Mg. Efren Rebaza Custodio
La historia señala que Don Cayetano Requena Fonseca, nació en el pueblo de San Juan de Cochas, actual Provincia de Ocros, el año 1775 y falleció el día 15 de mayo del año 1841, sin duda fue uno de los pocos sacerdotes patriotas con una destacada participación en la gesta libertadora del Perú, de Áncash y de Santa del cual fue su primer diputado, y con mucho honor lo representó en el Primer Congreso Constituyente del año 1822.
Rosado, Luis (2014), escribe algunos aspectos de la vida de este singular sacerdote ancashino que entregó gran parte de su vida al trabajo para liberar al Perú del yugo español. El sacerdote Cayetano Requena Fonseca, fue hijo de don Manuel Requena Becerra y de María Nieves Fonseca León, naturales de Pativilca. De niño fue bautizado en la doctrina de Cochas el 25 de enero 1775 (Carrillo, 1985:4). Se indica también que los Requena Fonseca bautizaron cinco hijos en la parroquia de Supe: Mariano (1781), Manuel (1782), María de visitación (1984), Mariano (1788) y Josefa del Patrocinio (1788). Consta que al bautizar a los dos niños llamados Mariano, ambos fueron registrados como mestizos (por ser hijos de padres mestizos en ambos casos), en los demás casos los niños fueron consignados como españoles.
Fue teniente de Cura en la Doctrina de Barranca entre el 20-01-1810 hasta el 03-09- 1810. En 1818 lo encontramos bautizando un niño en caso de necesidad en la capilla de San Juan de Huaricanga en Pativilca; y en 1819 aparece como capellán de las milicias de Huaura (Carrillo, 1985:7).
Requena asumió totalmente el pensamiento liberal, siendo capellán de una unidad militar realista, lo abandonó para sumarse a la prédica de la libertad, la justicia y la verdad que – según sus propias palabras- ya se ejercían en la República de Chile. Asilado en este país, por sus ideas revolucionarias, es contratado por el gobierno chileno y su presidente Bernardo O’Higgins como capellán general de la escuadra chilena al mando de Lord Cochrane que se aprestaba a incursionar en aguas del virreinato peruano.
Era la oportunidad que esperaba para traer las ideas republicanas a su País y así lo hizo participando activamente en la proclamación de la independencia de Supe el 5 de abril de 1819, por participar de este glorioso acto, fue condenado a pena de muerte por el virrey Pezuela.
“Estos dos individuos, Reyes, propietario respetable, Franco, el padre Requena y yo, fuimos citados para comparecer ante un tribunal militar; pero habiéndonos embarcado en el buque insignia, no comparecimos. Declarados contumaces, se nos condenó a muerte, y se dio orden a las autoridades para que se aprehendiera a todos y cada uno de nosotros, y se ejecutara la sentencia inmediatamente después de efectuada la aprehensión.” (Stevenson, 1971: 253)
Fuente: Rosado, L (2021) Supe el primer pueblo que proclamo su independencia.
La Gazeta Ministerial de Chile del 4 de setiembre de 1819 detalla que los embarcados para Chile con el fin de salvar sus vidas fueron: Cayetano Requena, Andrés Reyes, Juan Franco y Benito Bennet, coincidiendo con la información proporcionada por Stevenson. Se incluye en esta lista a Francisco Vidal, quien se había embarcado, conjuntamente con José Bernales, a la llegada de Cochrane a Huacho.
Pero su mayor trabajo fue el de la agitación y la propaganda escrita a favor de la independencia, usando la correspondencia dirigida a los pobladores, la clase media y a sus “hermanos en Jesu- Cristo” con la finalidad de ganarlos a la causa de la independencia.
En el mes de septiembre de 1819, a bordo del Navío Vice- Almirante San Martín, infestado de soldados atacados por el mal de la fiebre negra, el padre Cayetano requena escribe una de sus famosas cartas denominada: D. Cayetano Requena, 1er Capellán de la Armada del Estado de Chile, y canónigo de la Santa Iglesia catedral de la ciudad de Concepción. &c. &c. A sus Conciudadanos en el Perú. Requena empieza dirigiéndose a los peruanos.
“COMPATRIOTAS: la voz de un hermano que, como vosotros, nació en este suelo esclavizado…”
Continúa describiendo como es que se entregó a la tarea por la libertad y anuncia la llegada de una poderosa escuadra, compuesta por valerosos guerreros, mandada por el genio de los mares aterra a los déspotas y es una oportunidad para los peruanos para vivir felices.
Es consciente de los riesgos que este proyecto encierra,
“siempre á sido preciso arrostrar la muerte para merecer la libertad y la vida”.
También ensalza la libertad lograda en Buenos Aires y en Chile,
“el que no ha conocido un Gobierno libre no sabe lo que es vivir”.
Describe las maravillas que otorga la libertad al ciudadano y del cual él ha sido testigo en Chile y desea para su Patria. Luego ataca a los que hablan que en Chile la Religión está siendo atacada por la libertad, e invita a los impostores a visitar Chile y vean la verdad.
Culmina esta valiosa carta, instando a los compatriotas a:
“Preparaos, amigos compatriotas: vuestra indiferencia no tendrá disculpa: puede hacer todo lo que quiera el que sabe atreverse á todo lo que puede. Abandonad con tiempo las filas del tirano y venid á las nuestras que os esperan”.
Continúa escribiendo,
“El éxito es tan glorioso como seguro ¿Cómo la acción de unos pocos cobardes ha de contrastar la reacción de un Estado fuerte y aguerrido? La causa de los pueblos siempre fue la mejor y siempre invencible”
Concluye indicando que las tropas y sus jefes,
“Plantaran el inmortal árbol de la libertad para que los peruanos á su sombra, nos constituyamos en Estado independiente”. Sin duda una carta con un claro mensaje dirigido a los peruanos, fundamentalmente compara la vida que los peruanos tienen en el territorio colonial y la vida que se vive en los territorios libres.