Como siempre en Chimbote:
La rebaja del precio de los pasajes que han anunciado algunos comités de colectivos luego de autorizarse el acceso de un cuarto pasajero, en realidad no guarda ninguna proporcionalidad con el incremento del costo de vida, menos con el principio de equidad. Pero lo más censurable del anuncio es que responde a una gran tomadura de pelo ya que el chofer sigue cobrando la misma tarifa de cuando el aforo era de tres pasajeros. Y aquí no se aceptan reclamos: o pagas o te bajas, así de simple.
Con cuatro pasajeros a bordo y sin respetar sus propias palabras, los choferes de los autos que cubren el servicio entre Chimbote y Nuevo Chimbote siguen cobrando 3.50 soles por un recorrido que oscila entre 8 y 10 kilómetros, una de las tarifas más caras del país.
Bajo ningún concepto la Municipalidad Provincial del Santa ni otro organismo público podría atreverse a establecer un control de los pasajes que cobran estas unidades de transporte. El alza o la rebaja de estas tarifas es de entera potestad de la empresa de transporte. Esas son las reglas de la oferta y la demanda que nos impone la economía de libre mercado.
Pero no por eso la municipalidad puede considerarse libre de toda responsabilidad y menos lavarse las manos, como parece haberlo decidido. De acuerdo con la Ley Orgánica de Municipalidades, muchas de las reglas que rigen el transporte urbano están bajo la competencia de los gobiernos locales. Son ellos los que están en la obligación de establecer los mecanismos necesarios para que el transporte urbano sea un servicio público, masivo y de calidad.
Sería imposible pedir que la comuna provincial implemente una flota de vehículos capaz de cumplir a cabalidad con este servicio como ocurre en otras ciudades del mundo. Pero bastaría con que se revise los contratos de concesión que se otorgó a los minibuses conocidos como “burritas”, donde se establece claramente algunos temas específicos como aforo, frecuencia y sobre todo tarifas populares. Quizá por ahí podría estar la solución que permita poner fin al abuso que comenten los choferes de colectivos.