Editorial

OJO: PROFESIÓN Y EXPERIENCIA NO BASTAN

Cada vez que un gobernador regional asume el cargo, lo primero que promete es convocar a los profesionales más capacitados para que integren su equipo de trabajo y de esa manera poder garantizar una buena gestión. Como no podía ser otra manera, eso es exactamente lo que acaba de prometer el nuevo gobernador de la región Ancash, Ing. Henry Borja Cruzado.

Pero, por todo lo que hemos visto los ancashinos  en los últimos veinte años, esta promesa es algo así como el cuento de la abuelita. Para nadie es un secreto que toda gestión regional, por lo mismo que nace del voto popular, tiene como primera obligación pagar los favores recibidos durante la campaña electoral.

De esa manera, un buen  contingente de los nuevos funcionarios de confianza  tiene que estar conformado por militantes o simpatizantes del partido ganador, así éstos sean o no profesionales y asimismo posean o no experiencia en gestión pública. En más de una ocasión, hemos visto que muchos de estos funcionarios llegan a ocupar una gerencia sin saber siquiera cuál es la diferencia entre un oficio y un memorándum.

Otra parte de nuevos funcionarios lo conforman  recomendados de las empresas que pusieron la suya  durante la campaña y, a través de ellos, se aseguran la devolución de los favores concedidos. Nada es gratuito ni por amor al arte. Favor con favor se paga.

Pero el gobernador también tiene reservado su derecho a colocar algunos funcionarios y asesores que cumplen la función de ángeles guardianes. Y aquí sí se trata de profesionales con  amplia experiencia en gestión pública, que son algo así como los genios del mal. Muchos de ellos, tiene la capacidad innata para reciclarse de una gestión a otra, como si nada pasara.

Nos referimos a asesores  expertos en direccionar licitaciones y transferir presupuestos de una obra a otra sin que aparentemente nadie se dé por enterado.  Como es de suponer  estos asesores o ángeles de la guardia  no solamente son los más buscados y cotizados sino también los que se llevan la mejor parte de la torta.  Como quiera que se la saben todo,  también se las arreglan para que cualquier bomba de tiempo explote en manos de la próxima gestión.

Eso explica la gran cantidad de obras abandonadas e inconclusas que abundan a todo lo largo y ancho de la Región Ancash y, recientemente, el escándalo generado con la compra de equipos para el Hospital Regional, todo ello en nombre de la lucha contra el Covid 19, que le ha valido el ingreso a la cárcel al ex gobernador Juan Carlos Morillo Ulloa.

Como se puede ver, a la corrupción no le interesa las calificaciones profesionales y académicas de un funcionario público, ni mucho menos el beneficio de la población. No. Lo único que le interesa es cuán útil puede ser la gestión regional para sus intereses particulares.

En razón de ello, solo en la Región Ancash existe más de 150 ex funcionarios públicos de todo nivel, que actualmente se encuantran sentados en banquillo de los acusados, están en la cárcel o se hallan prófugos de la justicia. Todos juntos bien pueden llenar hasta tres ómnibus interprovinciales.

Con esto queda demostrado que a la hora de nombrar a un funcionario público, no basta con tener en cuenta solo la capacidad profesional y la experiencia en gestión pública. Tal como usted, amable lector,  ya debe hacerlo advertido,  lo más importante es la integridad moral. Nos referimos a esa virtud que no se aprende en ninguna escuela o universidad y que hace veinte años brilla por su ausencia en los escritorios del Gobierno Regional.

Esa integridad moral  es exactamente lo que el nuevo gobernador Henry Borja Cruzado está en la obligación de restablecer. ¿Cómo? Nombrando funcionarios con buenas calificaciones y probada experiencia, pero que por encima de  todo acrediten  una conducta intachable.

Una buena plataforma para elegir a estos funcionarios son los Colegios Profesionales y eso lo sabe muy el gobernador Henry Borja. A estas alturas, cualquier otra palabra está demás.