Violencia en bloqueo de Chao:
- Vándalos se apoderan de protesta y secuestran a dos efectivos policiales de Chimbote.
- Protesta agraria se vio infiltrada por vándalos que desataron actos de violencia.
Los manifestantes que mantienen bloqueada la carretera Panamericana Norte en Chao y Virú (La Libertad) extremaron sus acciones de violencia atacando duramente con piedras a efectivos policiales y secuestrando a dos agentes del personal policial de Chimbote.
Del bloqueo de carreteras con quema de llantas pasaron a las acciones violentas contra efectivos policiales hiriendo con piedras a varios de ellos. Los policías por su parte no pudieron actuar con firmeza al verse superados en número por los manifestantes y vándalos que haciendo uso de piedras, como armas, los hicieron retroceder.
Uno de los heridos en el rostro es el Mayor PNP Jesús Atauqui Gutiérrez quien trabaja en la Unidad de Tránsito y además le robaron su arma de fuego. Los efectivos secuestrados por los manifestantes fueron los Suboficiales Frank Morales Vargas y Jhon Loarte Mauricio. Horas después fueron dejados en libertad muy golpeados y regresados a Chimbote.
A pesar del furibundo ataque, los efectivos no hicieron uso de sus armas de fuego, solamente lanzaron gases lacrimógenos para dispersarlos, aunque no fue suficiente porque las vías continuaron bloqueadas.
Testigos de estos actos de violencia fueron los choferes de los vehículos varados y pasajeros de los omnibuses que desde hace días también están varados sin poder continuar con su viaje. A través de videos subidos a las redes sociales coincidieron en afirmar que todos eran jóvenes sin aspecto de ser trabajadores del campo y, por el contrario, parecían vándalos.
Al lugar de las carreteras bloqueadas habían sido enviados un total de 40 agentes de la División Policial de Chimbote para reforzar la labor de desbloqueo de la Panamericana Norte.
Un drama diferente viven los pasajeros de los omnibuses interprovinciales. Algunas son madres de familia con hijos menores a quienes no pueden alimentar debido al cierre de tiendas, pues los propietarios de los establecimientos temen que los violentistas ataquen sus locales.