano, no afecta a las personas de allí que no existe peligro alguno para quienes consumen y utilizan ese recurso hídrico, no existe riesgo de ninguna clase.

Justamente, esta es la parte del mensaje que en los últimos años no ha entendido la población, especialmente aquella más vulnerable hasta donde llega el accionar de las autoridades sanitarias y se resisten a permitir el acceso de los abatizadores, se niegan a abrir las puertas ante el llamado de los operadores.

De esta manera, lo único que consiguen es exponerse a la enfermedad en la medida que el vector no ha sido diezmado y existe el potencial peligro que allí se reproduzca y se extienda en cadena en la medida que la manera como se propaga es a través de la picadura en aquellas personas que han sido contaminados y el mosquito lo llevará a otros.

Esta primera medida lo que busca es impedir que se llegue a medidas extremas, como la fumigación que es un procedimiento al que se apela cuando el vector se ha masificado y existen casos confirmados y hasta la muerte de personas.

Lo que se tiene que hacer es impedir que se llegue a esta etapa de la fumigación, no solo por el riesgo que representa utilizar fuertes insecticidas en los inmuebles, sino porque en caso se llegue a este extremo es porque el vector ha avanzado y puede generarse un brote epidémico.

De allí que el inicio oficial de la campaña contra el dengue es una sabia decisión que se adopta con la debida antelación, anticipando a la presencia de un mal que puede llegar a ser mortal, más aun cuando nos hallamos ante una pandemia y están al acecho otras enfermedades como la difteria que ha aparecido después de más de 20 años. Lo que nos corresponde es sumarnos a esa campaña colaborando con los operadores del sector salud.