Opinión

¡CON GOLPES Y RECODOS, EL PROYECTO LENINISTA AVANZA!

Ante una oposición sorprendida y desorganizada

Por: IVÁN ARENAS (*)

No obstante de los golpes y yerros, el proyecto político e ideológico de Castillo, Cerrón y Bellido avanza a pasos rápidos. ¿Por qué aseguramos lo anterior? Por la sencilla razón de que la oposición democrática ha bajado los brazos y por ahora es incapaz de elaborar una unidad programática para hacerle frente a la propuesta leninista de Perú Libre y Castillo.

En casi 60 días de gobierno Castillo ha cometido tantos yerros y dislates –algunos intencionalmente– que honestamente no vale mencionarlos uno a uno. A pesar de ello, el proyecto –nueva constitución, asamblea constituyente, debilitamiento de las piedras angulares del modelo– del gobierno se mantiene firme e incluso avanza tan rápido que puede darse el lujo de presentar batalla ahora contra los medios de comunicación y la libertad de expresión.

Todos los movimientos del gobierno van a ritmo de dos estrategias fundamentales: la estrategia del poder y la estrategia del gobierno. Ambas van de la mano, a pesar de que los recodos son inevitables. Miremos por ejemplo la agitación permanente en las regiones que todo el Ejecutivo realiza a favor de la Asamblea Constituyente. Hay una operación política y mediática gigantesca que obedece a la estrategia de la toma del poder. Pero la oposición política en el Congreso y en las calles se queda con la imagen de la primera dama vestida en México en la reunión de la CELAC chavista. ¡Increíble!

La estrategia leninista del poder necesita tomar las riendas de las instituciones republicanas. Es allí cuando la oposición democrática debe llegar a acuerdos mínimos para proteger las instituciones republicanas. El nombramiento de nuevos magistrados en el Tribunal Constitucional, cambiar a los integrantes de la Junta Nacional de Justicia o del Jurado Nacional de Elecciones, instituciones vitales, deberían ser los primeros acuerdos si se quiere conservar aún la democracia peruana.

Si bien el gobierno y su proyecto político leninista avanza frente a la torpeza de algún sector de la oposición, vale decir que la única fortaleza que tiene Castillo, Bellido y Cerrón es apelar a la representación simbólica que han tomado como suya. De allí el uso constante del sombrero o del quechua, como expresiones de un “gobierno popular”.

Otro detalle. Hoy Castillo, Cerrón y Bellido ya son el establishment, pero actúan como si fuesen anti establishment. Y lo hacen porque, como ya he señalado, no tienen por ahora una oposición que les pueda hacer frente.

(*) Publicado en El Montonero (www.elmontonero.pe)