En medio de mucho dolor, la mañana de ayer fueron sepultados los restos de la misionera italiana Nadia de Munari, en su comunidad de Schio en Vicenza (Italia).
Previo a ser llevada a su última morada, los restos de Nadia De Munari fueron partícipes de una ceremonia fúnebre en la que sus familiares, amigos, vecinos y religiosos le brindaron su testimonio de cariño y reconocimiento a su labor social.
La celebración fue presidida por el obispo de Vicenza, monseñor Beniamino Pizziol, y concelebrada por el obispo de Huari (Áncash- Perú), monseñor Giorgio Barbetta, perteneciente al movimiento de la Operación Mato Grosso, junto con todos los sacerdotes de la jurisdicción católica.
El oficio religioso fue majestuoso y muy emotivo. Luego, el ataúd con los restos de Nadia de Munari fueron llevados al cementerio de dicha localidad de Schio en Vicenza.
Nadia de Munari de 50 años fue cruelmente asesinada en el interior de su dormitorio en la casa hogar “Mamma Mía” en Nuevo Chimbote, desde donde realizaba labores de ayuda social a los niños y jóvenes de extrema pobreza y sus respectivas familias.
Según la Policía, Nadia de Munari fue atacada con un comba con base de metal y no pudo soportar las heridas que sufrió, falleciendo el sábado 22 de abril.