Editorial

::: LAS MARAVILLAS DE LA MINERÍA :::

Mejor noticia no podíamos haber esperado. Que el 43 por ciento de la población ancashina se beneficie con el desarrollo de la actividad minera es motivo más que suficiente para celebrar. Con mayor razón si se tiene en cuenta que tal información no es especulativa ni mucho menos, sino resultado de un minucioso estudio realizado por el Centro para la Competitividad y Desarrollo y el Instituto de Minas del Perú bajo el título “Beneficios generados por la minería en la región Ancash”. Dicho estudio ha sido tema central del evento “Desarrollo Territorial y Minería en Ancash” que se ha realizado los días 27 y 28 del presente mes.

Pero  eso no es todo. Entre otros aspectos, el estudio señala con incuestionable precisión que  el empleo directo que ha generado la minería en la región Ancash, ha pasado de  6 mil  a 15 mil puestos de trabajo entre los años 2010 y 2020. Mientras tanto el empleo indirecto  es actualmente del orden de 120 mil puestos de trabajo. Si a eso añadimos que detrás de cada trabajador existe un promedio de cinco dependientes, es fácil deducir que, en efecto, la población ancashina que se beneficia con la actividad minera supera largamente las 500 mil personas, muy cerca de la mitad de la población regional.

Solo para ser más explícitos en lo referente a este tema, basta con señalar otra de las cifras que aparecen en el referido estudio. En 1995, el índice de pobreza en Ancash alcanzaba el escalofriante record de 83 por ciento de la población. En el 2020, veinticinco años después, gracias a la minería esta cifra ha descendido a tan solo el 30 por ciento.

Otro referente que bien vale la pena citar en este escenario, tiene que ver con lo que sucede en el distrito San Marcos de la provincia de Huari. Entre los años 2010 y 2020, el ingreso por familia se quintuplicó de 200 á 1,067 soles mensuales.

Estos números no necesitarían de mayores  comentarios si no fuera porque, aún así, todavía subsiste en algunos sectores de la población ancashina el ánimo de satanizar la actividad minera. Situación que podría tener como caldo de cultivo un hecho intencionalmente  distorsionado que nos atrevemos a mencionar.

Para este año, es muy posible que el monto del canon minero que recibirá la región Ancash  bordee los 1,500 millones de soles. Pero como ha sucedido hasta el día de hoy, ese cuantioso recurso corre el riesgo de no verse reflejado en obras y servicios que tanto los organismos del gobierno regional como las municipalidades provinciales y distritales están en la obligación de realizar con los dineros del canon. Por si fuera poco, hasta hoy  ninguna de estas entidades  públicas se ha tomado la molestia de rendir cuentas claras respecto al uso del canon.

Como ya lo hemos dicho en este espacio de opinión, la actividad minera no es renovable. Se agota.  Las maravillas que genera no duran toda la vida y podrían ser pasajeras. Regiones como Arequipa, Moquegua, Pasco y Cajamarca, que hace unos años lideraban los records de extracción minera, ahora observan con comprensible  nostalgia lo que ocurre en Ancash.

Por esa razón, Ancash tiene que estar preparada para cuando las reservas mineras enciendan la luz roja. Eso quiere decir que los recursos del canon tienen que servir en este momento para impulsar el desarrollo de la agricultura, ganadería y otras actividades alternativas, que le den estabilidad a la economía regional. Las maravillas de la minería no duran para toda la vida.