En el caso del gobierno regional, más no municipal:
Al pan, pan. Y al vino, vino. Fieles a nuestro estilo de decir las cosas directamente, aunque tengamos que herir susceptibilidades o incomodar a ciertos funcionarios públicos, vamos a ocuparnos una vez más del tema del turismo y no hemos encontrado una mejor manera de lograr este cometido que acudiendo a un inevitable pero ilustrativo punto de comparación.
No obstante que ambas dependencias tienen las mismas obligaciones y disponen de los mismos recursos para desarrollar su labor, la sub gerencia de Turismo de la Municipalidad Provincial del Santa, en lo que a gestión turística se refiere, le ha sacado muchos cuerpos de ventaja a la Dirección Sub Regional de Turismo del gobierno regional de Ancash, cuya sede es la ciudad de Chimbote. Nos estamos refiriendo a la labor, en ambos casos elemental, como es la promoción de los recursos y atractivos turísticos y del mismo modo la supervisión del correcto funcionamiento de los servicios turísticos de hospedaje, restaurantes, entretenimiento y actividades conexas.
Hace unas semanas, en este mismo espacio de opinión, hicimos referencia a un despropósito que desde hace varios años subsiste en la dependencia del gobierno regional. Y eso sucede como sin la promoción del turismo fuera la cenicienta o, más propiamente dicho, la última rueda del coche en lo que a gestión regional se refiere. En esa oportunidad advertimos que ninguno de los últimos cinco directores que han desfilado por la susodicha dependencia regional, ha realizado estudios profesionales ni acreditado experiencia en esta actividad.
Como sucede en otras dependencias del aparato regional, en el nombramiento de estos funcionarios ha prevalecido nada más que el amiguismo, el favor político o, lo que es más triste, una total indiferencia. Precisamente para justificar lo injustificable, hace poco un gerente regional tuvo el desparpajo de afirmar ante la prensa que para dirigir la Sub Dirección Regional de Turismo no hacía falta ser un profesional en esta especialidad y que solo bastaba con conocer la realidad local. ¿Para qué entonces se han creado las escuelas profesionales de turismo en las universidades del país?
La Dirección Sub Regional de Turismo tiene bajo su jurisdicción las provincias de Santa, Casma, Huarmey y Pallasca, donde existe un potencial de recursos turísticos de primera calidad. Los hay arqueológicos, paisajísticos, folklóricos, gastronómicos y vivenciales, capaces de generar flujos de visitantes los doce meses del año. Pero para mala suerte, este potencial continúa en el anonimato, sin aparecer en las guías ni en los circuitos que se ofertan al turismo interno y receptivo. ¿Y eso por qué? . Porque las personas que han sido contratadas para promocionar estos recursos, ni siquiera saben de su existencia y por esa razón no demuestran el menor interés en hacerlo. Basta con recibir su sueldo. Una prueba de esta apatía burocrática es el estado inconcluso en el que se halla el asfaltado de la carretera que conduce al Cerro de la Juventud. Nadie en el gobierno regional da razón de esa paralización.
En la Municipalidad Provincial del Santa, en cambio, la cosa es diametralmente opuesta. Al menos las dos últimas personas que han ocupado la sub gerencia de Turismo, incluyendo la actual, no solo son profesionales en esta rama universitaria sino también poseen una vasta experiencia en el ejercicio de la actividad. Por sus obras los conoceréis.
Hace un año, cuando las autoridades del gobierno autorizaron el reinicio de algunas actividades económicas que fueron suspendidas debido a la emergencia sanitaria, fue esta dependencia municipal la encargada de liderar la supervisión del cumplimiento de los protocolos para la reapertura de algunos hoteles y restaurantes. Zapatero a tu zapato.
También ha sido merced a este liderazgo que la municipalidad promovió el reinicio de las visitas guiadas a la hermosa playa Las conchuelas de la Isla Blanca y es también en este marco que el próximo martes 27 se realizará una bicicleteada al Cerro de la Juventud en homenaje al Bicentenario de la Independencia Nacional. Como podemos ver, ambas actividades tienen en común la promoción turística de Chimbote.
Mientras la promoción de nuestros recursos y atractivos turísticos esté en manos de gente especializada, todos vamos a salir ganando, pero si esta labor va a caer en manos de gente improvisada e incapaz, entonces el problema del turismo seguirá siendo el mismo.