POR: GERMÁN TORRES COBIÁN
Pero, no solo fueron sus ansias de riqueza y su tozudez electorera lo que llevó a Álvarez directamente a la presidencia regional. La desastrosa gestión aprista de Freddy Ghilardy en el GRA, que fue vacado y terminó en la cárcel por corrupto, provocó la indignación anti aprista del votante ancashino que fue aprovechado por Álvarez para su elección. Otro factor a tener en cuenta fue su egocentrismo y narcisismo, que le llevó a considerarse como el salvador de Áncash. Su perorata mesiánica y oportunista logró engatusar a los electores ancashinos incautos.
Una vez en el poder, afloraron en él las peores cualidades que puede albergar un individuo en su mente: el desprecio por sus semejantes, la codicia, la maldad, la omnipotencia. Y mostró en su personalidad un trastorno psicopatológico que le llevó a consumar los peores delitos de que se tengan conocimiento en Ancash. Prestamente, Álvarez puso en marcha su asociación ilícita para delinquir. Cada uno de los esbirros de “Cuenta Conmigo” tenía un papel que encajaba perfectamente en el engranaje criminal que saqueó el GRA. Tan concienzuda y ambiciosa fue esta banda para cometer sus actos de corrupción, que no dejó una sola obra sin coimear. Para amedrentar a sus detractores, la horda alvarista utilizó las fuerzas de choque del sindicato apócrifo y de los gánsteres Víctor López Padilla y Modesto Mondragón Becerra. Álvarez y sus compinches depravaron la Federación Sindical de Trabajadores de Áncash, prostituyendo a algunos de sus dirigentes a cambio de jugosos estipendios recibidos. De la misma manera y meticulosamente, Álvarez fue convirtiendo a policías, jueces, fiscales, periodistas y a muchos chimbotanos, invasores de tierras, lumpen y chicheras de barriadas, en cómplices voluntarios e involuntarios de los peores crímenes que se han perpetrado en Chimbote. Toda esta monstruosa conspiración tenía un fin: apoderarse del dinero público.
Desde 2011, año en que César Álvarez comenzó su segundo período en el poder, muchos comentaristas radiales y columnistas de diarios, empezamos a vislumbrar indicios de que graves hechos estaban sucediendo con el dinero del GRA: obras de agua y desagüe mal ejecutadas; edificaciones en la sierra que se caían a pedazos; estadios, hospitales y colegios que no se concluían habiéndose pagado el total de los trabajos; carreteras sobrevaloradas; alquileres fingidos de equipos, planillas fantasmas y sobredimensionamiento de personal en el Proyecto Chinecas; coimas en todas y cada una de las licitaciones… Muchos denunciamos estos delitos, sin embargo, tuvo que acontecer el asesinato y martirio de Ezequiel Nolasco para que recién la Justicia tomara en serio los desmanes que estaban cometiendo Álvarez y su pandilla de forajidos.
Hoy por hoy, es necesario preguntarse: ¿Cómo pudo llegar a ser presidente de la Región un vulgar oportunista, un individuo carente por completo de carisma, un sujeto inculto, un don nadie simplón, un charlatán desprovisto de cualquier idea de interés para Chimbote y la Región Ancash, un ambicioso cuyo único norte fue la conquista del poder y el robo del dinero del Estado?, ¿por qué la mayoría de la sociedad no advirtió desde el principio las atrocidades que se estaba cometiendo con el dinero del GRA?, ¿cómo es posible que solo unos cuantos periodistas honestos se dieran cuenta del alcance de la corrupción y lo denunciara, y una mayoría de seudo periodistas, locutores y bustos parlantes hiciera la vista gorda ante la descarada rapiña que se estaba cometiendo contra el erario público?
Mucho daño ha hecho a esta hermosa tierra nuestra, la organización criminal “Cuenta Conmigo”. Álvarez y su pandilla generaron un tsunami que arrasó no solo con la hacienda estatal, sino también con la ética de las instituciones y las esperanzas de cientos de miles de pobladores de las clases medias, de los pobres y los más menesterosos de esta tierra ancashina. Quienes amamos de verdad Chimbote, Ancash y el Perú, continuamos indignados por tanta oportunidad perdida, tanto dinero robado y despilfarrado. Los corruptos de “Cuenta Conmigo”, convirtieron Ancash en un campo de minas de efecto inmediato y de efecto retardado. Desde antes de la pandemia, hay crisis económica en todas las ciudades de nuestra Región, con su consiguiente cuota de pobreza y miseria. Pienso en esas pequeñas aldeas de nuestras serranías, en sus niñas y niños subalimentados que tienen que caminar varios kilómetros para llegar a sus precarias escuelitas, muchas veces sin desayunar. Pienso en los campesinos del campo costeño y serrano, trabajando de sol a sol para luego malvender sus cosechas. Pienso en aquellas pobres mujeres que van arrastrando sus triciclos diariamente con sus niños a cuestas, vendiendo pan, seviche o combinado, para poder sobrevivir. Millares de niños ancashinos padecen anemia; adolescentes y jóvenes han frustrado sus esperanzas de un futuro mejor al no haberse realizado el Proyecto Chinecas y otras inversiones productivas generadoras de empleo. Álvarez y sus secuaces han ocasionado que en las pequeñas, medianas y grandes urbes de Áncash como Casma, Huarmey, Coishco, Santa, Chimbote y Huaraz se haya incrementado la delincuencia, la venta ambulante, la prostitución y la mendicidad de menores y ancianos. ¿Estaban al tanto César Álvarez y su banda delictiva de los padecimientos de los ancashinos, sabiendo que ese dinero que les enriquecía ilícitamente y que despilfarraban con descaro en mantener amantes, en borracheras y otros actos crapulosos, se le robaba a los más pobres? Si, seguramente. Pero les importaba un rábano.
En fin, la magnitud del perjuicio que César Álvarez ha infringido a nuestra Región, ensombrece cualquier mínimo gesto de piedad que alguien pueda sentir hacia su despreciable persona. Las maldades que han perpetrado él y su organización criminal son hechos que sobrevivirán en la historia de la vergüenza y la infamia en Áncash. Las futuras generaciones están obligadas a recordar sus años de desgobierno, corrupción y crímenes. Solo cuando todos los delincuentes de “Cuenta Conmigo” sean sentenciados por sus perversidades, este movimiento pseudopolítico será solo un recuerdo maldito en la conciencia de todas las personas que padecieron las consecuencias de tanta barbaridad cometida. Para muchas generaciones de porteños, el nombre de César Álvarez estará ligado al hecho de haberse convertido en el más grande traidor a Ancash y particularmente a Chimbote.