Por Jessica Luna (*)
El Plan de Gobierno de Perú Libre propone la revisión y anulación de los TLC, argumentando que han destruido la empresa nacional. Han anunciado la prohibición de las importaciones de aquellos productos que se producen localmente y que aplicarán medidas de protección a la industria local, para hacer frente a la competencia desleal.
El libre comercio ha permitido a las empresas crecer y producir más al contar con acceso al mundo como mercado para vender sus productos. Las exportaciones se han multiplicado por 7 en las últimos dos décadas y con ello se pasó de 1 millón a 3 millones de empleos totales generados por las exportaciones. De estos, 2 millones son generados por las exportaciones no tradicionales.
Por tanto, es falso que se haya destruido la producción local. Todo lo contrario. Estas empresas y empleos están en riesgo ante una anulación de los TLC o la prohibición de importaciones, ya que nuestra oferta exportable perdería competitividad y se aplicarían restricciones a insumos y bienes intermedios que impulsan nuestra industria.
Para enfrentar la competencia desleal, ya existen mecanismos en los acuerdos y en la normativa nacional que la combaten y se utilizan actualmente, como los derechos antidumping, que se aplican hace más de dos décadas al calzado importado chino. ¿El efecto en la industria? Ninguno. ¿Para el ciudadano? Precios más altos.
Asimismo, el libre comercio ha permitido importar productos que no producimos o para los cuales la producción nacional es insuficiente, o maquinaria e insumos para nuestra industria, lo que beneficia a las empresas y los ciudadanos. Cerrar el libre comercio atentaría contra 40,000 empresas importadoras, el 92% de ellas mypes.
Señalamos un ejemplo de los efectos de prohibir importaciones. El Perú produce e importa maíz amarillo duro, que se utiliza para la alimentación en la industria peruana avícola y ganadera. Si bien producimos 1.1 millones de toneladas, la producción nacional no alcanza; por ello, se importan 3.7 millones de toneladas. La producción avícola representa un 26% del PBI agropecuario, 65% del PBI pecuario, lo que genera casi medio millón de empleos en la cadena de producción y distribución. La producción de carne de pollo creció un 254%, al pasar de 467,000 toneladas a 1.6 millones de toneladas entre el 2000 y el 2019. La industria avícola peruana ha crecido gracias al acceso de insumos importados a precios competitivos y gracias a los TLC.
Si se prohíbe la importación de maíz amarillo duro, la industria avícola enfrentaría serios problemas. Reduciría su producción, se perderían empleos, habría escasez de pollo y aumento de su precio, con el consiguiente perjuicio para los hogares peruanos.
Otro ejemplo, es el del arroz. En el Perú se producen 3.4 millones de toneladas, pero esa cantidad no alcanza para atender la demanda de los consumidores, y por ello se importan 315,000 toneladas. Sin importaciones, habría escasez y el precio aumentaría, lo que afectaría sobre todo a los hogares de menores ingresos.
No nos dejemos engañar con propuestas populistas, que muestran un absoluto desconocimiento del tema y que solo afectarán a la industria peruana y a los ciudadanos. No retrocedamos.
(*) Semanario Comex N°1074