Si bien resulta difícil hacer un balance o sacar conclusiones de los efectos de la pandemia de Coronavirus en el mundo, en términos de economía y finanzas ya hay un panorama bastante claro. En primer lugar, las secuelas han sido muy fuertes tanto para las principales potencias como para los países emergentes. En segundo término, la confirmación de las criptomonedas como un elemento de inversión que ha llegado para quedarse en la vida de millones de personas.
Cada vez es más común encontrarnos con amigos o conocidos que han comenzado a operar con criptomonedas. Conceptos como invertir en Bitcoin o comprar Ethereum ya no nos parece un idioma de otro planeta, sino que hemos aprendido a pasos de gigante todo lo que antes se pensaba, de manera prejuiciosa, como un conocimiento destinado a especialistas en informática o en finanzas. En tiempos en donde la circulación tanto de los activos y de las personas se vio fuertemente restringida por la pandemia, la idea de un instrumento financiero nacido y funcional de manera 100% digital cobró mucha más relevancia de la que ya tenía. Entonces, ¿qué se puede esperar de las criptomonedas para el 2021?
En primer lugar, con Bitcoin a la cabeza, el 2020 ha sido un año excepcional para estos instrumentos digitales. Con rendimientos históricos y una gran atención de los principales medios de comunicación, la presencia en las agendas políticas y financieras fue claramente en aumento, alcanzando incluso a grandes grupos inversores que se mostraban reacios a operar con ellas. La confirmación se dio en los primeros meses de este año, en donde esa curva alcista que algunos catalogaron como “burbuja financiera” no solo se mantuvo, sino que se incrementó, llegando a perforar nuevos máximos.
Lo cierto es que hay vida más allá de Bitcoin en materias de criptomonedas: si bien es la más popular y la que más vale en el mercado, su precio puede ser expulsivo para los medianos y pequeños inversores. En cambio, existen otras alternativas como la ya mencionada Ethereum que poseen un valor mucho más accesible y que, a diferencia de Bitcoin, también tienen un precio bastante más estable, ya que reciben menos atención y no sufren el impacto de las noticias o declaraciones de las principales figuras de la misma manera. Incluso, muchos inversores apuestas por Bitcoin y luego se pasan a las criptomonedas “estables” para conservar su valor.
Lo cierto es que ya sea que queramos operar e invertir en la más popular de todas o en alternativas sólidas pero menos conocidas, en nuestro smartphone contamos con cientos de recursos para poder hacerlo. El sector Fintech es uno de los que más se ha desarrollado en los últimos años y con la llegada del Coronavirus ha acelerado aún más su innovación. En cualquier momento y lugar, se pueden obtener rendimientos más que aceptables si se tiene en cuenta el contexto global. Al no depender de ningún organismo regulador, las criptomonedas demostraron que su autonomía es también sinónimo de confianza.