Opinión

ZIZOU EN LAMBESC

Por: Miguel Rodríguez Liñán (*)

La víspera de la sorpresiva e inesperada llegada y visita de Zinedine Zidane a Marsella, su ciudad natal, estaba preparando un « aïoli » con la suegra. El bacalao debidamente desalado desde la noche anterior, listo para ser « pôché », es decir levemente pasado unos minutos por agua hirviente, esperaba. Ajo, aceite de oliva, un huevo. Se trata de lograr una emulsión estilo mayonesa a base de mucho ajo molido y mucho olio de oliva, típica de la comba mediterránea. Según el poeta provenzal premio Nobel 1904, Frédéric Mistral, se trata de « una pomada que se hace en mortero aplastando el ajo con el aceite de olivia newton john y la yema de un huevo recién puesto, por una gallina negra de preferencia. Sirve de condimento para los pescados hervidos como el bacalao, pero también los caracoles de mar, se acompaña con papas al vapor, zanahorias al vapor, las vainitas al vapor, el brocolí al vapor, etc. »

      La víspera de la víspera, es decir el miércoles 9 de febrero del 2022 después del Christos, tuve una peleíta con la suegra, por esto de la comida precisamente, ella obstinada con sus recetas provenzales franchutes, yo obstinado con mis recetas de Perú campeón. Se establece el siguiente diálogo entre doña Tremebunda y Condorito, este servidor, lo tengo todo anotado.

      –¿Qué plato quiere que le prepare, suegra? Puedo realizar cualquier plato de la cocina francesa con una simple, pero necesaria, ficha técnica, no se olvide que yo he estudiado la cocina en escuela aquí en las Galias. Tengo mi diploma CAP (certificado de aptitud profesional) de cocina digo paneando, lo cierto es que no lo conseguí debido a mi falta de obediencia y a la famosa ficha técnica, lo que quiera, usté dirá.

      –¿Una ficha técnica?

      –Es un documento escrito que contiene las informaciones indispensables relativas a la realización de una receta específica –le digo, conocedor y pretencioso, pero sólo para molestarla, para picanearla, o para hacerme odiar mejor, mimo Condorito.

      –Cuando yo era joven estuve en l’Ecole ménagère, una capacitación para las chicas que se preparaban al matrimonio –dice orgullosa –, que quedaba en la rue Thiers.

      La peleíta típica entre suergra y yerno era porque yo estaba un poquito apurado, quería volver rápido a casa para seguir escribiendo. También estaba contento de almorzar con ella así, un día imprevisto de la semana, Boconcita en la chamba, después le mandamos fotos digo. Hasta allí, todo bien; pero resulta que la suegra tiene una teoría y una praxis muy precisas para la cocción de las papas, dependiendo de la calidad y variedad. El inconveniente es que según esta técnica, que consiste en comenzar la cocción en agua fría, hay que esperar el medio tiempo de un partido de fútbol, placas eléctricas, ella se equivoca, en lugar de poner a fondo la placa grande pone la chica, y las papas de su escuela de futuras amas de casa del año del cometa se cuecen así, debut en frío, con agua fría, y mientras calienta a fondo la placa chica quince minutos por lo menos, más media hora de cocción, eso es, el medio tiempo de un partido de fútbol y yo quiero volver a casa antes de que se vuelen los pájaros de la inspiración, que a veces son pajarracos, no importa, soy muy atento a este detalle escritural, ya son la una y cuarto y yo cero chelas, estamos en semana, y durante la semana hago el esfuerzo sobrehumano de no tomar chelas, vinoquio sí, pero no mucho, destapo el buen vinoquio Chinon que he traído para amenizar el banquete, o sea que almorzamos tipo dos, el aïoli sale de la putamadre, conversamos hasta las tres y se jodió la escritura, vuelan los pájaros, se van pero volverán como las oscuras golondrinas, si tomo vino tinto en el almuerzo, después soy siesta… Otra modalidad de cocción, aprendida en mi escuela, consiste en hacer hervir el agua primero, a fondo, luego lanzar a esa lava transparente las papas peladas o con cáscara, veinticinco minutos y ya. Pero la suegra, desde las alturas de sus noventa abriles, le cierra el pico a Condorito, para que aprenda.

      –Las leguminosas, las raíces como la papa, como el camote, como el topinambur (especie de papita provenzal) se hacen cocer con agua fría. Y las legumbres secas como el frejol, también. En cambio las verdes como las vainitas, como el broculí, como la alcachofa y otras,en agua hirviente, así me enseñaron en l’Ecole ménagère. Y disculpe que lo critique –sigue diciendo, ahora maleteando –no tengo nada contra otras costumbres culinarias, pero si el acompañamiento o guarnición es el arroz, por qué por ejemplo poner papas fritas a ese plato medio chino de ustedes, comment ça s’appelle ?

