Editorial

::: POR AMBICIÓN DE PODER :::

Los penosos acontecimientos registrados en el país el fin de semana, los que derivaron en la lamentable muerte de dos jóvenes, pudieron haberse evitado y no debieron suceder, tal como lo dijimos en este medio de comunicación cuando cuestionamos una vacancia presidencial que no era prudente en medio de una crisis económica y sanitaria como es la que vive el país.

Y es que toda esta secuela de gritos, protestas callejeras, enfrentamientos y muertes nace en una decisión labrada en componendas de grupos políticos que respondieron a un escenario cargado de precedentes nefastos y emplazamientos que forman parte de este embrollo.

Y es que si bien es cierto Martín Vizcarra se había convertido, mucho antes de la vacancia, en un presidente descalificado, moralmente desautorizado para ejercer el cargo a la luz de las pruebas que está obtenido el Ministerio Público en los casos de corrupción en los cuales estaba involucrado, los cuales se agudizaron un día antes con la emisión de reportajes televisivos realmente reveladores, también es cierto que no era prudente evaluar una vacancia cuando estaba a solo nueve meses de la culminación de su mandato.

Lo más grave es que en medio de este escenario bastante cargado, fue el propio ex presidente Martín Vizcarra quien alimentó los afanes políticos de los sectores interesados en derrocarlo, llegó al congreso para ejercer su defensa pero lejos de hacerlo como legalmente corresponde, se dedicó a enfrentar al mismo Congreso, pechó una vez más a los parlamentarios acusándolos de corruptos, con antecedentes e igualmente dignos de ser vacados, algo así como echar gasolina al fuego.

Una estrategia equivocada que alentó su salida que no era inconstitucional o ilegal como alega el mismo y los grupos desplazados del poder, era un mecanismo previsto en la Constitución que se encontraba en el abanico de probabilidades, empero, nadie le prestó mayor atención, todos pensamos que era un trámite más porque a nadie que está en su sano juicio se le puede ocurrir vacar a un presidente en las actuales circunstancias.

Pero nos equivocamos, nos encontramos con congresistas que forman parte de grupos políticos que tienen más ambiciones que cualquier otro, se encontraron con la contingencia de sacar al atrevido y hacer un gobierno de transición. ¡No cabe duda que los hilos del poder hacen perder la cabeza a cualquiera!

Sin embargo, las cosas ya estaban hechas, no se puede dar marcha atrás, había que esperar que el nuevo Gobierno se comprometa a llevar adelante las elecciones del 11 de abril y así lo hizo Merino de Lama, no solo lo anunció cuando prestó juramento, sino que apenas instalado su gabinete dictaron el primer decreto supremo ratificando la convocatoria al proceso electoral como lo hiciera Valentín Paniagua en año 2001.

Lamentablemente, esto no fue suficiente para los grupos de poder que fueron desplazados del entorno gubernamental, aquellos que manejan las redes sociales y los principales medios de comunicación que alentaron una resistencia civil, que promovieron la salida a las calles de jóvenes que fueron los que pusieron el pecho y utilizaron agitadores “para encender la pradera”, esa que el último sábado dejó el penoso saldo de dos fallecidos.

El congreso de la república emplazó la mañana de ayer domingo a Manuel Merino a que renuncie al cargo de Presidente de la República, minutos después Manuel Merino se allanó al pedido y presentó su dimisión, por lo menos esto es lo que hemos escuchado al momento de cerrar esta columna editorial.

Hay muchas peguntas por hacerse, como, por ejemplo, ¿Qué calidad moral tiene este vicepresidente del congreso Luis Valdez para pedir la renuncia de Merino si es un tallo del mismo árbol? ¿pensará que será otro de su entorno la solución?

Pero al margen de todo ello, lo que si nos preocupa es que Luis Valdez, actual titular del congreso, no conozca las leyes que han reglamentado estas figuras de la constitución como el remplazo de su presidente que ha sido destituido o vacado.

Ello porque Manuel Merino es presidente del congreso y ha asumido las funciones de Presidente de la República porque así lo dispone el art. 115 de la constitución, consecuentemente, debió ser emplazado a que renuncie al cargo que tiene de titular del parlamento, mas no como presidente de la república porque no lo es, y, esto debería conocerlo quienes manejan el congreso.

Todo ello está normado en la ley 27375, figura en todos los textos de la Constitución, de allí que esperamos que la noche de ayer se haya procedido conforme a estas disposiciones, de lo contrario, todo sería nulo.

Lo importante es que esta crisis termine de una buena vez, la ambición de poder nos ha llevado a una crisis e inestabilidad sumamente perjudicial, daños, muerte, contagios, etc. Basta ya de todo esto.