Opinión

ARMANDO MANZANERO

Por: Gustavo Tapia Reyes, periodista y profesor.

Durante casi setenta ininterrumpidos como largos años, de los 85 en cuanto a su edad de varón mortal, midiendo 1.55 de estatura, emparentándose al escritor Augusto Monterroso, al comediante Roberto Gómez Bolaños y al futbolista Diego Armando Maradona, habiendo nacido en Mérida, Yucatán, el 7-diciembre-1935, escribió más de 400 canciones de un corte amoroso copado de melancolía, de nostalgia y de tristeza, en dosis exactamente proveídas, de las cuales alrededor de unas 50 le hicieron alcanzar fama mundial, sin nunca parecer redundantes, mientras tornándose iba en uno de los compositores más exitosos de América Latina, traducido al inglés, portugués y japonés.

Derrochando todo dentro de un mágico talento, granjeándole la admiración de públicos variados, sobrepasó las fronteras de su México natal, haciéndose de una trayectoria en los estudios de grabación, en los escenarios repletos, en los salones elegantes recibiéndolo en sus menudos pasos de también productor discográfico, descubridor de voces y estimulador de cuántos querían un espacio en ese mundo muchas veces sembrado de puñales y maledicencias, irrumpiendo tras los reflectores, dejándose ver a una impresionante orquesta brindándole compañía a su piano de cola, volviéndose maravilloso en sus dedos tocando melodías expresando una belleza en versos haciendo llorar, reír, emocionarse, angustiarse, desesperarse, enjugarse las lágrimas y a seguir, logrando la 5ta ubicación en el Festival de la Canción Mexicana (1962), un anticipo al posterior 1er lugar, obtenido en el Festival de la Canción de Miami (Estados Unidos, 1965), entonando su canción “Cuando no estoy contigo”.

A su inspiración se debe el memorable “Contigo aprendí”, sindicando los mejores momentos suelen hacer brotar nuevas ilusiones, a razón del vínculo establecido en la pareja, sucediendo cosas muchas veces desconocidas para los demás; el atrevido “Por debajo de la mesa”, revelando ese complicidad de una caricia furtiva en la rodilla, encendiendo la pasión, aun estando en un lugar público; el evocativo, pretendiendo aleccionar, “Nos hizo falta tiempo”, pues, si encalló todo se debió a la instauración de la rutina, derivando en una costumbre, llevando a lo atosigante, careciendo de oxigenación; el inolvidable, punzante en automático “Adoro”, respecto al ayer convirtiéndose en la esencia de lo vivido, dentro de la precisión de estarse dando en el presente, constituyendo un rotundo efluvio, barnizado de poesía; el melancólico “Esta tarde vi llover”, asegurando la ausencia permanece frente a una situación inesperada y el propio entorno hace su contribución, bastante nociva, para acrecentarla o el posesivo “Mía”, refiriéndose al hecho, de repente tangible, tal vez únicamente soñado, de ella continuando cerca ante la distancia al haber terminado la relación.

Inaudito sería olvidar a los ilustrativos “Somos novios”, dedicado a enunciar la existencia plena del mutuo amor profundo, manteniendo desde siempre un cariño limpio y puro, según dice, eliminando cualquier atisbo implicando la duda y “No sé tú”, señalando a la par de considerar la separación o la distancia entre ambos, solo queda el dolor de los recuerdos, tornando para él en difícil el olvido; “Te extraño”, abordando a cada uno de esos instantes de vacío, de miedo y de incertidumbre en dirección a ella, dejándolo solo, ocupada, se infiere, en sus propios asuntos; el algo desdeñoso “Nada personal” afirmando se dio, de antemano, una proximidad de naturaleza casual, en absoluto representando una fuerza digna de consignar o de tener un mayor significado; el mensurable “Parece que fue ayer”, entreviéndose el ideal de ese reloj, estando demás, culmina anulado en relación a su continuo tic tac en la existencia humana y el rotundo “No” explicando por qué lo disfrutado resultaría insólito, en caso pudiera proseguir, en la medida de, averiado en cuánto hubo, lo restante caerá en el sinsentido.

Animado por un ejecutivo del sello RCA Víctor, las cantó en una cifra superior a los 30 discos individuales en “Mi primera grabación” (1967), “Qué bonito viven los enamorados” (1968), “Tiempo de amar” (1972), “Ternura y romance” (1979), “Mi trato contigo” (1981), “En este otoño” (1985), “Mientras existas tú” (1988); en los recopilatorios o antológicos “Lo mejor de Armando Manzanero” (1976), “Sus veintiséis grandes boleros” (1990), “Armando Manzanero, otra vez romántico” (2013) o el excluyente “Las canciones que quise escribir” (1992) donde homenajea a Roberto Cantoral, Agustín Lara, Carlos Gardel y otros compositores o en los vinilos a dúo con José Alfredo Jiménez, Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Tania Libertad, los grupos Presuntos Implicados y Cómplices, interpretándole los tenores Plácido Domingo y Andrea Bocelli, cantantes de la talla de Frank Sinatra, Tony Bennett, Javier Solís, Roberto Carlos, Olga Guillot, Andrés Calamaro, Laura Pausini, Ricardo Montaner, Rocío Dúrcal, José José y Luis Miguel, a quien le produjo los álbumes de boleros “Romance” (1991), abriéndose, en principio, una etapa de fructífera colaboración sumando una década, añadiéndose “Segundo romance” (1994), “Romances” (1997) y “Mis romances” (2001), deviniendo, más tarde, en una controversia, cuando Armando Manzanero Canché, a razón de las conocidas actitudes del cantante, originario de Puerto Rico, acusó de ingratitud.

Pese al norteamericano Sid Wayne hacerle una versión posterior a “Somos novios”, lo denunció por plagio, algo negado aseverando le dio feliz el 50% de las ganancias, en nada afectando su recorrido empezado a los 8 años estudiando música en la Escuela de Bellas Artes de su terruño, complementando en la ciudad capital, creando su primer tema “Nunca en el mundo”, pasando a ser pianista de los consagrados Pedro Vargas, Lucho Gatica, Raphael, promotor de la Editora Musical EMMI y director de la filial azteca de la discográfica CBS Internacional, apoderándose del 1er Puesto en el Festival de Mallorca (España, 1978), de los honores en el Festival Yamaha (1982) y, además de varias nominaciones, ingresando al Salón de la Fama Latino en el New World Center de Miami, recibió los Premios Lo Nuestro a la Excelencia (1983), los Grammy Latino al Mejor Álbum Vocal Pop Dúo o Grupo (2001), a la Excelencia Musical (2010), Honorífico a la carrera artística (2014) y Billboard de la Música Latina a la Trayectoria Artística (2020).

Concertista en países latinoamericanos, Estados Unidos y Europa, musicalizó películas, fungió de actor, contrajo cinco matrimonios, desde el 2010 ocupó la presidencia de la Sociedad de Autores y Compositores de México y, en previsión de cualquier nubarrón al calificársele de “El Rey del Romanticismo”, el cronista Carlos Monsiváis anotó: “Manzanero hace del trabajo constante su fuente de inspiración, de la inspiración uno más de sus recursos estilísticos, de los tres o cuatro minutos de cada canción el paisaje donde la melodía compleja y las frases sencillas hacen inevitable el enamoramiento del amor”.

Hijo de Santiago Manzanero y Juana Canché, una lamentable decisión frente a la pandemia del covid-19, llevándolo a, tratándose de una persona vulnerable, romper el confinamiento, yéndose a una fiesta privada, viajando luego por distintas ciudades, acabó privándonos de su presencia el 28-diciembre-2020.