Editorial

::: CERO EN GESTIÓN TURÍSTICA :::

Gobierno Regional:

La trágica muerte de una menor de 16 años ocurrida al interior de un hotel de Nuevo Chimbote, adonde ingresó sin ser registrada por los responsables del establecimiento, es otro de los tantos  casos que ponen de manifiesto la mala e irresponsable costumbre de no cumplir con las normas y otros dispositivos legales. De acuerdo con el Reglamento que rige el funcionamiento de hoteles y establecimientos afines, todo huésped que solicita el servicio de alojamiento tiene que ser registrado no solamente antes de ingresar al hotel sino también en el momento de retirarse. Esta disposición pone especial énfasis en el caso de  menores de edad, a quienes se obliga que acudan en compañía de sus padres o tutores debidamente acreditados. Los hoteles son centros de hospedaje, no casas de cita.

Por desgracia, ha tenido que suceder este lamentable suceso para que las autoridades  y funcionarios encargados de hacer cumplir esta disposición, recién se den por enterados  de sus obligaciones. A cocachos van a tener que aprender.

Como se ha podido observar,  las primeras personas en acudir a la escena del crimen han sido los miembros de la policía nacional, del ministerio público y de la municipalidad distrital de Nuevo Chimbote. En tal sentido, llama la atención que no se haya hecho presente ningún funcionario de  la Dirección Sub Regional de Turismo de Chimbote que es el organismo que tiene bajo su jurisdicción el mandato expreso de hacer cumplir dicho reglamento.

La Ley 29408, Ley General de Turismo, y el Decreto Supremo N° 001-2015-MINCETUR, Reglamento de Establecimientos de Hospedaje, establecen con toda precisión que el organismo encargado de hacer cumplir este dispositivo, bajo responsabilidad, es el ministerio de Comercio Exterior y Turismo. No en vano el servicio de alojamiento, el mismo que forma parte de la actividad turística, responde a los lineamientos de una política sectorial.

Asimismo, en aplicación de la Ley 27867, Ley de Gobierno Regionales, y en lo que se refiere a nuestra jurisdicción, la facultad de hacer cumplir este mandato legal ha sido delegada a la Dirección Sub Regional de Turismo con sede en Chimbote. Pero lo que sucede es que últimamente  esta dependencia regional se mantiene en un letargo inconmovible, a tal punto que nadie sabe a qué se dedica exactamente. Como ya lo hemos dicho en más de una oportunidad, es posible que esta situación se deba al hecho que, de sus últimos cinco o seis directores, ninguno de ellos ha tenido estudios ni experiencia acreditada en turismo. En todo caso, su nombramiento solo ha  obedecido a razones de amiguismo o compadrazgo político. Los hechos hablan por sí solos.

En razón de esta falencia, han tenido que ser la municipalidad provincial del Santa y la municipalidad distrital de Nuevo Chimbote, a través de sus respectivas sub gerencias, los entes que en este momento han asumido con reconocido acierto la labor de promoción de los recursos y atractivos turísticos de sus respectivas jurisdicciones. En este caso, los funcionarios encargados de esta labor municipal sí son profesionales en turismo y acreditan probada experiencia en esta actividad.

Ante el gran remezón que ha sacudido las entrañas del gobierno regional en las últimas horas, con el cambio de numerosos gerentes y funcionarios de confianza, es de esperar que se incluya a la Dirección Sub Regional de Turismo de Chimbote. Hasta hoy la calificación a la que se ha hecho merecedora esta dependencia, es cero en gestión turística.