Ley agraria, topes a tasas de interés y relativización de secreto bancario
Por: Víctor Andrés Ponce (*)
El triunfo ideológico del colectivismo y las corrientes comunistas en el Perú hizo creer a muchos sectores que se podía defender el capitalismo y la inversión privada sin enfrentar la ofensiva cultural de los sectores neomarxistas, que se expresaba en el ecologismo radical, en la supuesta defensa de los Derechos Humanos –para erosionar la autoridad del Estado democrático (caso de la policía)–, los temas de género y la defensa de “los derechos del consumidor” contra “las empresas abusivas”.
Luego de la renuncia de Manuel Merino a la jefatura de Estado, se ha aprobado una norma que desalienta las inversiones y la continuidad del boom agroexportador, otra que pone topes a las tasas de interés y elimina la evaluación del riesgo para otorgar créditos a los pobres y las pymes, y finalmente, un reglamento que relativiza los derechos constitucionales al secreto bancario y la reserva tributaria establecidos en la Carta Política. Es decir, una lenta, pero real estatización de la economía y el empoderamiento del Estado –a través de la autoridad tributaria– sobre los derechos de la sociedad y de los ciudadanos consagrados en la Carta Política.
Al margen de cualquier evaluación política, este proceso que describimos coincide con la conducción del Congreso y del Ejecutivo de parte de las minorías políticas de izquierda. Para nadie es una sorpresa el plan estatista y colectivista del Frente Amplio, una corriente comunista que desarrolla una lucha ideológica abierta. La sorpresa surge con respecto a la administración Sagasti y la bancada morada, sectores que, hasta antes de esta experiencia, se presentaban como defensores de la economía de mercado e incluso se reclamaban liberales.
Sin los yerros del Ejecutivo no estaría sucediendo la lenta estatización de la economía y el empoderamiento del Estado sobre los derechos constitucionales de la sociedad. ¿Por qué? Si 3,000 violentistas lograron derogar la mejor ley económica de las últimas décadas –es decir, la Ley de Promoción Agraria–, bloqueando las carreteras de Ica, solo se explica porque el Ejecutivo pulverizó la autoridad del Estado democrático asumiendo el relato de la izquierda, que demonizaba a la policía nacional (PNP) y pasando al retiro a 18 oficiales generales. El resultado: la destrucción moral de la PNP.
Pero no solo se trata de esos yerros. Por primera vez en 30 años, hoy el Ministerio de Economía y Finanzas parece influenciado por los sectores progresistas y de izquierda. El sector Economía, por ejemplo, no defendió el régimen tributario agrario que posibilitó inversiones de US$ 20,000 millones en el sector agroexportador en dos décadas. El sueño de duplicar estos montos de inversiones y ampliar la frontera agrícola, entonces, se posterga.
Por todas estas consideraciones, el primer objetivo de todos los sectores republicanos que defienden las libertades políticas y económicas debería ser evitar esta gradual estatización de la economía que implementan el Ejecutivo y el Legislativo, e igualmente detener el intento de empoderar al Estado sobre los derechos consagrados en la Constitución. Es la única manera de evitar que la voluntad popular, que se expresará en las elecciones de abril, sea relativizada.
Las conducciones interinas y transitorias en el Ejecutivo y el Congreso no están llamadas a desarrollar reformas estructurales en la economía y en el funcionamiento del Estado, tal como ha empezado a suceder. Y no deben hacerlo porque representan a las minorías de las minorías políticas, y porque alteran de gravedad el delicado proceso de transición política hacia las elecciones generales del 2021.
En medio de esta acumulación de despropósitos, en este portal hacemos un llamado a todos los sectores políticos a preservar la institucionalidad que nos ha permitido, más allá de las guerras y enfrentamientos, construir un país viable que se aleja de los infiernos chavistas y estatistas de la región. Y se pueden hacer este tipo de afirmaciones pese a la devastación causada por el mal manejo de la pandemia y la economía.
(*) Director de El Montonero (www.elmontonero.pe)