Opinión

BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ

Por: Lic. Máximo Contreras Valerio

El Bicentenario de la Independencia del Perú conmemorará los 200 años de la proclamación de Independencia del Perú. El calendario cívico y las fiestas patrias nos han recordado siempre la fecha en que José de San Martin, desde distintas plazas de Lima, proclamó la Independencia. La Independencia del Perú fue un proceso histórico social, materializado en una serie de levantamientos y conflictos bélicoas que propiciaron el surgimiento de la República Peruana como un estado independiente de la monarquía española. En muy pocos días en Perú celebraremos 200 años de independencia, pero no nos coge de la mejor manera y, al parecer, no hemos  aprendido  mucho  sobre  gobernanza  en  dos  siglos.  Nuestros vecinos como Colombia y Chile, que ya pasaron los dos siglos de independencia, mantienen una cierta estabilidad política y continuidad, sin extremismos, que pueden llevar a elevar los niveles de pobreza y desigualdad. Esta es la primera vez en mucho tiempo que la población estaría solicitando extremismos y un cambio de modelo económico.

Los 200 años de república no nos han permitido alcanzar todavía una madurez en la democracia y la consiguiente consolidación de la república. Es muy probable que el actual descontento de la población responda a la falta de gestión del gobierno en salud, política económica y logística de vacunación. Los destapes de corrupción, recesión continua e inadecuada aceleración de la inversión pública exacerba los ánimos de la población. A doscientos años de la Independencia del Perú, tenemos la posibilidad de volver a pensar, hacer y conmemorar nuestro país. Debemos plantear el reto de mirar el futuro de forma integrada y coherente mediante ejes estratégicos que trazan objetivos, acciones y metas al 2024, con nuevas estrategias políticas del gobierno de Pedro Castillo Terrones, enfatizando  los determinantes del cambio hacia el 2030 y proponiendo proyectar al Perú hacia el 2050; con un alto valor simbólico, para el fortalecimiento de la identidad nacional, la memoria histórica y los valores de una nueva ciudadanía de cara a su tercer siglo de vida republicana. Ya no queda nada para conmemorar oficialmente el bicentenario. Es una ocasión sin precedentes para reflexionar  sobre nuestro pasado y nuestro presente; para reafirmar nuestro rol ciudadano de cumplimiento de nuestros deberes y de vigilancia de nuestros derechos; para contribuir con la justicia social y el bien común, basamento de las sociedades libres y democráticas “Patria, Libertad y Democracia”; y para hacer realmente efectivos los ideales de libertad con los que muchos patriotas soñaron. Con toda nuestra historia sobre las espaldas, es nuestro deber volver a comenzar.

A pesar de las dificultades que esto supone, es esta última ruta la que decidimos transitar. Y es que no podemos ignorar las señales que nos muestran a un país fragmentado, corroído por la corrupción y la devastación del medio ambiente, en el que las personas se resisten a respetar a aquellos que piensan diferente y en donde uno de cada tres ciudadanos no confía en el otro. Sabemos, por nuestra historia, que un país no se libera si no confronta aquello que lo tiene sometido. Esta senda al Bicentenario la construimos cada día, por ejemplo, a través de los diálogos con líderes, lideresas y  autoridades honestas y comprometidas con sacar a sus pueblos adelante, gracias a ideas innovadoras y cargadas de posibilidades hacia el futuro, con esperanza, con un país en el que anhelan vivir. Esa es la gran oportunidad que esta ocasión histórica nos pone en frente, la de entablar la nueva conversación sobre el Perú que queremos ser en nuestro tercer siglo de vida republicana y descubrir que todos deseamos lo mismo, aunque lo digamos de distintas maneras. La consecuencia de esta gran conversación será la construcción de un nosotros que haga de nuestra diversidad el engranaje que nos mantiene unidos. Imaginar es siempre el inicio de algo grande; así como las obras más ambiciosas están hechas de miles de pequeñas acciones, nuestro país será esa inmensa obra que, con talento y esfuerzo, construimos día a día más de 30 millones de peruanos. ¡Patria, Libertad y Democracia¡ ¡Viva el Perú¡.