Editorial

::: PELIGROSO REPLIEGUE :::

El notorio descenso de las cifras de contagios y decesos como consecuencia de la pandemia del Covid 19, ha dado lugar a muestras de triunfalismos equivocadas, por un lado, o el relajo de las personas en las extremas medidas de prevención que requiere un mal de naturaleza sumamente letal.

Cierto es que el país ha ingresado ya a lo que el gobierno denomina la fase 4 de la reanudación de las actividades, con la cautela del caso, por ello es que se ha autorizado a la apertura de algunos establecimientos y la autorización de desplazamiento de las personas en las calles de manera más fluida.

Y es que este escenario ya no puede estar bajo el control del estado, sino que responde al esfuerzo y la cautela que debe poner cada uno de nosotros cuando se trata de evitar el contagio y la propagación del virus, el respeto a las medidas preventivas y el uso de equipos de protección es tanto o más esencial que el distanciamiento de poco más de un metro de distancia con alguna otra persona.

Se estima que el mayor conocimiento de la enfermedad con el paso de los meses, los procedimientos médicos más acertados y la prudencia en un grueso sector de la población, ha dado lugar a este impresionante repliegue de la enfermedad.

Sin embargo, creemos que se debe esperar un poco antes de lanzar apresurados gritos de victoria pues el virus sigue en las calles, infecta mucho menos, pero sigue allí y las personas se siguen muriendo a causa de esta gravísima enfermedad infectocontagiosa.

En verdad, hay que mirar las experiencias de otros países sobre esta pandemia y muchos advertirán que existe una suerte de comportamiento distinto de este virus letal pues este mismo escenario de conformismo y tranquilidad es el que vivieron los países de Europa central cuando pensaron que la pandemia ya era cosa de su pasado, a despecho que hasta el momento no se encuentra una vacuna efectiva en todo el mundo.

Es que después de haber atravesado unos meses de tranquilidad, una segunda ola de la pandemia ha comenzado a azotar nuevamente los extenuados sistemas de salud, los hospitales se abarrotan y los registros indican que los fallecimientos están llegando a límites en ese continente, entonces, muchos creen que ese puede ser un espejo para los países sudamericanos, particularmente preocupa la situación de nuestro país que fue el segundo más golpeado en Sudamérica en la fase inicial de esta emergencia sanitaria.

Esto quiere decir que la alerta está aún allí, se tiene que cuidar que el brote no vuelva a aparecer, consecuentemente, se debe mantener toda esa infraestructura que se consiguió consolidar hasta la fecha en lo que se refiere a la atención hospitalaria, para nadie es un secreto que los hospitales temporales fueron el envío que permitió sostener esta emergencia, no solo aquellos que implementó el MINSA sino, sobretodo, aquellos que estuvieron a cargo de Essalud.

De allí que hay quienes se muestran absortos ante la decisión de la Presidencia ejecutiva de Essalud de desmontar la Villa Essalud, como se conoce al hospital temporal que se instaló en el estadio “Manuel Rivera Sánchez” de nuestra ciudad, cuyos equipos y materiales han sido ya retirados en la medida que se observó un notorio descenso de pacientes  que fueron trasladados al hospital III de Laderas del norte.

Aun cuando en el hospital Regional no se ha retirado la infraestructura del área Covid, tanto los ambientes construidos por el gobernó regional como el hospital Temporal implementado por Reconstrucción con Cambios, lo cierto es que ya se licenció al personal de salud, tal como lo ha revelado hace pocos días el decano del colegio de Enfermeros, quien manifestó que muchos de sus agremiados han quedado al margen por esta decisión de retirar al personal en razón del descenso de las cifras.

Hay que convenir que en medio de estas decisiones existe un tema presupuestal, la difícil capacidad económica de un país que cuenta con limitadas condiciones para sostener una infraestructura que por estos meses de mantiene ociosa, empero, creemos que se tiene que mantener expedita esa infraestructura que tanto ayudó en los últimos meses.

Hay que considerar la posibilidad que se registre una segunda ola de la enfermedad, por lo menos esa parece ser la secuencia de este enigmático virus, más aún cuando las movilizaciones de las últimas semanas por consideraciones políticas, advierten que el número de contagios podría subir en los próximos días. Esperemos que este peligroso repliegue no perjudique la capacidad de respuesta del sector ante un eventual rebrote.