      –Lomo saltado –digo medio saltón, pero no le digo que es uno de mis predilectos, aquí en las Galias uno invita a una gala, y si acepta ya está frita, uno prepara un lomo saltado, y después saltamos al lomo, salvo torpeza extremada, salvo timidez extremada, el éxito de la operación es irreversible, pero mejor cierro el pico –pero no me cambie de conversación, cuando uno hace algo hay que concentrarse, no irse por las ramas, ni las leguminosas, ni el exceso de carbohidratos, bueno, ¿en qué quedamos? Las zanahoria son anaranjadas, ¿también necesitan otra agua? ¿Y las vainitas y el brocolí para el aïoli (ajo olio) ? ¿Quiere que haga hervir cada ingrediente por su lado? ¡Apenas tenemos dos placas eléctricas en su cocina media bamba!

      –Faites comme vous voulez (haz, Condorito, como se te dé la puta la gana) –dice la suegra mientras, muy aplicadamente, prepara la emulsión, el ayoli propiamente dicho, y que yo he preparado las papas, las zanahorias, las vainitas según su método, ahora sumerjo las piezas de bacalao en el volcán de agua –pôchées, repite– pas bouillies!

Al final, salió de la putamadre, ayoli acompañado con su respectivo vino del Loira tinto, un Bourgueil. De pronto, otro amago de peleíta, felizmente Yayita ausente, sino las dos se ponen contra Micky, Condorito se enerva, es que él prefería un vino blanco de Alsacia, o un vinito blanco de Cassís, ambos néctares más adecuados para el matrimonio con el platillo en las papilas gustativas…

      –¡Mejor hablemos de fútbol! –digo de pronto, como iluminado –¡Mejor hablemos del Olímpico de Marsella actual, dirigido por Sampaoli! ¡O hablemos de Zizou, si prefiere!

      –Zidane es árabe –dice ella sin estar convencida– nació en Argelia, en la región de Cabilia.

      –¡Zizou es marsellés! –casi grito –¡Nació en Marsella! ¡En el barrio La Castellane! ¡Y si sus padres nacieron allá, esa es otra riqueza!

      – La Place Castellane ? –pregunta la suegra chibolera que prefiere, y de lejos, a Kylian Mbappé.

      –¡Zizou es tan francés como mi tío Miterrand! –me exalto–¡Voy a investigar! ¡Quiero y necesito saber como cualquier marsellés por qué Zizou nunca jugó por el Olímpico de Marsella… ¡Que se joda si está sin club! ¡O que vaya a entrenar sus super club millonarios! ¡Aquí estamos super bien con Sampaoli ! ¡Un super entrenador argentino, suegra ! Bueno, yo quiero saber porqué a Zizou no le gusta vivir en Marsella… ¡Sus razones tendrá! ¡Voy a investigar! Más que raro, me  parece increíble, siendo sobre todo Marsella una ciudad de fútbol por excelencia… ¡Bah! ¡Felizmente no vino! ¡Gracias a su ausencia ganamos la Champions League! ¿Y la Castellane? ¿Qué ha hecho por el barrio donde tocó su primera pelota? ¿Qué ha hecho Zizou por la Castellane, que es un barrio duro? Et ça vous plaît l’aïoli ?

      –Délicieux –dice la suegra relamiéndose, pero doña Tremebunda agrega –sin embargo mi hijo lo prepara mejor.

      –Mejor que usté lo preparará –digo picado –¡ Sólo hice hervir las legumbres! ¡Y el puto bacalao como usté indicó!

      –¿Y usted qué tiene contra Zidane?

      –No ama lo suficiente a su madre Marsella y, siendo millonario, ¿qué ha hecho por la Castellane ?

      El viernes once de febrero del 2022, para taparme la boca, y como algo profético respecto a lo que vengo contando, aparece Zizou en carne y hueso en Marsella, en su barrio la Castellane precisamente, funda una casa médica digital para beneficio de los siete mil habitantes, fotos, filmes, autógrafos, todos felices, los chiquillos lo exhortan a que no firme por el París Saint-Germain… ¡Quédate en Marsella Zizou! le gritan, el gran Zizou declara « Yo soy de aquí, de la Castellane, yo crecí aquí con mis padres. Y aunque las cosas han cambiado, yo quiero a mi barrio. Y mis padres también. Nuestro corazón está siempre aquí aunque estemos lejos. Este proyecto médico fantástico permitirá mejorar la vida de la gente y la vida del barrio en general, eso es lo más importante. »

(*) Escritor y poeta radicado en Francia

zizou en lambesc