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FALLECIÓ ARQUEÓLOGO LORENZO SAMANIEGO GRAN IMPULSOR DE SECHÍN Y PUNKURÍ

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Víctima de una grave enfermedad ayer en la madrugada dejó de existir en el hospital de Essalud de Chimbote el renombrado arqueólogo Lorenzo Samaniego Román, conocido internacionalmente por haber sido impulsor de los trabajos de investigación y puesta en valor del los milenarios templo de Sechín situado en la ciudad de Casma y Punkurí en el valle de Nepeña.

En 1969, recién egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Samaniego Román llegó por primera vez a Sechín como asistente del arqueólogo Arturo Jiménez Borja para iniciar los trabajos de investigación. Desde entonces se consagró por entero a la tarea de poner en valor este valioso legado cultural.

Inicialmente lo hizo gracias al apoyo de los organismos regionales CRYRZA y ORDEZA que se crearon luego del terremoto de 1970. Posteriormente gestionó y obtuvo el apoyo de la fundación alemana Wolkswagen, lo que permitió que Sechín se convierta en un atractivo para el turismo mundial.

Conjuntamente con la puesta en valor de Sechín, Lorenzo Samaniego consiguió la construcción e implementación del museo regional “Max Uhle”, desde donde impulsó la restauración de otros yacimientos arqueológicos como Sechín Alto, Las Aldas y Chanquillo.

Gracias a sus trabajos de investigación se pudo interpretar y dar a conocer la iconografía de Sechín. Con una antigüedad estimada en 3,500 años, el milenario templo representa el desfile de dos columnas de guerreros que salen de la puerta posterior y se dirigen una por cada lado hacia la puerta principal. En su desfile, los guerreros de Sechín dan la impresión de estar caminando triunfalmente sobre los despojos de los guerreros vencidos.

Posteriormente y gracias al apoyo de la empresa Siderperú, Lorenzo Samaniego también se consagró a la restauración de Punkurí, otro templo milenario aún más antiguo que Sechín que se halla en el valle de Nepeña y cuya figura principal, el rostro de un felino, ha sido adaptado como logotipo de la Universidad Nacional del Santa.

Hasta hace unos años, el arqueólogo Lorenzo Samaniego, quien fue gran amigo de esta casa editora, ejerció la docencia en dicha universidad donde ha dejado valiosas enseñanzas.