Editorial

::: QUIEN CON FUEGO JUEGA… :::

Se afirma que la mentada segunda ola del covid 19 se encuentra a la vuelta de la esquina, que ya ha ingresado a una etapa agresiva en otros continentes en los cuales, se ha advertido, ha adquirido características mas ofensivas por la aparición de una nueva cepa que es mucho mas contagiosa y perniciosa que la primera.

Por ello es que, haciendo eco de los especialistas, el gobierno ha exhortado a la población a respetar las medas de prevención y evitar transgredir las normas prohibitivas porque se han diseñado, precisamente, para impedir que se propague el covid 19 con las secuelas mortales que suele arrastrar.

Para ello dictó una serie de medidas extraordinarias teniendo en cuenta que ingresábamos a las fiestas de fin de año: la navidad y el año nuevo que son feriados en los cuales la costumbre de la población se sustenta en las reuniones familiares, amicales y sociales, en la que se suele beber ingentes cantidades de licor en tertulias en las que no se respetan las medidas de prevención y había de alguna manera de desvirtuar esos afanes.

Inicialmente dispuso que los días 24 y 31 de este mes se conviertan en feriados no laborables compensables y que esos dos días y los feriados del 25 de diciembre y 1° de enero no circulen los vehículos particulares, una medida que no garantizaba nada, menos aun cuando los incrementos de pacientes en diferentes regiones del país sugerían ampliar la rigidez y drasticidad de las disposiciones legales.

Por ello es que ante la llegada de la navidad se decidió modificar las reglas de juego en relación al aislamiento absoluto o toque de queda, disponiéndose que en cinco regiones se adelante una hora, es decir que rige desde las 10 de la noche hasta las 4.00 de la madrugada y se dispuso el cierre de las playas en las fiestas de fin de año.

Con esto se buscó contener los afanes de muchas personas de sacarle la vuelta al régimen sanitario y reunirse de todos modos con sus seres queridos para celebrar la navidad, algo de lo más normal pero que a estas alturas resulta un despropósito por el riesgo que existe de trasladar de un lugar a otro el letal virus del covid 19.

Ello porque en el país existe la mala costumbre de no respetar la ley, de no acatar el mandato de la autoridad y buscar la diversión y el relajo de la mejor manera que se pueda, aun cuando ello ponga en riego no solo su salud sino, esencialmente, la de los suyos y de las demás personas con las cuales habitualmente departe.

Este es un mensaje que no llega a calar en la comunidad, es una invocación que suele caer en saco roto a pesar que forma parte de las medidas de oro que toda persona debe tomar en cuenta mientras que el virus continúe medrando en nuestro alrededor.

Una clara muestra de lo que estamos diciendo, es decir, de la enorme irresponsabilidad que prima en un sector de la población se apreció en las horas previas a la nochebuena, el pasado jueves 24 cuando las calles de Chimbote parecían un hervidero de gente que transitaba de un lugar a otro buscando que realizar sus compras navideñas, sin tener en cuenta el serio riesgo que ello representaba.

Y es que a pesar que la Municipalidad Provincial del Santa, con marcado acierto, dispuso el cierre de las calles de la zona céntrica, es decir, de aquellas que rodean el mercado Modelo y en donde se ubican los principales comercios de la localidad, con la finalidad de conseguir ese espacio y distanciamiento que requiere la colectividad en estos tiempos de pandemia.

La autoridad edil buscó la manera que distanciar a las personas unas a otras, sin embargo, este predicamento fue dejado de lado esa mañana y tarde del día 24, cuando miles invadieron las céntricas arterias y se confundían en una peligrosísima aglomeración que representaba caldo de cultivo para la propagación del virus.

Ni siquiera los anuncios de la aparición de una nueva cepa del covid 19 ha detenido los equivocados afanes de las personas, ni les quitan las malas costumbres y los expone a un contagio masivo, lo que se vio en las calles del centro de la ciudad en vísperas de navidad no debe volver a repetirse en este fin de año.

Hay un sabio proverbio que dice que “cuando con fuego se juega, todos se queman”, y es que no hay que ser un erudito para comprender que mientras no nos cuidemos, mientras no actuemos con responsabilidad y respetando las recomendaciones científicas, seguiremos siendo una ciudad insegura y proclive a transmitir el virus en cifras que superan los más de 20 mil contagios a nivel de la provincia del santa. Es lamentable pero las imágenes que recogieron los periodistas ese jueves 24 fueron para sollozar.