CHANTAJE
Como ocurrió hace dos o tres semanas atrás, cuando los mercados comenzaron a especular, cuando los precios se dispararon bajo el pretexto de la falta de transporte, esta semana nuevamente, en medio de la Navidad, se presenta un escenario similar y preocupante porque los gremios de trabajadores del sector agrario, aquellos que se han formado sobre la masa laboral de las empresas agroexportadoras, han decidido bloquear la carretera Panamericana tanto en el norte (Chao y Viru) como en el Sur (Ica y Cañete). Quiere decir que el país está asilado pues la panamericana es una vía nacional de tráfico obligado de transportistas tanto de carga como de pasajeros. Todos esos vehículos se encuentran varados hace tres días y amenaza con mantenerse en esta situación los días que a ellos se les de la gana. Lamentablemente, estas protestas se ven infiltrados por elementos que promueven la agitación en el país, esos grupos que durante el fujimorato mantuvieron la cabeza escondida porque la represión los arrasaba y que ahora, con este gobierno de transición y con el anterior de Vizcarra, han encontrado las debilidades de un sistema que les permite usar el chantaje como herramienta principal. En efecto, estos gremios agrarios pretenden una ley a su medida, si alguien plantea algo diferente a lo que ellos quieren suspenden diálogos, lanzan mas amenazas y siguen con las carreteras tomadas y bloqueadas. Esa es la muestra de debilidad de un gobierno que no debe permitir que el principio de autoridad se vea arrasado y atropellado, que no puede dejarse manipular por la agitación, que no entiende que bajo el pretexto del derecho constitucional a la huelga y protesta se encuentran oscuros intereses que quieren perjudicar al país. Basta ya de tanta anarquía, los peruanos hemos respaldado esta transición y demandamos más energía y contundencia en esta clase de manejos. Lo que vimos ayer, a manifestantes que se llevaban secuestrados a efectivos policiales u otros que se escondían en los pasillos de los omnibuses para no ser agredidos, es algo inaceptable. La autoridad a hurtadillas de la violencia agitadora cuando debería ser lo contrario. Lamentablemente muchos medios de comunicación de tiraje nacional le hicieron la corte a los caviares y los grupos de izquierda calificando a los manifestantes agresivos como “héroes de la democracia”. Allí tienen el resultado, satanizaron a la Policía y los efectivos tienen miedo a defenderse con sus armas porque los llegan a calificar de asesinos. Increíble pero cierto.
PUQUIO
Ha sido un acierto que la Municipalidad Provincial del Santa y la Municipalidad Distrital de Nepeña coordinen acciones para emprender una campaña de limpieza en el Puquio Pipi, que es un lugar hermoso y un atractivo de ese distrito por la forma como emanan las aguas debajo de la tierra y como circula por canales formados por la naturaleza misma. Ese lugar suele llenarse de maleza por la propia humedad que genera, de allí que requiere de una permanente limpieza, lo que no se hizo en los últimos años, razón por la cual el alcalde Pedro Carranza López solicitó el apoyo de área de limpieza de la comuna provincial a efectos de concretar una jornada que permita retirar no solo la vegetación seca e inservible, sino limpiar toda clase de desperdicios que suelen arrojar los visitantes. Es importante que las autoridades entiendan que nuestros recursos deben mantenerse en valor porque de esta manera se saca mucho provecho en la medida que genera la presencia de visitantes y con ellos más recursos y probabilidades de fuente de trabajo para mucha gente.
LINCHAMIENTO
En las últimas semanas el serenazgo Municipal y la policía nacional han llegado de manera providencial para impedir que indignados vecinos terminen de linchar a sujetos que fueron detenidos en flagrante delito. Primero fue en el A.H. Villa del Mar, en donde los moradores habían rociado combustible en el cuerpo de un ladrón sorprendido robando en una vivienda. El segundo caso fue hace unos días en el A,H. Costa Blanca, en donde aprehendieron a un menor cuando fugaba con sus cómplices, lo ataron a un poste y lo castigaban cuando llegó un patrullero y se lo llevó a la Comisaría., lo que afirman los vecinos es que la Policía los lleva y la Fiscalía los deja en libertad y vuelven a robar, por ello han advertido que están dispuestos a tomar justicia por su propia mano porque están hartos que estos maleantes se lleven lo que consiguieron comprar con mucho esfuerzo. Eso se llama justicia popular.